Democracia forzada y Dictadura cultural

Hoy voy a arriesgar un concepto que pongo a consideración del lector: "Democracia forzada y Dictadura cultural".
En este blog se insiste en la decisiva importancia de la cultura cívica y política de los pueblos de latinoamérica que hace extraordinariamente difícil el buen funcionamiento de las instituciones y ya todos saben que si las instituciones no funcionan, muy pero muy difícilmente, las políticas logran los objetivos esperados.
A ésta problemática decisiva para el progreso de los pueblos, se suma en este sitio la importancia de la ideología dominante que inclina decisivamente a los ciudadanos a votar cualquier propuesta que venga desde la izquierda o centro izquierda gracias a la determinante ayuda del protagonista del blog. Me refiero a Zaratustra obviamente -ver "Zaratustra, el protagonista del blog y del libro"-.
Tener a Zaratustra "jugando para la izquierda" como actor fundamental en la elección partidaria (como intento destacar en los post "Porqué insistimos en fracasar", "Instinto y cultura nuestros verdaderos soberanos" y "Borges, la crisis Argentina y lo que nadie dice") es como contar con Cristiano Ronaldo y Messi en el equipo de la izquierda en todos los campeonatos. Cada tanto por el azar o "lesiones de estos cracks" puede ganar algún partido "el equipo de la derecha", pero si apuestas hubiera, sabemos a que equipo apostaríamos para el campeonato.
Finalmente, se deduce en este blog que ésta combinación lleva a que predominen ampliamente los gobiernos de izquierda (más allá de que obligados a veces utilicen políticas de centro derecha) y que sus políticas combinadas con nuestra cultura cívica lleva a los descalabros y desastres con los recursos del Estado a los que nos tienen definitivamente acostumbrados. Todos entienden este problema con nombrar la palabra populismo.
Populismo producto de la incapacidad cívica, típica de los ciudadanos latinoamericanos, que no puede evitar la formación de una "casta política" que se adueña totalmente del poder. Casta que al tener deslealmente todos los resortes del poder bajo su control, muy poco y nada los distingue de una dictadura.
Y más grave aún, de dictaduras nefastas o malignas toda vez que se anclan en el engaño y la mentira, forzados a ello al constituirse como verdaderas pandillas lejos de cualquier concepto se pueda tener de agrupaciones políticas democráticas. Prácticamente conducen al pueblo hacia circunstancias donde el voto se hace cautivo y dirigido a opciones donde cualquiera sea el elegido, se cae igualmente dentro de esa conformación política cuasi mafiosa. El ejemplo perfecto es lo que estamos a un paso de vivir los argentinos con la probable desaparición del PRO  quedando como único partido político el peronismo en Argentina. Más claro échele agua.
Agravada ésta situación por la predilección ideológica mayoritaria de las políticas intervencionistas y dirigistas de la economía que les permite usar a discreción los recursos del Estado. Combo perfecto para la corrupción generalizada y el desquicio institucional en cuanto al funcionamiento de las mismas. Otra vez, ejemplo perfecto de la idea expresada, el peronismo y su "justicia social".
Y finalmente, a estos conceptos hay que sumar la "sabiduría convencional" (que es parte de la cultura).
Sabiduría convencional que tiene incorporado a la Democracia como nuestra forma, única e ideal, de vida más allá de cualquier objeción pueda oponerse a ella. Sabiduría convencional de la que nuestros “políticos demócratas” se encargan de insistir y recordarnos de que esta es una “verdad” indiscutible. Mientras tanto, buscan destruir y/o someter a cuanto poder existe que dan garantías de vivir una verdadera Democracia, como el poder judicial, el militar, el mediático, etc.
Finalmente, caemos en una “dictadura de la democracia” reforzada por una “dictadura cultural” 
De hecho, prácticamente todas las provincias argentinas ya cayeron en esta categoría de Democracia forzada y dictadura cultural dado que controlan totalmente los medios de comunicación, los gremios, los poderes legislativos y la justicia.
De estos renglones surge la idea que motiva éste post: de la Democracia forzada y dictadura cultural
Sin embargo, y lamentablemente, estos conceptos conducen a la opción de lo que parece estar muy en boga actualmente después de las experiencias de Singapur, Corea del Sur y China: de la “dictadura benigna”.
Conduciría a la búsqueda de un  Lee kuam Yew como solución a la problemática cultural y económica. Problemática clave para el desarrollo de los países subdesarrollados, dicho sea de paso. Sin cambio cultural se podrá acceder, con suerte, a crecimiento económico. Pero seguramente por un tiempo limitado y muy difícilmente a lo que entendemos como Desarrollo.
Esta idea se sustenta en la suposición que desde la acción comunitaria es imposible cambiar la cultura política y cívica. El cambio necesariamente debe provenir desde el poder.
Y desde el poder en Democracia sería una utopía toda vez que el que encarna el poder en Democracia proviene de la voluntad de la comunidad, que casi siempre se resiste al cambio.
Por eso, es posible que los países latinoamericanos hayan caído en esta trampa que llamo “Democracia forzada y Dictadura cultural”.

¿Estamos los pueblos latinoamericanos ante una “Dictadura cultural” y por consecuencia en una “Democracia forzada”?.
No sé, pero si sé que vale la pena profundizar esta hipótesis.
Y otra pregunta más difícil aún de responder ¿Puede ser una solución a nuestro problema una "dictadura benigna"?
No creo, pero a juzgar por la experiencia de Chile post Pinochet, único país de latinoamérica que parece con posibilidades de acceder al "club de los desarrollados" con todo lo que ello implica, económica, política y fundamentalmente, culturalmente, la duda existe.

Comentarios

Posts más vistos

Instituto Patria, un psiquiátrico. Y sin psiquiatras.

Pfizer, muerte e ideología.

Borges, la crisis Argentina y lo que nadie dice.

Cristina, el gran problema argentino

El comunismo y su enemigo imbatible

El pueblo y la envidia

Cultura colectivista vs cultura individualista

Instinto y cultura nuestros verdaderos soberanos

Cuanto peor, mejor

La Nueva Guerra Fria. Desarrollo vs subdesarrollo. Occidente vs Oriente. Posmodernidad vs Medioevo