Envidia y Codicia: la historia. Capitulo I

Este blog está dedicado a difundir un Instinto apodado Zaratustra cuyas expresiones más relevantes las vemos a través de la ambición o la envidia -ver "Presento a Zaratustra, el protagonista del blog y del libro"-.
Insistiendo en la trascendental importancia que éste tiene en nuestra organización social, económica y política desde los mismos inicios de nuestra historia.
Y demostrada la decisiva influencia de la ambición o codicia y de la envidia o resentimiento en nuestra organización política a través de toda nuestra historia hasta la actualidad, advierto también a través de todo el blog la necesidad de empoderar a la razón en nuestra organización política por más exitosa pueda verse hasta aquí la gestión de nuestros instintos (con el capitalismo como su principal representante)
La crisis climática -ver "Razón vs Instinto la última batalla"-, las crisis sanitarias por pandemias, las crisis económicas globales difíciles de controlar y que podrían ser más graves en algún momento, las crisis políticas globales de consecuencias catastróficas que podrían sobrevenir, como sobrevinieron una y otra vez a lo largo de la historia con dos guerras mundiales de por medio a lo que debemos sumar hoy un innumerable arsenal atómico, más otras probables crisis desconocidas, hacen de su necesidad.
Y reitero, si son nuestros instintos los que conducen los hechos como se descubre a lo largo de todo el blog y como intento demostrar en esta zaga, se entiende el enorme riesgo de que las circunstancias se salgan de los carriles esperados y se desaten crisis de gravedad incalculables que solamente la razón podría ser capaz de evitarlas. O en su defecto, dominarlas como lo está intentando ahora con la crisis del CORONAVIRUS donde vemos como estamos dejando de lado los paradigmas económicos que acostumbran a conducirnos  por otros donde el voluntarismo, la planificación y el dirigismo tomaron la posta guiados por líderes, que al menos por el momento, olvidaron sus intereses egoístas y pulsionales a los que nos tienen acostumbrados. Todos en busca de lo que los mejores consejos de la razón pueden servirnos de guia. Está claro que la megaestructura construida por la Codicia está, al menos por el momento, en "stand by" -ver "Siempre el mismo problema, la Codicia imponiéndose a la Razón"-
Pero si la razón no está presente en las decisiones más relevantes que toma la humanidad, es evidente que estamos a merced del azar.
Y el azar puede ser beneficioso muchas veces pero con una que nos juegue en contra puede ser suficiente como para arrepentirnos para siempre haber esperado tanto para darle a la razón el lugar que debería.
En esta zaga voy a describir la manera en que este Instinto moldeó y aún moldea y decide nuestra organización social, política y económica y para que los que creen que somos seres racionales diferentes a las demás especies y por tanto privilegiadamente guiados por esa exclusiva y magnánima fuerza del homo sapiens llamada razón y por tanto bajo su tutela y protección, me parece más que prudente advertirles que puede que estén mucho más peligrosamente equivocados de lo que se cree.
A ellos está dirigida esta historia.


