La vacuna rusa, otra historia psiquiátrica

En el post "Instituto Patria, un psiquiátrico. Y sin psiquiatras" cuya presidente es Cristina Kirchner, intento transmitir las ideas que emanan de este establecimiento totalmente alienado de la realidad a través del análisis de la exposición de Carlos Raimundi en uno de sus seminarios.
Básicamente, entre otras locuras, el seminarista busca justificar la necesidad de la instauración de un gobierno con continuidad en el tiempo evitando las alternancias propias de todo sistema democrático. Consideran totalmente insuficiente el tiempo de dos mandatos consecutivos permitidos por la Constitución para conseguir los objetivos que se proponen. La conocida frase "Cristina eterna" es justamente una expresión que utilizan para instalar la idea en la sociedad. Objetivos que, como todo loco, ni siquiera los tienen claro pero que se puede resumir en un autoritarismo fuerte que pueda hacer viables las políticas conducidas desde un Estado que debe controlar todos los resortes de la organización económica, social, sanitaria, etc. No llegan a proponer un comunismo soviético liso y llano ya que Raimundi reniega de Stalin pero acepta con los mejores rótulos a Fidel Castro. Sin embargo, si bien el sistema cubano puede ser una opción, no descartan el sistema chino donde convive la actividad privada con el estatismo dirigista y autoritario del régimen del partido comunista chino. Sus ideas estarían más o menos inscriptas en una especie de mix donde cualquier cosa cabe siempre y cuando sea el Estado el que conduzca todos los resortes del país detrás de una supuesta justicia social ecosostenible más toda la perorata que a menudo acompaña a estos locos (aprovechan la cuestión ecológica para sumar adeptos cuando se puede estar seguro de que si el planeta entero se interpone en sus objetivos no dudarán en destruirlo) y que termine de una vez con la "dictadura atroz del maldito capitalismo financiero internacional opresor de la libertad y oportunidades de los pueblos". Sí, lo sé, tiene razón señor lector, están totalmente locos pero dado el enorme poder que poseen en el gobierno actual de Argentina vale seguir el análisis.
Llegado a este punto que describe la intención del Instituto Patria y aliados, llámense La Cámpora, el fracasado y reciente Proyecto Artigas más otro etcétera con menor representatividad pero no menos peligrosos y que juntos suman un inamovible 35% del electorado, queda ver su ubicación en el contexto de la política global y su relación con el tema que nos toca, con la vacuna contra el coronavirus Covid 19. Fundamentalmente evaluar quiénes son sus aliados con quienes consideran deben estar alineados. Obviamente, Cuba en primer lugar siguiendo con cualquier otro país que cumpla con el requisito de ser un país con un gobierno autoritario y lleve algún nombre que se asocie al socialismo anticapitalista que pueda sacar a los pueblos de la esclavitud del sistema financiero internacional.
"De cabeza" entran China, Venezuela, Irán y también la ultra nacionalista y ya declaradamente dictatorial Rusia. País éste último que tiene como fundacional principio rector al orgullo de pertenencia a la Madre Patria para coesionar las voluntades populares y hacer sostenibles los poderes de gobierno sin importar de que tipo de gobierno se trate. Reivindicar la poderosa Rusia alcanza y sobra para empoderarse a quien sea.
El fenómeno Putin es justamente el resultado de este entuerto psico social.
Si me siguen van a poder entender con claridad por dónde viene la mano en esta nueva locura que seguramente tiene su orígen en el "Olimpo" del Instituto Patria. 
Mientras Rusia dedica todo el tiempo en ver todas las maneras posibles que les permitan mostrar una imagen, real o falsa, les da exactamente igual, de grandeza, los genios del poder político argentino encontraron una combinación de circunstancias  que les parece que puede venir como "anillo al dedo" a la muy delicada situación de sus representantes en el gobierno y así "matar dos pájaros de un tiro".
