La Nueva Guerra Fria. Desarrollo vs subdesarrollo. Occidente vs Oriente. Posmodernidad vs Medioevo

Antes de leer esta entrada me pareció adecuado transcribir fragmentos de un reconocido medio de comunicación sobre la temática que voy a tratar.

En una entrevista durante la pasada campaña presidencial, Steve Bannon, entonces estratega jefe de Trump, dijo que China era “el primer frente de la nueva guerra fría” porque ocupa hoy en el mundo un lugar similar al que tenía Alemania en los años treinta. Como los alemanes, añadió, “los chinos son la gente más racional del mundo hasta que dejan de serlo”.
No es el único que lo cree. En un reciente ensayo, Charles Wong, excorresponsal del New York Times en Pekín, sostiene que el Partido Comunista de China solo entiende “el poder como coerción”, un principio que cree podría sustituir el orden liberal global sostenido hasta ahora por EEUU.
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Para una gran potencia dispuesta a ampliar sus posiciones en el comercio internacional y evolucionar cada vez más hacia productos de mayor valor añadido, disponer de su propia red de puertos a lo largo y ancho del globo –su “collar de perlas” como la llama la propaganda oficial china– es una oportunidad para potenciar sus propias producciones, pero también, si fuera necesario, para frenar las de los demás.
El abandono de EEUU del Acuerdo Transpacífico (TPP) contribuye a facilitar a China sus proyectos deexpansion geopolítica.
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Continúo.
Una nueva guerra fría, pero no EEUU - China.
Esta guerra es Desarrollo vs Subdesarrollo, que quede claro.
Guerra que de imponerse el subdesarrollo podríamos estar a las puertas de una nueva Edad Media.
¿Por qué podríamos entrar en una nueva Edad Media? ¿Por qué podríamos dar un enorme paso atrás en el largo camino de la civilización de la humanidad?
Primeramente es necesario remontarnos a la historia para entender si existe este riesgo y si así fuera, porqué existe. 
Desde la protohistoria hasta los años 400-300 A-C las civilizaciones más avanzadas compartieron características muy similares.
Básicamente, junto a grandes ríos se pasó del nomadismo al sedentarismo cuando el hombre descubrió la explotación de la producción agrícola que facilitaba enormemente la provisión de alimentos, suficiente incluso como para obtener excedentes de producción. Excedentes que dió inicio sin dudas a la política como una necesidad inevitable para mantener un mínimo orden y a los mercados de bienes, precursor íntimo del capitalismo.
El sedentarismo, obviamente trajo la congregación humana en cantidades que superaban ampliamente los clanes familiares de tribus nómadas por lo que fue necesario mantener un mínimo nivel de organización social para evitar el caos y optimizar los medios de producción.
El encargado de encontrar una eficiente manera de organizar las sociedades en esta etapa del camino de nuestra civilización fue sin dudas el instinto protagonista de este blog, me refiero a Zaratustra obviamente (instinto que busca incansablemente destacar nuestro ego ante los demás). Así como hoy es prácticamente inevitable la presencia de un poder para organizarnos, entonces, sin duda alguna, también era imprescindible su presencia para la existencia de un mínimo orden.
Por tanto, el poder requería que alguien deba asumir una posición de líder y el Zaratustra más insistente fue el que ocuparía ese lugar -ver "Presento a Zaratustra el protagonista del blog y del libro"-.
El mecanismo que encontró para llegar a esa privilegiada posición donde todos pueden advertir el enorme ego del candidato a ocupar ese lugar y evitar ser desplazado por otra codicia movilizada por el siempre, inevitable e insistentemente presente Zaratustra, fué el pretexto de que alguien debía encargarse de interpretar lo que querían los dioses para que las cosechas sean buenas y además, dar a conocer los deseos de los mismos para que todos accedan a los beneficios que ellos proveen y, finalmente también, administrar el lugar donde la comunicación con esos dioses era posible.
Surgió entonces el Sacerdote y el lugar desde donde ostentar y hacer efectivo el poder, el Templo.
A medida que las congregaciones fueron haciéndose más numerosas y la técnica avanzando, los saqueos y las conquistas con el sometimiento acompañante y la subsecuente explotación del sometido se hizo una regla. Regla que nadie podía no advertirla si aspiraba a sobrevivir.
Por ello inevitablemente, la institución sacerdote-templo quedó obsoleta para mantener el poder toda vez que se necesitó de una nueva fuerza parar subsistir, me refiero obviamente al poder militar. Para defenderse o en su defecto, conquistar toda vez que una oportunidad para ello se presentaba.
Es fácil advertir que el Zaratustra mejor posicionado para obtener la privilegiada posición del ego más poderoso, pronto paso a estar en aquellos que poseían poder de mando en las fuerzas armadas. Surgió entonces desde las milicias un Rey-sacerdote, conocido más bien como el Rey representante de Dios, o los dioses, en la tierra (Enlil en la Mesopotamia o Faraón en el valle del Nilo o Rey descendiente de los cielos en la cuenca del río Amarillo en China).
Como Zaratustra no puede evitar la búsqueda de destacarse ante cuántos seres humanos existen toda vez que oportunidad tenga, que aparezcan quienes intenten ser el más poderoso del mundo conocido era inevitable. Surgieron entonces los Emperadores y con ellos, sus Imperios. El de Lugalsagazi de Umma o el del Sargon de Acad en la Mesopotamia así como sus iguales en las cuencas del río Amarillo o del Nilo.