Sus primeros pasos

Los homo sapiens, de la etapa de nómadas cazadores-recolectores pasamos a la de sedentarios productores.
En varios lugares del planeta se iniciaron las sociedades sedentarias y productoras mediante la domesticación de plantas gramineas y animales dóciles de manera aislada. Y para los tiempos históricos de la especie homo, relativamente al mismo tiempo como si parte de su evolución natural se tratara.
Si bien hay discusiones sobre si este fué un paso positivo o no para la humanidad, lo cierto es que dada la manera en que se presentó, era inevitable que tarde o temprano se instaure y desarrolle en todos aquellos rincones del planeta donde vegetales y especies animales pasibles de ser domesticados se encontraran. Además, al menos al principio, le resultaría mucho más prometedor al sapiens depender de la propia producción cuya magnitud podía ser controlada a voluntad que de la caza y la recolección, siempre limitada a los caprichos de algo que no puede controlar. Las consecuencias derivadas después por este cambio ya pasaron a estar totalmente fuera de su control. Las pestes mortales productos de la interacción cercana y cotidiana con animales de granja portadores de patógenos desconocidos hasta entonces y el amuchamiento o la lenta, disimulada e indetenible marcha hacia la esclavitud o semi esclavitud por la acción del instinto Zaratustra no podía estar en los cálculos de ninguno de aquellos que decidieron cambiar el hábito del libre migrante cazador recolector por el de, aunque a menudo después esclavo o sometido pero mientras tanto agradecido de la abundancia, sedentarismo productivo.
Lo cierto es que cuando se percataron que los granos que traían de la recolección y la selección de los mismos para el consumo, crecían en los senderos que utilizaban durante el recorrido habitual y que esos granos eran exactamente iguales a aquellos que se privilegiaba mediante una meticulosa selección, tarde o temprano el sapiens se daría cuenta que podían ser manipulados y sembrados en cantidades deseadas y cerca de su momentáneo asentamiento.
De allí a la siembra y el asentamiento definitivo había pocos pasos a dar.
Lo mismo sucedió con los animales. Probablemente los perros que se acercaban en busca de alimentos y después domesticados para ser usados en la caza, les dió los primeros indicios de la domesticación. El próximo a domesticar sin dudas se dirigiría a aquello que provea de alimentos como carne y leche.
Todo estaba dado para que se produzca la revolución más importante de la historia de la humanidad: pasar de nómadas a sedentarios y con ello la constitución de sociedades que requieren administración de la convivencia comunitaria.
Y en este primer gran paso hacia la civilización, la fuerza que le dió forma definitiva es el Instinto protagonista del blog: Zaratustra (instinto que busca destacar nuestro ego habitualmente exhibiendo superioridad respecto de los demás).
¿Cómo es ésto?
Veamos.
Si hay algo que se puede descartar de plano es que no es la razón la que condujo los hechos desde los inicios de esta nueva etapa. Paradojicamente, durante la larga era nómada, la razón probablemente jugaba un papel infinitamente más determinante en la primitiva organización social del homo que en los tiempos que vinieron. El sapiens cazador recolector calculaba los tiempos, distancias, olores, rutinas de las presas, horarios y estaciones y en base a esos datos planeaba las estrategias de caza y recolección utilizando la capacidad de razonar para ello. Estrategias que requerían muchísimos más conocimientos y elaboración de lo que todos creen. Y en esto ocupaba la mayor parte de su uso a la razón. Difícilmente había mucho más para darle tareas a su raciocinio más allá de que ya haya registros de creencias mitológicas despertadas por fantasías creadas por nuestra capacidad consciente detrás de los efectos del miedo y otras emociones provenientes de primitivos reflejos e instintos protectores y de supervivencia. 
La era del dominio de nuestras pasiones e instintos en realidad recién estaba comenzando.
No se estructuró una organización basada en el sentido común o en preceptos morales o éticos (cualesquieras hayan sido entonces que sin duda ya los había) o de igualdad de derechos más todo lo que el más simple sentido común, no importa el momento histórico, lo aconsejaría.
Si la razón fuera la conductora, simplemente se hubieran estructurado tareas, actitudes, conductas, etc, que favorecen la organización para todo aquello que requiera mancomunidad como la construcción de canales de riego comunitarios. Y todos los conflictos de intereses que podrían surgir, recurrir al ente adecuado que lo resuelva sin que exista en éste un interés individual de por medio y la racionalidad y adecuación esperada tendría que haber sido la norma. Como lo que conocemos hoy como sistema judicial independiente dando ésto muestras a su vez que mucho o poco hemos progresado. Un homo sapiens capaz de controlar su destino a través del uso y conducción de la razón en un verdadero proceso de civilización, no es lo que vemos en esta etapa de nuestra historia (preciso es aclarar este logro descripto no es suficiente para hacerse demasiadas ilusiones respecto del avance de la razón en la actualidad)
Ante la ausencia de racionalidad mínima para organizarse debió surgir necesariamente un líder. 
Y este lugar lo ocupó desde el principio el más voluntarioso de poder. El que más influido por la ambición se encontraba. Por Zaratustra. Por un Instinto. No fueron los líderes determinados por el azar. Sumado a una condición de voluntad innata y seguramente alguna dosis adicional de inteligencia respecto del promedio, aparecieron en todas las comunidades que se fueron formando, los líderes. 
Pero ¿Por qué considero que al líder lo motivo siempre un Instinto que se expresa a través de la ambición y no por fines altruistas o vocacionales o electivos o el que sea?
Por la sencilla razón de que todos los líderes desde los inicios mismos de las organizaciones comunitarias no escatimaron maneras de demostrar que eran superiores a los demás, a través del uso de adornamentos suntuosos en vida como hasta en sus mismas tumbas como las maneras más evidentes entre las interminables demostraciones de ostentación que es posible observar de los registros o documentos históricos de esa época. 
Vale aclarar que hay registros de diferenciación social 30.000 años antes de nuestra era mediante suntuosos entierros para quien tendría que haber ocupado el lugar de líder de un clan de cazadores recolectores. Pero las consecuencias de este fenómeno instintivo en estos clanes, difícilmente podría alterar su natural estado civil.
Es decir, la congregación en comunidades sedentarias dió el lugar ideal para que Zaratustra a través de la codicia tome un mayor control de los hechos, llegados y por venir.
Un total control en realidad.
¿Por qué sino los líderes espirituales que supuestamente sabían interpretar a los dioses para que se hagan sus deseos y así ellos devuelvan prosperidad y buenas cosechas, finalmente no solo hacían las tareas religiosas encomendadas sino que se hicieron del poder, de los recursos, de la ostentación, y del control social y económico  almacenando los excedentes en los lugares destinados a procesos religiosos y usarlos luego a su voluntad? ¿Voluntad que incluía siempre la propia ostentación típica de los procesos conducidos por Zaratustra buscando destacar su ego utilizando a la codicia como su herramienta preferida?
La respuesta es simple, porque nadie ocuparía ese lugar si no existiera un impulso como Zaratustra que lo estimule a ocuparlo. Sin Zaratustra, no habría líderes y sin ellos ante la ausencia de una razón rectora, no habría organización mínima necesaria para la subsistencia de la comunidad posible.
Busquese donde se desea en la literatura de la historia se verán menciones que destacan esta características de los primeros líderes de la historia sedentaria de la humanidad.
Podemos afirmar finalmente que el surgimiento del líder determinó como se organizaban las sociedades que se fueron constituyendo y que la voluntad del líder fué siempre la de acumular poder para después ostentarlo a través de la posesión de riquezas. Riquezas que exigían el máximo control posible sobre la vida de los miembros de la comunidad al punto de llegar a esclavizarlos toda vez que oportunidad tuvieron.
Si el poder que determinaba como se organizaba la sociedad y la vida de sus miembros quedaba definida, construída y desarrollada a gusto y paladar de un Instinto, pocas dudas puede haber que el nuevo período histórico iniciado no estaba conducido por la razón. 
Así, en los inicios mismos de nuestra historia (los primeros registros que permiten construir la historia comenzó ya con estas primeras congregaciones mientras que del periodo cazador recolector solo poseemos datos para denominar al estudio de esa época como protohistoria) se dió inicio al reinado del Imperio al que hasta hoy aún ostenta su poder intacto.
Dió inicio el reinado del Imperio de la Codicia.
El lector se preguntará ¿Y la Envidia? ¿Qué lugar ocupa en esta historia?
No desespere, más adelante veremos cómo ésta ocupa un lugar en la puja de poder tan determinante como el de la Codicia.

