Poder Social y equidad

Poder Social, no sabía que estaba identificado como tal el poder del pueblo, el poder del hombre de a pie, el del hombre común, hasta hoy que leí una columna de un prestigioso medio de comunicación.
En otros post describo el poder del pueblo en la historia de las sociedades. Poder de paso lento, pero constante. Débil pero de tan insistente, se hace fuerte sin que haya poder capaz de oponerse a su paso arrollador.
Siempre se sale con la suya. Tiranos poderosos buscaron y aún buscan frenar por cuanto medio encuentran su paso arrasador, pero solo sirve un tiempo. Más o menos largo, da igual. El resultado siempre es el mismo, el Poder Social y sus objetivos se imponen más tarde o temprano.
En el post  "tendencias" comparto con los que visitan el blog este conocimiento que me dejó la lectura curiosa de la historia. La lectura que busca constantemente encontrar los secretos ocultos entre las narraciones de los historiadores y entre esos secretos, el del poder del hombre común que, mancomunado en un ente social, siempre tiene "la última palabra. Conformando lo que ahora me entero que se describe como Poder Social.
Es ese Poder Social el que decide el presente y futuro de los pueblos antes y de las naciones ahora. Ese poder que dió fuerzas al mensaje de Jesús y creo el Cristianismo. El que a paso lento obligó a los poderosos abolir la esclavitud. El que no toleraba las injusticias avaladas e institucionalizadas por la iglesia y dió origen y fuerza a la Reforma. El que sabía que a quien corresponde gobernar su destino es a uno mismo y no a un supuesto "iluminado descendiente de los dioses" y por tanto, la Democracia es su destino, y así lo hizo luchando contra viento y marea hasta que se hizo realidad en una parte del planeta y que seguirá insistiendo, subrepticiamente, lentamente, en silencio a veces o a los gritos otras, hasta conquistar y hacer realidad su deseo en el mundo entero. Ese mismo poder que lucha contra la discriminación hasta casi hacerla desaparecer, a paso lento.
Pero ¿Ese Poder Social es infalible?
¿Cómo saberlo?
¿Cambia de objetivos?
No creo. Y si los cambia son casi imperceptibles.
Porque el Poder Social en realidad no busca otra cosa que llevar la moral a objetivos políticos.
Y los valores morales no son otra cosa que lo que la humanidad fue descubriendo a prueba y error durante miles de años qué es lo que hace al bien común y qué es lo que debemos desechar y evitar. No es muy complicada la tarea y parece haber encontrado los valores correctos. Son como leyes elementales donde la razón busca imponerse a nuestros caprichos instintivos que hacen imposible una vida en armonía en sociedad.
La honestidad, la gratitud, la responsabilidad, la honradez más un largo etcétera de otros valores morales no son otra cosa que descubrimientos racionales básicos que han logrado imponerse dado su necesaria presencia.
Valores traducidos a hechos políticos tienen a la Democracia y los Derechos Humanos como estandartes.
Eso sí, son descubrimientos de la razón que para consolidarse y traducirse en un valor moral deben estar siempre en armonía con nuestros impulsos e instintos. No podría ser de otra manera porque no habría forma de imponer un valor si así no fuera.
Y uno de los valores morales  que el Poder Social a decidido trasladarlo a la política al juzgar por los hechos políticos que se expresaron con vehemencia ya a partir de los mensajes de Jesús y "hechas piel" a partir de las revoluciones comunistas, es el de la equidad (objetivos subrepticios en algún momento se hacen expresos).
Fracasado el comunismo, este objetivo del Poder Social descubrió a la social Democracia como método para conseguir su objetivo (¿Volverá a insistir nuevamente con el comunismo o alguna variable de ésta? es probable que sí, en siglos pero sí) y se impuso en toda Europa. Y busca en países dictatoriales prohibiendolos declararse liberales globalistas a cuánto gobernante dictador existe (los gobiernos autoritarios y dictatoriales son mucho menos poderosos de los que se cree y mucho menos si se lo compara con la fuerza lenta y arrebatadora del poder social y por eso todos los dictadores se declaran socialistas distribuidores justos de la riqueza y nacionalistas más allá de que cumplan o no con sus promesas)
