Es imprescindible que lo sepan, es la envidia

https://www.lanacion.com.ar/politica/la-mayoria-defiende-estado-interventor-pero-cuestiona-nid2377845

De la nota se concluye que la mayoría de los argentinos están a favor de las estatizaciones y de la intervención del Estado en la economía.
Y están a favor a pesar de que también opinan que las empresas estatales son ineficientes. Hasta los que se dicen liberales económicos, en una proporción importante aceptan a la intervención del Estado en la economía como algo positivo. Aunque contradictorio para cualquier noción de racionalidad, la realidad nos muestra que así es, como se deduce claramente de la encuesta social de la nota compartida.
Y como es obvio que la enorme intromisión del Estado en los últimos 20 años y en las décadas previas a los 90 fue un enorme fracaso, se vuelve más visible la irracionalidad en la adopción ideológica de las mayorías.
Y si la adopción de las ideologías en la mayoría de los ciudadanos no depende de la razón como lo hace evidente esta encuesta y nuestra historia de los últimos 80 años, es obvio que se hace extraordinariamente necesario saber qué decide o conduce el proceso que termina en la ideología que adopta la mayoría de los ciudadanos.
Si no es racional, necesariamente lo que conduce el proceso es pasional.
Y en este blog ya sabemos quién es el responsable de esa pasión. Zaratustra. El Instinto que no tolera diferencias de poder económico y lleva a la búsqueda de reivindicación en aquellos que se sienten en inferioridad de condiciones respecto de los grupos minoritarios afortunados con las herramientas que tengan disponible. Y en Democracia, una de esas herramientas es la elección de aquellos que promueven la igualdad. Incluso no importa si las políticas que pretenden tal igualdad fracasan siempre, lo que importa es el objetivo, irracional. Y si es irracional ¿Cómo exigirle racionalidad?
Y si es irracional y por ello se insiste una y otra vez a pesar del eterno fracaso ¿Cómo lograr que la Nación progrese si toda vez que es un Instinto y no la razón el que define las políticas que nos condenan a repetir el mismo error una y otra vez como claramente lo estamos haciendo desde hace ya 80 años con la extraña excepción de los años 90 a los que incluso les cuesta reconocer hasta a los más acérrimos liberales que ese fue el único período realmente exitoso de la economía argentina en las últimas décadas?
Evidentemente, la única manera de que exista alguna esperanza de cambio es haciendo racional la elección ideológica en la mayoría de los ciudadanos.
¿Cómo? 
Como primera medida haciéndolos conscientes de que es Zaratustra quien decide que ideología adoptan. Y decir Zaratustra en la elección ideológica es decir ENVIDIA.
Evidentemente, hasta que la mayoría de las personas no sean conscientes y además acepten de que es una subrepticia y subconsciente envidia la que decide sus ideologías políticas y económicas, nunca progresaremos.
NUNCA. 
Y hoy más que nunca en Argentina están las pruebas a la vista.
Si no fuera por este fenómeno, el kirchenrismo, una agrupación política que produjo el mayor saqueo de las arcas públicas de nuestra historia y nos llevó a la peor crisis económica que recuerde el país, vuelve a estar en el poder y dispuesta a profundizar el deterioro con más Estado y evidentemente con el aval ciudadano. Entonces ¿Cómo progresar?
¿Cómo si las políticas que realmente funcionan en nuestro país dada nuestra cultura cívica -ver "Instinto y Cultura, nuestros verdaderos soberanos" "Borges la crisis Argentina y lo que nadie dice" Cultura colectivista vs Cultura individualista"- son rechazadas por la mayoría de los argentinos sin importar absolutamente nada si son o no las adecuadas para el progreso del país? 
Y para completar el cuadro negativo, las únicas políticas que pueden funcionar, las liberales, requieren de un largo periodo de tiempo de utilización para mostrar resultados positivos.
Y no solo eso, necesita de la confianza del inversor en el gobierno que las aplica. Pero ¿Qué confianza de los inversores puede haber en aquél que se anima a utilizarlas si es sabido que la mayoría no las aprueba? ¿No es evidente que ante este escenario, las ideas liberales no intervencionistas tienen siempre los días contados y que por tanto también hace evidente la lógica desconfianza crónica de los inversores en consecuencia? ¿Y que el fracaso, por tanto, es inevitable por más que sean las políticas adecuadas?
Caemos inevitablemente en una trampa sin salida.
Y lo peor de todo, que estamos inhibidos de utilizar nuestra capacidad racional para salir de ella.
Eh aquí el origen real de nuestra decadencia y que si se busca en la historia y en la actualidad de todos los países subdesarrollados, se encontrará exactamente la misma situación que en Argentina.
Solamente safan de este macabro destino aquellos pueblos cuya Cultura Cívica y Política les permite una alta participación del Estado en sus economías sin que terminen en ineficiencias masivas como las nuestras. Estos son obviamente los países desarrollados con cultura cívica colectivista (cumplidores seriales de las normas y reglas que favorecen enormemente el buen funcionamiento de las instituciones y de los órganos de control).
Así que como siempre se insiste en este blog: o cambiamos nuestra ideología predominante por otra que se adapte a nuestra condición cultural, llámese liberalismo; o cambiamos nuestra cultura cívica para que las políticas que preferimos por adopción ideológica instintiva sean posibles utilizarlas con eficiencia.
O una u otra. Y sin ninguna, ostracismo eterno.
Sépase que fuera de toda duda ésta es nuestra verdadera situación.

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