Esto es, impulsar la imágen de su aliada Nación rusa dándole la exclusividad de ser los pioneros mundiales de las ciencias de la salud con la creación y utilización de una vacuna contra el enemigo de la humanidad llamado coronavirus mientras su representante títere en el gobierno levanta su destruida imágen mostrándose como el líder de uno de los primeros países en vencer a la pandemia de la mano de la "grandeza científica" de los aliados rusos y la "enorme eficiencia" del gobierno argento.
Esta locura ya inconcebible para cualquier persona que está en pleno uso de sus cabales tampoco les parece suficiente. Van por más. 
Veamos. Todos sabemos que es una vacuna que más allá que pueda ser efectiva e inocua para la salud, está en plena fase 3 de investigación. Es decir aún no puede ofrecerse para su utilización en la ciudadanía salvo que uno desee formar parte como voluntario en el proyecto de investigación y desarrollo. Y para empeorar, en una fase 3 atrasada respecto al desarrollo de otras vacunas y de laboratorios infinitamente más reconocidos que los desconocidos rusos y para colmo, rayando la locura total, implementándola con carácter obligatorio. Es decir, obligando a la ciudadanía a arriesgar futuros probables problemas de salud que pueden ser incluso mucho más graves que el mismo coronavirus como si fueran literalmente conejillos de indias (de hecho se especula que puede afectar la función de la angiotensina 2, una enzima que se encuentra decenas de veces más concentrada en los testículos respecto de otros órganos con el riesgo potencial de provocar alteraciones en la fecundidad)
Llegado a este nivel de locura, es esperable que el lector se pregunte ¿Pero como es posible que puedan llegar a semejante delirio? No se preocupen, nuestra naturaleza humana a través de sus instintos siempre encuentra recursos que justifiquen sus intenciones por más macabras puedan llegar a ser. Y los recursos surgen de los principios ideológicos que utilizan estos individuos para saciar su sed reivindicativa del sentimiento de inferioridad que los aqueja insistentemente al suponerse inferiores a aquellos malvados capitalistas que asolan al mundo escondidos detrás del macabro sistema capitalista financiero global -ver "Envidia y codicia, los dioses de nuestro Olimpo" o "Míralo, Zaratustra está ahí. Nadie lo vé pero siempre está (1)(2)(3)(4)"-. 
Es simple, al tomar al Estado como eje central y conductor de las políticas nacionales, cualesquiera sean, el individuo pasa a ocupar un lugar de intrascendencia y obligado a someterse a los dictados que surgen desde ese órgano central director y decisor llamado Estado.
Significa lisa y llanamente que la vida de los individuos queda supeditada a los objetivos del Estado representado en un gobierno dispuesto a seguir las directivas que de allí emanan. Tal vez les parezca extrema esta idea pero basta recordar la indiferencia absoluta hacia los ciudadanos de los regímenes de Stalin, Mao, Pol Pot o Hitler para ver que no tiene absolutamente nada de extraordinario. Los genocidios en masa por hambrunas o exterminios criminales no constituyen un obstáculo para sus planes estatales.
Pueden estar seguros que algún riesgo de efectos adversos en masa por una eventual falla de la vacuna no implica un obstáculo al plan toda vez que la prioridad no son los individuos, sino el Estado rector y totipotencial que todo sabe y puede hacer por el fin último: el bienestar de la sociedad. Sociedad en la que recién allí están incluidos los individuos.
Y sí, pueden estar seguros que para Putin y los personajes del Instituto Patria, esto es así. Si finalmente tienen la mala suerte del fracaso de la vacuna, la justificación, totalmente atolondrada justificación, la tienen ya incluída en el plan.
¡Al punto de arriesgar a instrumentarla como obligatoria! 
Ojalá entiendan el mensaje porque es muy pero que muy probable que el verdadero curso de estos hechos esté marcado por los conceptos vertidos en este post.

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