Algunas referencias

El esfuerzo vinculado a la agricultura tuvo consecuencias trascendentales. Fue el fundamento de sistemas políticos y sociales a gran escala
Sapiens. Harari

Estos excedentes alimentarios confiscados impulsaron la política, las guerras, el arte y la filosofía. Construyeron palacios, fuertes, monumentos y templos. Hasta la época moderna tardía, más del 90 por ciento de los humanos eran campesinos que se levantaban cada mañana para labrar la tierra con el sudor de su frente. Los excedentes que producían alimentaban a la reducida minoría de élites (reyes, funcionarios gubernamentales, soldados, sacerdotes, artistas y pensadores) que llenan los libros de historia. La historia es algo que ha hecho muy poca gente mientras que todos los demás araban los campos y acarreaban barreños de agua
Sapiens. Harari

La desigualdad se remonta a la Edad de Piedra. Hace 30.000 años, las bandas de cazadores-recolectores enterraban a algunos de sus miembros en tumbas suntuosas repletas de miles de cuentas de marfil, brazaletes, joyas y objetos de arte, mientras que otros miembros tenían que conformarse con un simple agujero en el suelo. No obstante, las antiguas bandas de cazadores-recolectores eran todavía más igualitarias que cualquier
21 lecciones que.... Harari

Y sobre todo, tumulos grandiosos que albergan a toda un pueblo unido en tránsito hacia otra vida o en ocasiones a un solo hombre deseoso de demostrar más allá de toda duda la magnitud de su existencia en ésta
Breve historia del mundo. Luis E Íñigo Fernández

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