Tuvimos entonces guerras tras guerras detrás de la búsqueda de ese precioso lugar, el del ego mayor, con los surgimiento de un imperio tras otro. El poder del instinto que busca destacar nuestro ego, y que cuando conseguimos el objetivo nos reconforta con endorfinas euforizantes, es inacabable si las condiciones son las adecuadas para su expresión. Y nada reconforta más a este primitivo mecanismo como mostrarse el más poderoso de todos.
La búsqueda de esa posición es inevitable y por tanto la aparición de un Emperador también lo era. Y tanto como la inevitable presencia de egos competidores por esa privilegiada posición.
Caído un imperio seguía otro con un nuevo e incontenible codicioso.
Es evidente que sin Zaratustra, no existirían los Emperadores ni tampoco Imperios y la historia sería totalmente diferente, si es que tendríamos alguna.
¿Se entiende la importancia de este instinto toda vez que se lleve a cabo un análisis político o económico?
Bueno, continuemos.
Siempre la regla de la política exterior era buscar los mecanismos de defensa adecuados que eviten las incursiones de invasiones externas que inevitablemente sobrevendrían si la posibilidad existiera (es lo que actualmente se conoce como "realismo" en politica internacional y que aún sigue rigiendo con absoluta prevalencia en todo el planeta mostrándonos con crueldad lo poco que aún ha recorrido la humanidad en el largo camino de la civilización) y la regla de la política interior mantener el control interno fortificando el poder con recursos que alejen todo lo posible de posibilidades a otros egos para competir por el privilegiado lugar del líder (la manera más eficiente encontrada era identificarse con la descendencia de los dioses, ya que hacia muy complicado para un simple mortal competir por ese lugar, magistral creación de la razón instrumental dicho sea de paso -ver "Míralo, Zaratustra está ahí. Nadie lo ve pero siempre está (1) (2) y (3)-).
No creo necesario explicar el primitivismo de estas organizaciones políticas que tenían como protagonista fundamental a la coerción, el autoritarismo extremo, la interminable desconfianza de unos a otros, las brutales limitaciones al bien más sagrado del hombre toda vez que es consciente de su existencia como tal, me refiero a la libertad de elegir y con ello a quien quiere que conduzca sus sociedades, si es que quiere que alguien lo haga (tal vez lo que pregonan los libertarios, alguna vez sea una realidad aunque no lo crea), como también al derecho a una justicia justa, más todos los derechos que incansablemente buscamos y que aún nos faltan por conquistar puestos en la famosa declaración de los derechos humanos universales en 1948.
Esta secuencia se mantuvo ininterrumpida en la historia de la civilización occidental (que compartió con Oriente Medio hasta entonces) y en las demás civilizaciones hasta la llegada de la civilización griega.
El hombre dió entonces un paso trascendental en Occidente, definitivamente de diferenció, progresó lo suficiente como para ser capaz de organizarse en democracia sin tener que recurrir a un dictador (este sistema político no se elige, sino que se es o no capaz de tenerlo).
Lamentablemente, esa capacidad, ese avance, se reducía al ámbito de la ciudad-estado, superado esta magnitud, el progreso cívico se hacía insuficiente y Zaratustra junto a una cultura cívica aún inadecuada para ello hicieron los desastres a los que nos tienen acostumbrados.
Así en Grecia, cuando su poder superó los límites de la ciudad-estado surgió inevitablemente un dictador, Alejandro Magno de Macedonia que terminó por destruir los logros obtenidos por la civilización griega.
La dictadura y la vieja coerción volvió (el responsable, el de siempre, un nuevo e insaciable Zaratustra buscando destacarse superando a cuanto ego exista en el mundo conocido)
En Roma, la república, también paradigma de nuestra historia del progreso humano, sucumbió a la codicia de poder y su aliada la cultura inadecuada, ante los emperadores todo poderosos una vez traspasados los límites de Roma.
Finalmente, occidente volvió a la barbarie abandonando los progresos obtenidos hasta entonces.
Volvió la coerción a través del poder de la fuerza bruta con la entronación en la cúspide del poder de nuevos Zaratustras amparándose nuevamente en un poder divino para alejar los siempre dispuestos a destacar su ego arrebatando la posición del líder.
La ecuación es sencilla, cuantos más son los que tienen posibilidades de acceder al liderazgo, menores serán siempre las posibilidades de lograr un orden mínimo. Las luchas por el poder se hacen interminables.
Obviamente, al revés, cuantos menos son los oponentes, más sencillo estabilizar el sistema político y el requisito previo de llevar en "sus venas sangre azul" reducía notablemente los eventuales competidores y con ello los conflictos.
Ser líder descendiente de Dios deja afuera a muchos potenciales contrincantes.
El sacerdote de las primeras congregaciones humanas se representó en la Iglesia Apostólica Romana y el militar-rey que se decía descender de los cielos o ser Dios hecho hombre, a través de la bendición Papal, en los reyes, duques y demás con algún intento de retrotraer un nuevo ego todopoderoso con Carlomagno y su sacro imperio romano.
