Cuanto peor, mejor

Las cartas ya están echadas. Ya es harto evidente que mientras Cristina Kirchner siga viva políticamente Argentina no solamente no tiene chance alguna de salir del profundo pozo lleno de miseria y destrucción en que se encuentra, sino que persistirá la sensación, con absoluta coherencia, de que únicamente más desgracias nos esperan.
Es fundamental comprender que viva políticamente incluye su posición actual como vicepresidente o como presidente o como líder del principal grupo político desde la oposición.
Exactamente como ha sucedido los últimos 15 años.
Esto es así porque ha dado demasiadas pruebas contundentes de tener, ella y todos sus seguidores que le dan la fortaleza que ostenta, una firme e inclaudicable postura anticapitalista, y ya todos los que tienen al menos un pie sobre la tierra saben que sin capitalismo con una mínima coherencia administrativa las inversiones no se producen. 
Y la historia ya ha dado demasiadas muestras de que sin inversión no hay posiblidades de crecimiento económico alguno -ver "Inversión extranjera directa"-
Es tan evidente la aversión al kirchenrismo de los capitales que aún con salarios e impuestos en dólares en los niveles más bajos históricamente registrados y por tanto con impresionantes oportunidades de hacer pingues negocios quienes tienen dólares, es decir capital, no se animan a arriesgar siquiera mínimos emprendimientos o iniciativas de inversión.
Dicho esto, es evidente que la única oportunidad que puede tener el país de salir de semejante atolladero que se está llevando encima a la Nación toda es la desaparición política de Cristina Kirchner.
Y la única manera que es posible avisorar para que esto suceda es mediante una brutal crisis que llegue a los límites más dolorosos posible para el pueblo, que obviamente incluirá a sus bases de apoyo electoral, como para que su posición como candidata a mantener el poder desde el gobierno o desde la oposición desaparezca de la simpatía de por lo menos el 80% de ese 35% de la población que la apoya, hasta ahora, incondicionalmente. 35% que significa la base más fuerte y dura de su poder político y suficiente como para que pueda acceder al poder, como ahora, o acceder a la posición de principal grupo opositor y por tanto con chances de retomar el gobierno en futuras elecciones.
Solamente con la destrucción de esa base de apoyo popular podremos ver posible la desaparición política de Cristina Kirchner y con ella de su agrupación política declaradamente marxista -ver "Instituto Patria, un psiquiátrico. Y sin psiquiatras"- y finalmente con ello, la posibilidad de que regresen las inversiones foráneas y locales.
Lamentablemente, ese cuanto peor mejor implica riesgos y el riesgo mayor es sin duda alguna la instauración de una Dictadura de izquierda como la instaurada en Venezuela (duda que nos sacaremos en las próximas elecciones cuando ante la segura pérdida en elecciones libres de término medio nos encontremos con un fenomenal fraude electoral como lo hicieron en Venezuela quienes tienen una estructura ideológica exactamente igual a la de la agrupación kirchenrista con su líder, obviamente, incluida).
Personalmente creo que vale la pena correr ese riesgo toda vez que si no se produce el fenómeno esperado en este post, da igual porque el sufrimiento del pueblo continuará con la intensidad de lo que sufren los venezolanos si finalmente terminamos en una dictadura de izquierda como allá o con la misma, como mínimo, que sufrimos actualmente mientras ella siga viva políticamente.

Comentarios

  1. Se me ocurren tantas cosas...menos correr esos riesgos. Un toque, y ya, que se enfría el mate.

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