Como en la economía, en política ante la demanda, la oferta

Argentina necesita lo que todos los que tienen más de dos neuronas y conocimientos básicos de economía y politica lo saben: equilibrio fiscal, presión impositiva inferior al 30% del PBI, equilibrio de la cuenta corriente, seguridad jurídica y previsibilidad.
Tan simple y sencillo como eso.
¿Por qué resulta tan difícil lograr esta meta?
Simple, porque la presión popular por más intervención del Estado, más distribución de la riqueza, más poder para las corporaciones gremiales e industriales monopólicas, más voluntarismo, más todo lo que las ideas progresistas proponen, hacen inviables políticamente instrumentar las políticas mencionadas que implican austeridad fiscal y la menor intervención del Estado en la economía posible.
Esa demanda ideológica popular, que frena toda intención de hacer las cosas como corresponde, actúa en política como la demanda de bienes en la economía. Ante la demanda, aparece la oferta y en Argentina se traduce en la oferta del Peronismo.
En Venezuela en el chavismo, en Bolivia en el socialismo de Evo, en Brasil en el petismo, en México en el Priismo, en Ecuador en el Correismo y así en cada país de latinomérica se evalúe.
Es decir, no son los partidos políticos el gran problema latinoamericano como no lo es el peronismo en la Argentina.
Estos movimientos políticos son simplemente la consecuencia inevitable que surge de la ideología popular dominante.
Simplemente, ante la demanda popular de un partido que represente sus intereses ideológicos, surge la oferta. Y el peronismo es el ofertante que se quedó con la demanda social y popular en nuestro país como el PRI lo hizo en México.
Solamente se puede recurrir a políticas razonables que el más mínimo sentido común aconseja, cuando se producen crisis terminales que hacen imperioso su utilización como en el período menemista o lavagnista en Argentina. Superada la crisis siempre se vuelve al viejo amor popular y nacional intervencionista prometedor de paraísos estatistas aclamados por el pueblo.
El verdadero problema de los países de latinomérica es decisivamente ideológico que impide utilizar las políticas aconsejables para nuestra región.
Dicho esto, se debe aclarar y mencionar la otra cara del problema que plantea la ideología popular dominante, me refiero a la problemática Cultural.
Me explico, nuestra cultura política y cívica tiene el inconveniente que hacen absolutamente inviables todas las políticas que implican voluntarismo y colectivismo desde la acción estatal.
Nuestro desapego al cumplimiento de las normas y reglas conocida como viveza criolla al fracaso nos condena.
Esta aclaración debe ser tenida presente porque lo primero que se alega en contra de la afirmación de que el voluntarismo y dirigismo económico progresista es inviable en latinoamerica, es que en los países del Norte de Europa las políticas intrusivas y dirigistas con una gran distribución de la riqueza y por tanto, con fuerte presión fiscal, son exitosas.
Y es verdad, pero no se menciona que la cultura cívica y política de estas sociedades son absolutamente diferentes a la nuestra.
Ellos son fuertemente apegados al cumplimiento de cuanta norma, regla o leyes existen y son muy responsables ante sus obligaciones cívicas (como jamás votar a un corrupto por dar solo un ejemplo) y ante una Cultura Cívica como éstas, las políticas progresistas son posibles (aunque siempre respetando los límites mínimos que imponen el capitalismo y la economía de mercado ya que superados ciertos límites el fracaso también ellos lo tienen garantizados sin importar cuan organizada puede ser la sociedad).
Por eso, debemos comprender antes de buscar las soluciones para nuestro eterno ostracismo, ésta realidad.
La realidad de que nuestra ideología PREDOMINANTE no es la adecuada para nuestra cultura política y cívica.
Por lo tanto, debemos entender que o cambiamos nuestra ideología PREDOMINANTE o cambiamos nuestra CULTURA CÍVICA Y POLÍTICA.
Lamentablemente, cambiar las ideologías o las culturas son extremadamente difíciles de conseguir a través de la razón y la voluntad del hombre.
Cuando se producen, raras veces, es más por el azar del destino que por la voluntad humana.
Esta brutal dificultad para cambiar cualquiera de las dos variables claves mencionadas para el éxito de los pueblos de latinomérica, explica el eterno ostracismo Subdesarrollado de la región.
Para una mejor interpretación de la relevancia absoluta tiene la cultura cívica y política latinoamericana para nuestra organización política y económica sugiero leer "Cultura colectivista vs cultura individualista", "Borges, la crisis Argentina y lo que nadie dice"

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