Rey amparado en la divinidad reconocida por la iglesia, por Dios, a través del Papa. La esclavitud, reemplazada por su homóloga, la servidumbre. Estamos entonces en la Edad Media en occidente y una ininterrumpida Edad Antigua en Oriente todo (Imperio otomano en Medio Oriente y el emperador descendiente del cielo en China) y partes de América, mientras la organización tribal aún persistía en África negra.
Pero occidente comenzó a recuperar terreno perdido con la venida del Renacimiento. Ensalzar los gloriosos tiempos de progreso occidental, traerlos de vuelta si era posible.
Y para reafirmar el avance, la llegada de la Reforma.
Reforma que más allá de lo que representó en el ámbito religioso y político, significó fundamentalmente la consciencia de las sociedades de Occidente de su capacidad de afirmar su condición humana. Condición capaz de contener las fuerzas primitivas del homo sapiens y conducirse, aunque sea a través de un soberano dictatorial como los reyes, pero ahora sin la necesidad de alegar un origen divino para sustentar su poder. Mantener organizada la sociedad sin tener que recurrir a artificios primitivos sin dudas fue un paso adelante fundamental aunque hayan tenido que pasar por interminables guerras para consolidar el logro.
La razón iba ganando espacios a los primitivos instintos, sobre todo a Zaratustra.
Iba construyendo una cultura superior, progresista respecto a sus antepasados.
Ya estaba en condiciones de organizarse erigiendo un poder, si bien dictatorial aún, pero amparado en una institución construída y avalada por el hombre y su razón, ya no por un poder divino.
Finalmente, dió un paso más importante aún, el de adquirir consciencia de ser capaces de auto gobernarse sin tener que recurrir a un poder omnimodo que todo lo sabe y con autoridad para hacer lo que le venga en ganas para organizarse social y políticamente y finalmente asumir ellos mismos, cada uno de los ciudadanos, la autoridad para organizar la sociedad eligiendo a quiénes debían tomar las decisiones que competen a cada uno de los miembros de la sociedad.
Llegó entonces la Gloriosa Revolución en Gran Bretaña y afianzando y consolidando este enorme logro, aunque de nuevo pasando por nuevas sendas guerras, en EEUU en 1776  con la primera democracia de la Edad Moderna y unos años más tarde, con la Revolución Francesa, en el continente europeo.
Eso es hoy occidente, una civilización con ciudadanos capaces de elegir sus gobernantes, con una cultura cívica ciudadana capaz de contener sus intereses individuales para privilegiar el interés colectivo toda vez que está en juego el destino de la comunidad. Capaz de no dejarse tentar por los "cantos de sirenas" como los de los conocidos populistas que asolan los países subdesarrollados, elegir con responsabilidad, evitar los corruptos y aquellos que llegan al poder, contener a sus Zaratustras para que no destaquen sus egos a través de riquezas que necesariamente en el ámbito público degenera en corrupción generalizada, y limitarse a la posición que las leyes y el sistema les permite.
Estos logros son imposibles de ver en países como los de Oriente Medio o el Sudeste asiático o en África, incluso en Rusia que siempre estuvo varios pasos atrás de europa occidental aunque una y otra vez intentó acercarse sin éxito, o a animarse a competir en la época comunista con menos éxito aún; en toda África y finalmente tampoco en China. No puedo imaginar un ciudadano chino o iraní o iraquí eligiendo con responsabilidad a sus gobernantes sin dejarse influir por pasiones o instintos que privilegian la desconfianza, el interés individual, el resentimiento conducido por la envidia (como hacia los Estados Unidos por ejemplo). No los veo jamás controlando el funcionamiento de sus instituciones.
No los imagino preocupándose y dirigiendo sus acciones a través de instituciones sostenidas por ellos mismos, para que exista un poder judicial independiente por ejemplo. O por algún otro derecho de un larguísimo etcétera conseguidos a través del progreso humano y vistos como algo "normal" en los países desarrollados.
Para ellos, los subdesarrollados, logros como estos, son algo casi como de otro planeta, una brutal utopía que ni siquiera consideran valga la pena pensarlo más allá de unos pocas excepciones limitado a intelectuales. La capacidad cívica limitada al ámbito intelectual en el mundo subdesarrollado está presente en la enorme mayoría de los ciudadanos comunes de occidente desarrollado.
La diferencia es abismal.
Los ciudadanos de los países desarrollados han sido capaces de generar instituciones que hacen las veces de Dios o del descendiente de los dioses en las civilizaciones que no han conseguido prosperar. 

Que no han conseguido reemplazar a la codicia, a la ambición, al instinto por la razón y sus representantes, las instituciones democráticas

El emperador o dictador todo poderoso representante de la codicia y el primitivismo instintivo de un lado, del mundo subdesarrollado y la razón capaz de dirigir y sobreponerse a los designios y caprichos de nuestras primitivas pulsiones a través de las instituciones democráticas eficientes, del otro lado.
Reitero, vivir en democracia no es una cuestión de elección sino de capacidad y progreso.
Pero, vayamos ahora a China y los que la acompañan, qué sucedió después de los años 300 A-C, después de la época de la democracia en Grecia.