La equidad, valor moral que la razón social descubrió seguramente después de milenios de experiencias al percatarse que la inequidad (traducida económicamente en desigualdad) frecuentemente altera el bienestar y la cohesión social. Además cuenta con el apoyo oportuno del instinto Zaratustra cuya fuerte e insistente presión produce fácilmente intolerancia de la inequidad en los sectores menos favorecidos, en las mayorías, a lo que se puede sumar su faceta negativa que predispone a los poderosos, a las minorías, a explotar a los más débiles.
El "combo" perfecto siempre estuvo presente para que surgiera el valor moral de la equidad. Y así fué.  Y en politica encontró el camino a su objetivo a través de los estatismos, dirigismos, voluntarismos o en cualquier variante de social Democracia o progresismo o como quieran denominarlos. O en el Comunismo a pesar de sus rotundos fracasos.
De hecho, la ideología dominante en todo el mundo musulmán bajo la fuerte influencia de la religión tiene vedado al liberalismo económico como conductor de sus economías (por más que, artilugios mediante, se continúe favoreciendo a los afortunados poseedores de los capitales), China y su eterno gobierno lleva la palabra comunista en su denominación (va para ella la misma aclaración que en el caso anterior), todo el Sudeste Asiático en su eterna lucha de revolución y contrarevolución. Europa entera y su afianzadisimo Estado de Bienestar. Latinoamérica toda con sus peronismos, chavismos, priismos, socialismos. Vale lo mismo para el África negra.
Dicho esto, se podría conjeturar que el liberalismo económico (entendiendo como tal a las políticas económicas que privilegian la menor cantidad de impuestos posibles y dejar al individuo la responsabilidad de asistirse solo de los servicios sociales esenciales como salud, educación, jubilación, etc) tiene los días contados si damos por hecho el poder abrumador del "hombre de a pie". Poder que sumado a otros "hombres de a pie" hacen al Poder Social.
Pero ¿Por qué el liberalismo económico no deja de imponerse una y otra vez aunque las mayorías, el poder Social al fin, no lo acepta?
Porque la equidad solamente es posible con la cultura política adecuada (como varias veces en este blog se examina).
Sin ella, la equidad se transforma en más inequidad. Motivo por el cual, aún en la mayor parte del planeta, cuanta más libertad económica (sinónimo de inequidad social) más dinámica es la actividad económica.
Sin embargo, si la historia y lo que viene nos confirma que la humanidad es capaz de progresar -ver "Progresamos o solamente vamos tras nuestro inevitable destino" y "Un teléfono móvil en Babilonia"- (entendiendo progreso a la imposición de la razón sobre nuestros instintos a través del afianzamiento de los valores morales y sus correlatos políticos) no debería extrañarnos que la democracia global con equidad sea el destino que nos depara. Quedando el interrogante si alcanzará la Social Democracia para satisfacerla o algo similar a lo que entendemos por comunismo nos depara en un  futuro lejano.
A menudo insisto en que los países subdesarrollados deben cambiar su cultura política para hacer viables las políticas económicas progresistas o distribucionistas o socialistas o como quieran llamarlas o en su defecto, cambiar su ideología dominante socialista hacia las que favorecen el individualismo económico que en el ámbito cultural subdesarrollado es mucho más eficiente (no es lo mismo individualismo económico que individualismo cultural, son diametralmente diferentes), pero como se desprende de lo dicho, que el Poder Social insistirá con la equidad, mejor apalanquemos las fuerzas que facilitan el cambio cultural porque seguramente alguna forma de socialismo es lo que nos espera.

Comentarios

Posts más vistos

Instituto Patria, un psiquiátrico. Y sin psiquiatras.

Pfizer, muerte e ideología.

Borges, la crisis Argentina y lo que nadie dice.

Cristina, el gran problema argentino

El comunismo y su enemigo imbatible

El pueblo y la envidia

Cultura colectivista vs cultura individualista

Instinto y cultura nuestros verdaderos soberanos

Cuanto peor, mejor

La Nueva Guerra Fria. Desarrollo vs subdesarrollo. Occidente vs Oriente. Posmodernidad vs Medioevo