Chile nos muestra el camino 4


En el año 2017 publiqué el post "Chile nos muestra el camino 3" donde además de alabar lo que viene haciendo el hermano país chileno, advertía sobre el riesgo al que se sometía si su clase dirigente y empresarial no cedía a reclamos sociales en educación y salud manteniendo los parámetros capitalistas que todos los países exitosos saben que son innegociables.
Pues bien, lamentablemente pasaron los años y la tozudez de muchos en no ceder aunque sea mínimos aumentos impositivos para satisfacer demandas lógicas en salud y educación los llevó a lo que hoy estamos viendo. La radicalización de la política chilena que puede llegar a destruir todo lo logrado hasta ahora en pocos años.
Reproduzco un segmento del post para su mejor comprensión de la idea y a continuación un extracto de la entrevista realizada a un lúcido periodista chileno que lo confirma. El dr Tomás Mosciatti.
Observe.

"En todos los rincones del planeta subdesarrollado, declararse liberal de mercado, abierto a las economías del mundo dando al estado mínimas responsabilidades dejando a la mano invisible de Adam Smith que sea la que lleve finalmente los beneficios a todos, es como nombrar a Satanás.
Únicamente de manera subrepticia y meticulosa es posible incorporar políticas liberales en los planes de gobierno si no se quiere sufrir el rechazo popular (menos necesario cuando se proviene de crisis populistas típicas de estos procesos donde la población está más expuesta a aceptar lo que sea con tal de mejorar la situación social). Chile es claramente una excepción y por ello los extraordinarios resultados obtenidos (prácticamente todos los otros países de Latinoamérica han pasado por el eterno círculo vicioso de populismos con un corto periodo liberal para arreglar los desastres heredados y volver a un nuevo populismo)
Esta aislada rareza chilena de tener gobiernos que se suceden manteniendo políticas liberales durante tantos años seguidos sin caer en períodos pseudosocialistas destructivos es extraordinario.
Extraordinario porque si se observa qué es lo que finalmente termina definiendo el voto democrático de las mayorías se encontrará con que son las emociones, impulsos o instintos los que deciden y no la razón como la mayoría imagina.
Las emociones y los impulsos  son decisivos en el proceso de razonamiento del homo sapiens. "No somos seres racionales sino seres emocionales que razonan" (esta es una extraordinaria definición que puede ver profundizada en el post “Míralo Zaratustra está ahí nadie lo ve pero siempre está (2)”. Y las emociones que surgen de la desigualdad social imperante en todos los países subdesarrollados inclinan mayoritariamente en el proceso de razonamiento a adoptar cualquier idea que implique distribución de la riqueza vía acción del Estado. Y las ideas que mejor se adaptan suelen ser las que prometen "los oportunistas nuestros de cada día" que nos llevan de un populismo a otro populismo por los “siglos y siglos que pasaron y aquellos que vendrán” (ver “el verdadero progresista” para comprender porqué generalmente los que llegan al poder en los países subdesarrollados son los "falsos socialistas o progresistas" degeneradores seriales de los proyectos verdaderamente socialistas en populismos corruptos hasta la médula y destructores de cualquier intento de organización social eficiente exista vía destrucción sistemática de las instituciones y no los "verdaderos socialistas progresistas"  como los que observamos en los países desarrollados de Europa Occidental). Dicho esto quiero hacer la advertencia del mayor riesgo que tiene Chile y es que nuestras emociones humanas conducidas por instintos que no toleran la desigualdad de poder o riquezas finalmente decidan inclinar a los votantes chilenos por un “nuevo y generoso” distribuidor de la riqueza que seguramente no hará otra cosa que distribuir lo conseguido hasta ahora con un enorme esfuerzo para disfrutar un corto periodo de buenaventura y chocar después con la realidad de siempre: con el desastre populista.
Es por esto que para mí es imprescindible evitar semejante riesgo.
Sus gobiernos, si bien deben mantenerse dentro de parámetros macroeconómicos estrictamente enmarcados en el liberalismo, economías abiertas, reglas de juego estables, serías y previsibles más un largo etcétera que conforman este eficiente sistema de creación de riquezas y prosperidad, deben apuntalar políticas que hagan llegar con la mayor eficiencia posible beneficios a todos los ciudadanos reduciendo más el índice de Gini mediante un sistema de salud, educación y retiro lo más justo e igualitario posible. Espero logren esas metas sin conflictos serios que destruyan los conseguido hasta acá y con ello se consolide el sistema político chileno hasta lograr el desarrollo."

Y Tomas Mosciatti un lucido periodista chileno nos dice lo siguiente

"Chile tuvo un desarrollo espectacular. La clase media, hace 25 años, era un 23%, aproximadamente, y hoy es un 58%. Chile alcanzó el mayor PBI per cápita de América Latina, el segundo ingreso per cápita de América Latina después de Panamá. La pobreza se redujo al 8%, cuando era el 38% cuando empezó la democracia. Estas son cifras indesmentibles: todos vivimos mejor, todos. Pero ocurrió, como lo indican estudios, que las personas prefieren vivir con mayores restricciones si es que hay menos desigualdad que con mayores bienes y mayor desigualdad. La desigualdad que se vio en Chile es enorme."

Saque ud sus conclusiones.

Comentarios

  1. En todo este valido análisis falta una cosa bien importante, el que construye la bomba y espera el menor chispazo para que la mecha se incendie y arda Troya. LLamenle el Foro de Sao Pablo, Puebla o los castristas.

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    Respuestas
    1. Coincido.
      La izquierda latinoamericana es expansionista. Internacionalista.
      No se conforma con destruir un país. Les apasiona destruir todo lo que se conoce que puede ser destruido.

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