La descripción de la historia China desde los años de la protohistoria hasta la revolución de Mao, salvo el corto periodo republicano no exento de que un nuevo Zaratustra quiera ocupar nuevamente la posición de emperador como el caso de Yuan Shikai que se autoproclamó emperador nada más que 3 años después del derrocamiento del último emperador de la dinastía Qin en nombre de una "supuesta" república, se basa en el relato de los acontecimientos acaecidos durante los reinados de las dinastías y emperadores prácticamente sin hechos políticos que marquen un proceso de cambio y menos aún, avance o desarrollo.
El Todopoderoso Rey o Emperador "descendiente de los cielos" junto al mismo sistema político acompañante de siempre (sus famosos Mandarines) se siguió sin cambios a pesar de las eternas e interminables guerras y sublevaciones ante infinitas injusticias una y otra vez sufridas por los pueblos que podrían haber desatado alguna vez un cambio de dirección, un atisbo de progreso.
No sucedió hasta 1912 con la efímera República muy pronto destruida por Mao.
Hasta la revolución, es decir, hasta "hace ayer", los súbditos y los extranjeros debían hacer una reverencia humillante digna de los primeros años de la historia del hombre toda vez que se estaba ante la presencia del emperador y no podían siquiera mirarlo a los ojos. Era el absolutismo más retrogrado que el hombre es capaz de mostrar.
La llegada del partido comunista podría haber producido un punto de inflexión mostrando alguna posibilidad de acción cívica del pueblo chino, sin embargo, el resultado fue cambiar el nombre del título de Emperador por el de Presidente del Partido Comunista y el "descenso de los cielos" por el "descenso desde el Comité del Partido Comunista".
De hecho, hoy Jinping está buscando el mandato eterno y no sería para nada extraño que próximamente busque un título que pueda heredar su descendencia como sucede en Corea del Norte, paradigma éste del absoluto primitivismo político, donde no han dado un solo paso adelante desde que el hombre tenga registros históricos.
Es totalmente utópico pensar que un pueblo con estos antecedentes históricos y culturales puede ser capaz de conducir un proceso similar a lo que observamos en Europa o Norteamérica.
Si bien Japón logró sumarse al desarrollo en pocos años y también Corea del Sur después, el caso de Japón se explica por una cultura milenaria diferente a la cultura china, capaz de llevar adelante un proceso de imitación cultural a distancia y adoptar la cultura cívica occidental con facilidad para ser lo que hoy es. Corea del Sur llevó a cabo un proceso de imitación siguiendo a Japón. Y si bien puede llegar a hacer lo mismo el pueblo chino, dado su enorme extensión y población, lo veo extraordinariamente difícil que eso suceda.
Si China lograra lo que Japón logró, es decir un proceso de imitación cultural exitoso, y se sumara al privilegiado grupo de países desarrollados, entonces la humanidad probablemente estaría en condiciones de dar el paso más enorme jamás dado en la historia de su civilización, estaría en condiciones de dejar atrás el paradigma del primitivismo infinitamente presente desde que el homo sapiens puso un pie en la tierra. De dejar atrás nada más y nada menos que al "realismo". Estaríamos en condiciones de llevar al mundo entero prácticamente sin oposiciones, el verdadero progresismo como vemos hoy sucede en Europa. Europa ha dejado atrás, dentro de sus límites, al realismo.
Hoy es prácticamente inimaginable una guerra intraeuropea como nos aburrimos de leer hasta el hartazgo a través de toda su historia (aunque el Brexit no es otra cosa que rezagos del realismo por la desconfianza de Gran Bretaña hacia sus viejos enemigos, Alemania y Francia, ya que si la superioridad de estos últimos alguna vez se hace muy manifiesta es fácil recordar que ante desequilibrios de fuerza evitar la guerra y el sometimiento posterior era hasta hace no mucho tiempo prácticamente inatajable).
Estoy convencido que el verdadero progresismo ha llegado a Europa y con ello la desaparición del "realismo", al menos dentro de sus fronteras continentales.
El progreso evidente de la cultura de los pueblos desarrollados de Europa, sin duda alguna, está en condiciones de evitar que el "realismo" se exprese aunque los desequilibrios de fuerzas sean muy pronunciados.
La sociedad, la civilidad, lo impediría ante el menor intento surja desde algún despreciable rincón.
Pero del otro lado, no se ve un mínimo atisbo del partido comunista chino de intentar tomar un camino como este. Al contrario, su meta es afianzar el sistema dictatorial actual y dejar sin chance alguna a cualquier intento de dar un paso adelante (paso que además su sociedad con su cultura acompañante difícilmente esté en condiciones de dar -ver "China" y "el peligro chino"-).
Pero ¿Qué tiene esto que ver con una guerra fría entre el subdesarrollo y el desarrollo y una eventual vuelta atrás hacia una nueva Edad Media o Antigua?
La respuesta está en que si esta guerra (si es que es existe, aunque muy probable que así sea) tiene un ganador y ese ganador es China, se impondrá su sistema económico y político. Sistema que prevalece en prácticamente todos los demás países subdesarrollados.
Y obsérvese la importancia y evidencia de ello, todos los aliados de China, o los que no son aún pero que pronto seguramente se sumarán, son países también subdesarrollados interesados en sostener el atraso y la coerción.
