¿Sobrevivirá la Democracia en Latinoamérica? (2)
A menudo insisto en la importancia de la cultura política a la hora de organizarse las sociedades y que cuando las características culturales más predisponen a los ciudadanos por cumplir las normas y reglas y asumir sus responsabilidades respecto de los demás y del Estado (cultura colectivista) tanto más fácil es la cohesión y la organización social (básicamente traducido en instituciones eficientes) y al revés, cuanto menos predispuestos están los ciudadanos a cumplir con sus obligaciones civiles y más prioricen sus intereses individuales por sobre los intereses colectivos (cultura individualista), tanto más difícil es organizarse con eficiencia y asi también mucho más probable que se produzca la disgregación social y política.
Nuestra cultura política latinoamericana nadie duda de que si hay que encasillarla debe estar en el grupo de las sociedades con cultura individualista (incumplidores seriales de cuánta norma o regla exista y de una casi total ausencia de compromiso ciudadano con los intereses que competen a todos, al Estado) y por ello es esperable el riesgo de disgregación social y la necesidad por tanto de un fuerte poder coercitivo dictatorial para evitar el caos.
En los años 80 aproximadamente volvió la Democracia en Latinoamérica de la mano de la decadencia del comunismo Soviético y la casi desaparición del riesgo de nuevos implantes comunistas en la región.
¡Bienvenido sea!
Sin embargo, en Argentina y con resultados muy similares en los demás países, la pobreza estructural pasó del 5-7% al 32-35%, la corrupción que se limitaba a pequeños espacios dentro del enorme entramado de instituciones hoy se ha generalizado, la inseguridad pasó de ser un problema reducido a pequeños lugares de la comunidad a un drama gigante incontrolable ocupando todo el continente, el consumo de estupefacientes y el problema que se asocia al mismo se multiplicó por milmillones, la desigualdad social (a pesar de reiterados gobiernos supuestamente progresistas o social demócratas) empeoró hasta presentar los peores guarismos del planeta y podría seguir hasta llenar varias páginas describiendo los retrocesos que experimentamos los últimos 40 años.
Así que de nuevo ¿Sobrevivirá la Democracia en Latinoamérica?
Lo dudo.
¡Bienvenido sea!
Sin embargo, en Argentina y con resultados muy similares en los demás países, la pobreza estructural pasó del 5-7% al 32-35%, la corrupción que se limitaba a pequeños espacios dentro del enorme entramado de instituciones hoy se ha generalizado, la inseguridad pasó de ser un problema reducido a pequeños lugares de la comunidad a un drama gigante incontrolable ocupando todo el continente, el consumo de estupefacientes y el problema que se asocia al mismo se multiplicó por milmillones, la desigualdad social (a pesar de reiterados gobiernos supuestamente progresistas o social demócratas) empeoró hasta presentar los peores guarismos del planeta y podría seguir hasta llenar varias páginas describiendo los retrocesos que experimentamos los últimos 40 años.
Así que de nuevo ¿Sobrevivirá la Democracia en Latinoamérica?
Lo dudo.
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