Zaratustra y el Boca-River

Todos en el mundo conocen lo que sucedió en el evento deportivo de fútbol donde el club Boca Juniors competía con River Play por la copa llamada Libertadores de América.
Pero ¿Por qué suceden estos fenómenos?
Por el de siempre, por Zaratustra.
Veamos de qué manera.

¿Qué lleva a la pasión destructiva y animal que muestran los simpatizantes de los clubes de fútbol como en este caso?

La proyección de sus egos en otra entidad, que puede ser una institución deportiva como en este caso representada por el club de fútbol elegido o en otra individualidad como vemos cuando proyectamos nuestro ego en un boxeador que compite con otro de una nacionalidad diferente.

¿Qué buscan esos egos que se proyectan en otra entidad?

Lo que siempre exige Zaratustra, sentirse superiores a los demás.

¿Y la competencia deportiva?

Es la excusa aportada por la razón instrumental.
Lo único que importa es saberse superiores al poseer el título que el otro no posee.
Las endorfinas que libera Zaratustra por este logro son interminables.
Cada vez que estemos ante un simpatizante de River si Boca ganara (me incluyo como todo homo sapiens bajo el brutal influjo de Zaratustra), en cualquier momento del año y durante todo el año, Zaratustra nos reconfortará con sus adoradas endorfinas euforizantes al estar frente a alguien que vemos como rivales ¡e inferiores a nosotros!
¡Cuánta alegría! ¡Gracias Zaratustra por brindarnos esos momentos tan gratos!
Obviamente, lo mismo vale para los simpatizantes de River si éste finalmente se alza con el trofeo.

¿Alguien cree que existe algún otro motivo que genera tanta euforia, pasión y a veces tanta animalidad como vemos en estos eventos una y otra vez?

No. El responsable es uno solo y se llama Zaratustra. Ese instinto que no dejo de insistir en su divulgación dada su tremenda importancia, no solamente por lo que pueda influir en un deporte, sino en cuanto ámbito incumbe a la sociedad toda.

Instinto que nos presiona para que destaquemos nuestro ego mostrándonos superiores a los demás, individualmente a través de alguna habilidad o privilegio propio o proyectando nuestro ego en un ente externo, como el caso del club de fútbol.

¿Acaso importa aunque sea a un simpatizante si el ganador es el que mejor juega al fútbol? ¿Como debería ser?

No. Y no importa si se obtiene el trofeo en la cancha o en el escritorio de la Conmebol.
Lo único que realmente importa es satisfacer el deseo de nuestros Zaratustras: sentirse el mejor o más ganador habilitado al poseer el trofeo sin importar nada el cómo se lo obtuvo.
¡Lo demás no importa!
Si logramos el objetivo, la euforia suele ser interminable y ¡Cuánto se agradece!

Pues bien, algo cuya actividad parece limitada a lo que sucede en un simple evento deportivo, es lo que decide nuestro destino.
-Económico: al buscar Zaratustra destacar nuestro ego a través de la superioridad económica y con ello la continua e incesante aparición de los ambiciosos (o codiciosos) llevados a emprender para lograr los objetivos propuestos y desde este fenómeno, nuestros empresarios y con ellos la Economía de Mercado y su fiel compañero, el Capitalismo.
-Ideológico: al buscar evitar que los privilegiados nos refrieguen sus egos superiores en la cara todos los días de nuestras vidas adoptando ideologías políticas que mejor se adaptan a estas exigencias de Zaratustra (así como busca que destaquemos nuestro ego mediante la ambición, también busca evitar que los demás nos saquen ventajas a través de la envidia). Todos conocemos estas ideas políticas: el comunismo alguna vez hasta que demostró ser un enorme fracaso, reemplazado hoy  por todas las variantes de socialismo no comunista (¿Cómo explicar sino la reivindicación del régimen comunista cubano en la llamada contracumbre en Argentina encabezado por Cristina Fernández de Kirchner acompañada por la dirigencia política que la acompaña y que cuenta con el apoyo del 35% de la población a pesar de los extraordinarios escándalos de corrupción demostrados durante su gestión y cuya principal banda delictiva está encabezada por su propia familia?).
.Fracasos monumentales: como el del comunismo al intentar atentar en su contra queriendo anularlo en nuestra actividad económica y política. Gravísimo error, Zaratustra se encargó de mostrarles a los comunistas su enorme poder.

¿Hace falta más ejemplos dónde se observa su tremenda importancia?
¿Quieren sumar la cuestión ambiental?

No creo sea necesario. Con lo mencionado es más que suficiente si se tiene la sagacidad para descubrirlo.

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