Obviamente me refiero a Rusia que ya está dejando atrás los restos de democracia le queda, a Irán al que se sumarán tarde o temprano todos los países musulmanes del Norte de África y el sudeste asiático. Y es probable que poco a poco la influencia China se vaya apoderando del resto de África y lamentablemente también Sudamérica.
Del otro lado la alianza del desarrollo: Europa, Japón, Australia, Corea del Sur, Israel y EEUU ¿Claro no?
Pero ¿En qué consiste esta guerra?
Simple, en la imposición de sistemas políticos-económicos capaces de superar al otro económicamente primero y políticamente después.
¿Por qué guerra y no simplemente cada uno con su sistema, sobreviviendo y compitiendo pero sin necesidad de ir a un enfrentamiento?
Porque la economía de China tarde o temprano superará a la de EEUU de manera significativa, lo suficiente como para que comiencen las presiones reivindicativas por más derechos de sus ciudadanos. Esas presiones son el mayor enemigo del soberano subdesarrollado. Y lo saben. Además, nada será más satisfactorio para estos regímenes que llevar al oponente a la misma condición que la de ellos, con la enorme ventaja de que serán los nuevos líderes.
A lo que hay que sumar a Zaratustra que siempre estará a la expectativas de hacer ver su superioridad sometiendo a su competidor. Nada liberará más endorfinas a los ciudadanos y dirigentes del subdesarrollo que ver en desventajas a los ricos y poderosos otrora líderes mundiales. Esta tendencia pulsional siempre estará presente y actuando subrepticiamente.
¿Es inevitable el enfrentamiento?
No creo sea inevitable.
¿Necesariamente alguno tiene que ser ganador?
Para responder esta pregunta es necesario recordar que desde que el hombre comenzó su historia, siempre unos pueblos estuvieron enfrentados a otros. Los sumarios con los acadios, los griegos con los persas, los europeos con los otomanos, los norteamericanos con los rusos por nombrar solamente los más significativos dejando afuera miles de ejemplos. Siempre en un precario equilibrio hasta que uno descubría o creía estar más fuerte y era entonces el momento de hacer efectiva la contienda mediante enfrentamientos militares.
Nada indica que hoy la historia haya cambiado. Excepto las armas a utilizar como más adelante me explayo en este tema.
Además, también en toda la historia del hombre (y su Zaratustra), el soberano buscó siempre incansablemente mantener su posición recurriendo a lo que sea para lograrlo. Siempre, ya que son excepciones contadas con los dedo de una mano aquellos que cedieron el liderazgo por una causa común, por el progreso. Y sin que alcancen los números para contar aquellos que jamás hubieran cedido si no fueran obligados por circunstancias adversas.
Hoy sigue rigiendo la misma regla. Hoy ningún soberano resigna el poder si no es obligado a hacerlo.
De que no existe la menor duda  es de la existencia de la rivalidad China y sus aliados con Europa desarrollada y EEUU.
Pero esa rivalidad ¿puede transformarse en guerra fría tal como se entiende este concepto? ¿Concepto que implica la lucha por vencer a través de los medios que se considere necesario? Significando vencer la destrucción del sistema de gobierno del rival. Definitivamente el riesgo de que así sea es muy elevado.
Los contendientes:
Del lado del desarrollo, su soberano, el pueblo en democracia dispuesto a dejar hasta la "última gota de sangre" por sostenerse en el poder, a través de un sistema conducido por ciudadanos que eligen sus gobernantes mientras controlan los actos de gobierno para asegurarse de que sus representantes cumplan las promesas por las que fueron elegidos y en caso de considerar ineficientes sus políticas, cambiarlos en las próximas elecciones.
Mientras, buscan obtener el mayor margen posible de distribución de beneficios de la actividad económica dejando el margen necesario de ganancias al inversor para no detener la economía y disfrutar de elevados niveles de calidad de vida que implica salarios muy superiores a los de los países subdesarrollados. Beneficios sociales que no podrían soñar siquiera los pueblos atrasados como educación gratuita de primer nivel, salud universal gratuita mejor aún, libertad absoluta de opinión, seguridad de la persona, respeto desde el Estado hacia el ciudadano y desde el ciudadano hacia el Estado, más un largo etcétera. En fin, todo lo que conocemos de la vida en los países desarrollados resumidos esos logros en un enorme "Capital Social".
Ahora bien, ese mínimo margen de ganancias de las empresas para distribuir beneficios solamente es posible mantener en el tiempo por dos factores claves que únicamente los países desarrollados son capaces de ofrecer: llámese organización social y previsibilidad óptimas.
La certeza de la consciencia de la sociedad de su capacidad para auto gobernarse haciendo lo que la razón es capaz de recomendar y muy difícil que se tomen decisiones irracionales conducidas por pasiones o pulsiones que a menudo prima intereses individuales en detrimento del interés general y del Estado y por tanto del sistema entero, es lo que permite a las corporaciones aceptar márgenes mínimos de ganancia apostando a una renta lenta pero mantenible en el tiempo.
