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Mostrando las entradas de febrero, 2018

Míralo, Zaratustra está ahí. Nadie lo ve pero siempre está (5)

Reproduzco otra nota donde nuevamente tienen frente a sus "narices" a Zaratustra pero, como siempre, no logran verlo -ver "Presento a Zaratustra, el protagonista del blog y del libro"-. Detectan a la envidia como un factor determinante en la vida del hombre pero no distinguen su origen en un primitivo instinto. Detectan a la envidia como motivador de la actividad humana, pero no ven la otra cara de la misma moneda tan importante como ésta, me refiero a la ambición o la codicia. Consideran a éstas últimas como un fenómeno ajeno a la envidia sin advertir que cuando el instinto Zaratustra busca satisfacer su objetivo se expresa con la ambición o codicia y cuando percibe que su objetivo puede ser inviable, se expresa con la envidia para motivar al individuo para que busque las respuestas a la deficiencias del plan. El plan: destacar nuestro ego para que sea advertido por los demás. Preferentemente mostrando superioridad económica a través de la ambición o codicia. D