Razón vs Instinto

En éste blog se insiste en la decisiva importancia que tiene en nuestra organización política, económica y social dos fuerzas ajenas a aquello que consideramos que nos hace humanos, distintos de las otras especies de animales que comparten nuestra existencia en este lugar llamado planeta tierra, me refiero a nuestra capacidad de pensar o razonar. Esas dos fuerzas, muy conocidas para quienes visitan el blog, son nuestros instintos y nuestra cultura cívica y política . Los primeros, mediante su expresión conocida como la codicia o la ambición , nos imponen nuestro sistema económico y nuestra organización política global entre innumerables otras cuestiones, a través del famoso capitalismo en la actividad económica y del realismo o realpolitik en la política global (recuerde la famosa y aún vigente frase de Adam Smith "la egoísta ambición por obtener ganancias que finalmente redunda en beneficios para los demás" en el ámbito económico y la aún más que vigente ley "el más

Imposible no compartir ésta columna de J. Fernández Díaz . Muestra con la claridad de un enorme intelectual la manera en que el resentimiento, Zaratustra, genera millones de esclavos capaces de convertirse en vampiros acudiendo a la razón instrumental para justificar lo que sea con tal de continuar chupando la sangre de sus víctimas. Dudo exista una mejor manera de representar, como si de un cuadro de Miguel Ángel se tratara, los efectos de nuestras ciegas pasiones capaces de dominar con la crudeza y la eficiencia de un esclavista la conducta cívica y política de los homo sapiens y los innumerables recursos que ellas utilizan para justificar lo absolutamente injustificable. Observe: El vampirismo kirchnerista afila sus colmillos  Borges consideraba con malicia que Horacio Quiroga era una superstición uruguaya y que escribía mal lo que Kipling ya había escrito bien. Sin embargo, el autor de Historia universal de la infamia solía ser más benigno con otros narradores populares, que au