El otro sistema contendiente, el del soberano del  subdesarrollo, el del dictador, ocupante de un lugar producto de la incapacidad cultural del pueblo para utilizar la racionalidad mantenible en el tiempo por lo que que se ven obligados a gobernarse mediante el autoritarismo para lograr un mínimo orden y organización necesario para su subsistencia. Autoritarismo a su vez auto reforzado por el interés incansable de los Zaratustras que hacen, o más importante aún, que no dudarán en seguir haciendo todo lo posible para mantener sus posiciones de privilegio donde destacar su ego. Por lo que, a su vez, la democracia y prevalencia de los derechos humanos no deja de ser utópico ante la ineficiencia cultural similar a la que prevalecía en sus antepasados.
Esta realidad puede resumirse con los términos exiguo "Capital Social".
Este sistema básicamente se fundamenta en salarios mínimos, beneficios sociales acotados en todo lo posible para asegurar el mayor margen de ganancia a las corporaciones para que mantengan sus actividades en sus países y de ser posible, trasladen las inversiones desde el desarrollo hacia el subdesarrollo atraídas por la codicia, por Zaratustra, que "ilumina" el rostro del inversor toda vez que aumenta el monto de sus depósitos bancarios (aunque no sepan para que los necesitan).
Pero si bien es cierto que son muy atractivas las ganancias sin límites, no deja de ser necesario garantías mínimas ante el riesgo que significa un estado de coerción pasible de cambios impredecibles en el tiempo y así asegurar su permanencia al menos el tiempo necesario para evitar pérdidas de capital invertido.
Esa garantía solamente es posible con un autoritarismo  en condiciones de controlar las variables que puedan desestabilizar el sistema. Cuánto más evidente es el control de la justicia, del poder militar y de los movimientos sociales reivindicativos que inevitablemente deben enfrentar las dictaduras, más confiados los codiciosos y predispuestos a invertir y sumar en sus cuentas bancarias.
Así que el objetivo de máxima del soberano del subdesarrollo es necesariamente buscar los mecanismos para afianzar el subdesarrollo. Es lo que hace el partido comunista en China o está intentando Putin para al fin y al cabo hacer exactamente lo mismo que hacen los chinos una vez caído el régimen comunista. Va lo mismo para Irán y los demás países musulmanes amparando su poder en el mejor garante de legitimidad que en toda la historia tuvo el poder subdesarrollado o primitivo, en un poder divino, en Dios. En Alá.
Pero ¿Cuáles son las armas que definirán quién será el ganador de esta guerra si finalmente hay alguno?
Esas armas son las corporaciones multinacionales. Las conquistas a través de la fuerza militar dejaron de ser utilizadas por las naciones que podían someter a las demás repitiendo lo inevitable a través de toda la historia conducidos por Zaratustra (recordar que los países desarrollados en politica exterior se siguen rigiendo por el realismo, el mismo realismo que prevalecía 5.000 años atrás) cuando descubrieron que las corporaciones multinacionales son un armamento muchísimo más efectivo que los tradicionales. Las economías de todos los países, incluidos los suyos, no pueden de ninguna manera sobrevivir sin el aporte de estas moles de poder y dominación. De hecho durante la supuesta descolonización, las naciones imperialistas retiraron los ejércitos pero dejaron las corporaciones en áreas claves de las economías.
Sabían y aún saben que sin el aporte de éstas, las economías locales son inviables y con ello tampoco los poderes centrales por más autoritarios o dictatoriales sean.
Los desastres inflacionarios o crisis de deuda o estancamientos sumidos en la pudrición de la corrupción con desigualdades intolerables solamente son pasibles de remediar, al menos parcialmente y así evitar el desmoronamiento del poder instituido, con la presencia de la inversión extranjera directa desde estas corporaciones.
El secreto para poseer este armamento está en que debe haber un Estado atrás capaz de generar las condiciones necesarias para su creación. Si son incapaces de ello, necesariamente siempre terminan viéndose obligados, por más intentos de independencia o desarrollismo nacional intenten, a volver a caer en sus manos rogando más tarde o temprano para que vuelvan con sus capitales a dar dinamismo a las economías.
En definitiva, la corporación multinacional no es otra cosa que el arma madre.
Armas además que solamente los países que cuentan con una capacidad organizativa nacional óptima pueden crear el ámbito adecuado para que estos monstruos corporativos productivos de bienes y servicios nazcan, crezcan, se desarrollen, mejoren, progresen, creen más y más innovaciones inalcanzables para cualquier potencial competidor que no cuente con el ámbito de origen que solamente los países más avanzados podían ofrecer hasta hace poco tiempo atrás.
Hoy, un país subdesarrollado parece haber encontrado la fórmula para crear estas armas con otra "materia prima".
La primera guerra fría conocida tenía un ganador asegurado, ya que se trataba de un bando que competía con el Capitalismo vs otro que lo hacía con el Comunismo, pero mientras el ser humano siga perteneciendo a la especie homo sapiens, continuará actuando Zaratustra y mientras así sea, el comunismo está condenado al fracaso con o sin oponentes -ver "el comunismo y su enemigo imbatible"-
Pero, supongamos por un momento que el comunismo se hubiera impuesto, el resultado hubiera sido el fin del liberalismo, que es lo mismo que decir el fin de todos los progresos logrados por la humanidad hasta la fecha (probablemente con posibilidades de revertir la situación alguna vez, pero el hecho igualmente hubiera sido contundente y con el gran interrogante de si se podía volver o finalmente profundizar el deterioro)
Sin embargo esta nueva guerra fría tiene un cambio fundamental que hace que el ganador, si es que hay uno alguna vez, puede ser cualquiera de los dos. ¿Cómo es esta cuestión?
Continúo.
China, próximamente seguramente sus aliados también lo advertirán, se dió cuenta que las verdaderas armas de la guerra actual se llaman corporaciones multinacionales.
La Unión Soviética, se dió cuenta demasiado tarde que la guerra no se basaba en el autoritarismo, carrera armamentista y acción política para expandirse, sino en la posesión de estas nuevas armas que requiere de un requisito infaltable para generarlas, de la codicia actuando en el ámbito económico y no en el burocrático y/o político.
Por ello perdió y desapareció.
Y China además de percatarse de esta realidad, descubrió la fórmula para generar sus corporaciones multinacionales capaces de competir con aquellas que surgen desde el desarrollo, pero con un método que está a su alcance dadas sus limitaciones enmarcadas por una cultura atrasada.
¿El método?
Sencillo, dar todas las facilidades a Zaratustra para que obtenga sus caprichos, es decir las ganancias que se les venga en ganas a cuanto candidato exista que desee destacar su ego a través de la actividad emprendedora. Reemplazando la previsibilidad de la racionalidad de los países desarrollados por un autoritarismo duro y eficientemente implantado con la conducción desde el Estado para dar todos los beneficios y facilidades posibles para que las industrias cuenten con las condiciones que a través de caminos diferentes, puedan competir con las de los países desarrollados.
A cambio de previsibilidad, institucionalidad, racionalidad, progreso social, ofrecen enormes beneficios fiscales, toda la protección posible desde el Estado, exorbitantes ganancias e incentivos económicos interminables a todos aquellos que se dirigen a participar en la producción de la "pólvora" para esta guerra. Lentamente nos vamos acercando al nudo de esta cuestión y porqué podríamos caer en una nueva Edad Media. El emprendedor, la materia prima para la construcción de las armas modernas de dominación, deberá decidir dónde dedicarse a crear y dónde encontrará el mejor ambiente que satisfaga sus ambiciones y codicias.
¿Donde reina el orden en democracia pero con rentas bajas dejando gran parte de las ambiciones de sus zaratustras en el fisco? ¿O donde las ganancias pueden ser infinitas aunque exista el riesgo de que el "fulano" que da garantías desde el poder de repente cambie por otro que nadie es capaz de controlar lo que se le puede ocurrir hacer?. Tal vez continuar como hasta ahora, poniendo un poco de un lado y otro poco en el otro.
Pero cuidado, estas armas son como los mercenarios de antaño, van donde está el mejor postor.
Ford o General Electrics son hoy de pertenencia norteamericana ¿Pero seguirán indefinidamente siéndolo? ¿Habra más Harley Davidson?
Lo cierto es que  hoy las posiciones están clarísimas.
La guerra se libra a través de las nuevas armas de dominación, las corporaciones multinacionales y desde un bando se producen desde un Estado altamente organizado en democracia a cambio de rentas mínimas y desde el otro bando, bajo el riesgo que implica la incapacidad cultural para organizarse previsiblemente en democracia, pero con ganancias fabulosas más un apoyo estatal enorme.
Y he aquí el nudo del riesgo de retrotraernos a una nueva Edad Media o Antigua: para garantizar ganancias infinitas al emprendedor apoyados en un Estado con una sociedad con una cultura con discapacidades para organizarse, se deben "pagar" consecuencias extraordinariamente serias.
Es necesario profundizar ésta idea: si la cultura es inadecuada, las políticas públicas, entre ellas las encargadas de favorecer a compañías o emprendedores dirigiendo enormes cantidades de capitales estatales, también serán altamente deficientes por lo que se deberán sacrificar enormes sumas de dinero en ineficiencias y eso significa lisa y llanamente, sacrificar salarios y gastos sociales desde el Estado a guarismos mínimos. Siempre mínimos y reservar todo lo posible a cubrir las ineficiencias del sistema.
Es la única manera de producir un ámbito donde entre muchos fracasos inevitables dado su condición de origen, algunos logren el objetivo: traer a la contienda nuevas armas.
Es exactamente lo que estamos viendo fácilmente de advertir con el Alibaba informático o las múltiples corporaciones de la industria automotriz chinas que van en busca del mercado (estas dos industrias son paradigmas de la competencia multinacional presente en cada uno de los hogares de los ciudadanos pero que probablemente sean mucho menos importantes que otras de productos intermedios que difícilmente advertimos como el avance en la posesión de puertos internacionales o producción de energía).
Por lo pronto, es evidente que en la producción de armas de "bajo calibre" como la industria de producción de productos de baja tecnología como juguetes y demás "chucherías" el bando del subdesarrollo ya sacó claramente enormes ventajas. Por suerte, no sucede, aún, lo mismo en armas de "grueso calibre" como las de alta tecnología.
¿Continuará así?
Imposible saberlo.
¿Qué podría pasar desde mi posición?
Una posibilidad es que si occidente ve superior el sistema del subdesarrollo, decida cerrar sus economías y limitar el intercambio comercial a la zona "de desarrollo" para mantener la calidad de vida de sus ciudadanos (de lo que están Trump y los conservadores europeos probablemente detrás), pero está estrategia está condenada al fracaso desde el vamos por la globalización que llegó para quedarse sin que exista nada ni nadie que pueda evitarla. El entramado de intereses hace ya imposible dar marcha atrás. Cualquier escenario que finalmente se presente, estará enmarcado inevitablemente dentro de la globalización.
Globalización inevitable que suma otro factor importantísimo más para que el enfrentamiento finalmente tarde o temprano sea una realidad, si es que ya no lo es, toda vez que en un mismo escenario compiten dos métodos o sistemas diferentes y políticamente antagónicos.
Y como siempre sucedió en la historia, toda vez que alguien se vió superior al otro, el intento de conquista y sometimiento del débil fue la regla por venir. Nunca jamás debemos olvidar que detrás de la generación de estas armas está un primitivo instinto, Zaratustra, cuya actividad a través de la ambición o codicia, es inevitable sea la que tiene la última palabra, tanto para los desarrollados (que lo son justamente por su capacidad para controlarlo utilizando sus facetas positivas como la creación de riquezas mientras disminuye todo lo posible sus facetas negativas como la desigualdad social alevosa) como para los subdesarrollados, toda vez que es el capitalismo el encargado de proveernos, no solo de los bienes y servicios necesarios para nuestra subsistencia, sino también de las armas para la defensa o ataque. Reitero, tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados, el alma de la actividad económica se encuentra en un primitivo rincón de nuestro cerebro conocido como instinto, en este blog como Zaratustra.
Es justamente esta debilidad intrínseca de la humanidad la que deja un enorme signo de pregunta por quién puede ser el ganador toda vez que aún un mecanismo primitivo es el que lleva la iniciativa en nuestro sistema económico. Sistema económico productor de "armas" dicho sea de paso.
La otra posibilidad, la más deseada por lejos, es que China siga los pasos que siguió Corea del Sur.
Este país de hecho hizo exactamente lo mismo que está haciendo China para crear sus corporaciones multinacionales y una vez logrado el objetivo que le permitía competir en el realismo imperante y así evitar ser sometida por un poder superior, se animó a dar el próximo paso, conducir políticamente a la sociedad a desarrollar su cultura cívica imitando a su vecino Japón. Lo logró.
¿China tomará ese camino?
Lo veo difícil por la magnitud de su población y la distribución de la misma. Es justamente esa magnitud de población la que la pone en condiciones de competir desde el subdesarrollo contra el desarrollo.
Corea del Sur estaba condenada a desarrollarse si quería sostener el nivel de adquisición de productoras de "pólvora" en el tiempo sin caer en un nuevo período de autoritarismo ineficiente e incapaz como es la norma en cualquier rincón del mundo subdesarrollado. Su reserva de mano de obra barata era limitada.
De nuevo, logró su objetivo como también lo está intentando Singapur.
Pero China es diferente, puede ser sustentable su sistema al contar con una reserva impresionante de "mano de obra de servidumbre" capaz de sostener los desequilibrios sociales altamente injustos por muchas décadas más.
Las suficientes como para destruir al oponente antes de que su reserva se acabe.
Solamente necesita mantener el crecimiento económico sin pausa para evitar desbordes sociales. Y de hecho ese es su limitación que tarde o temprano deberá enfrentar. Que el crecimiento basado en "mano de obra de servidumbre" (claramente demostrado con la prohibición de acceder a los centros de producción industrial sin el permiso necesario) como en la Edad Media, alguna vez se acabe ya que crecimiento económico sin pausa implica sumar mano de obra, se quiera o no.
Pero si es capaz de sostener este sistema inacabadamente, y el bando del desarrollo es incapaz de mantener competitivas sus corporaciones con salarios elevados evitando que estás sigan migrando más y más hacia donde ven el canto de sirena de Zaratustra o peor aún, que el sistema del subdesarrollo termine siendo más efectivo en la creación de armas, e incluso más poderosas, entonces habrá un ganador. Y no es el que garantiza progreso a la humanidad precisamente.
Entonces, tarde o temprano, los países desarrollados deberán ir abandonando beneficios sociales hasta poner en riesgo la estabilidad social por el inevitable surgimiento de protestas inacabables y desestabilizantes que en cualquier gobierno democrático (que de por sí cuenta con debilidades intrínsecas) ante situaciones como éstas se desencadenarán.
Ese será el primer paso hacia una nueva Edad Media si es que ese paso ya no se ha producido.
Europa, Japón y EEUU no se podrán permitir quedar rezagado en la producción y mejoramiento de las armas de dominación.
Al punto que se deberán plantear obligadamente, si este escenario se presenta, la necesidad de adoptar el mismo o similar sistema económico de los subdesarrollados. Competir con salarios. Incluso al límite de desentenderse de la democracia si la situación de vulnerabilidad ante semejante oponente ve necesario. Entonces, una nueva Edad Media habrá comenzado.
Cómo podrá observar lector, las predicciones son muy difíciles de hacer. Cualquier cosa puede pasar y habrá que estar atentos y advertir a cuantos se tenga alcance para que estén preparados para enfrentar las consecuencias de estos probables  sucesos por venir y hacer lo necesario para que no se produzcan. Aconsejo leer las entradas seleccionadas en "post principales" para comprender con más profundidad lo que intento transmitir.

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