Tal vez sea ésta la oportunidad para Latinoamérica III

En la entrada el "¿ciervo se comió al león?" dejo la posibilidad muy probable de que lo que imaginaba Occidente desarrollado al ir "en masa" a China en busca de salarios esclavos, pingues ganancias y el control político del país a través de sus Instituciones financieras y su infinita e indusputable capacidad de organización de sus majestuosas corporaciones multinacionales, resultó algo totalmente diferente. Imaginaban un país lleno de trabajadores dispuestos al sacrificio sin derecho a reclamo laboral alguno controlados por un gobierno dictatorial duro y afianzado que evitaría lidiar con gremios y políticos que nunca se cansan de poner trabas a cuanto proyecto de inversiones existan como sucede habitualmente en el resto del mundo. 
Al fin lograrían deshacerse de los molestos políticos demócratas o dictatoriales (da igual toda vez que las presiones sindicales y populares por una supuesta justicia social y trabajo digno la sufren tanto los políticos en Democracia como en las Dictaduras) y dejar al capitalismo y a la libre oferta y demanda laboral que definan el valor de los salarios.
Y mientras el sistema decide cuánto deben ganar los trabajadores independientemente de las horas que éstos estén dispuestos a trabajar, la otra y mucho más importante idea dominante era esperar que suceda lo que siempre pasa en los países donde van las corporaciones multinacionales y sus inversiones: decidir con sus acciones si la economía del país que los recibe progresa o no y con ello el control político. Depende de sus decisiones el crecimiento, la simple supervivencia o el ostracismo eterno. Saben de la incapacidad cultural de los países subdesarrollados que los condena a un Capital Social endeble e incapaz de generar su propia dinámica económica desde sus estructuras políticas y económicas y que, por tanto, están condenadas a supeditarse a sus decisiones. Si hacen lo que ellos esperan, el capital y la actividad económica surge desde todos los poros de la economía. Y si no lo hacen, la decadencia les espera inevitablemente. Solamente se trata de esperar la rendición y el pedido desesperado para que regresen a través de las "sugerencias" de las clásicas Instituciones mediadoras conocidas como Banco Mundial, FMI, etc, más la ayuda de las entidades financieras indicando cuánto de riesgoso es ir a un determinado país (Goldman Sachs, J P Morgan Chase, etc).
Pero, si bien saben que al fin y al cabo tarde o temprano ceden a sus expectativas, demasiado a menudo tienen que lidiar con oposiciones que traban una y otra vez los procesos económicos que los sacan de quicio mucho más a menudo de lo que desean.
En Argentina, por ejemplo, donde las principales empresas son corporaciones multinacionales (hasta las que producen productos tan básicos como los alimentos dependen de las inversiones foráneas como la Unilever que provee hasta galletitas para no mencionar la industria automotriz, la financiera e incluso un simple comercio conocido como supermercado que alcanza y sobra con mencionar la palabra Walmart para entenderlo)
Pues bien, China prometía mano de obra barata y abundante más un poder político que supuestamente se veía incapaz de promover su propio desarrollo económico sin el tutelaje económico y organizativo de Occidente y por tanto siempre dispuesto a ceder a sus pretensiones a cambio de un crecimiento económico sostenido (no como en los países antes mencionados) lo que le permitiría mantenerse al régimen gobernante en el poder mediante el siempre bienvenido ámbito de optimismo social por el crecimiento económico sostenido generando buenas expectativas en la sociedad y un apoyo político persistente. (sociedad que venía del último infierno vale recordar).
Pero después de unas décadas (y de hacer pingues ganancias también, vale mencionar) resultó que los "ciervos" no eran tan "tiernos" como parecían. 
Atraídos como abejas a la miel, invirtieron ingentes cantidades de capitales mientras con increíble inocencia trasladaban conocimientos y experiencias de organización empresarial y tecnologías avanzadas a través de la exigencia de participación estatal en cada proyecto de inversión estratégica con la supuesta excusa de una reivindicación nacional dirigida por el "noble y magnánimo" partido comunista chino que se suponía no era más que la excusa para justificar lo que teóricamente vendría: el control total no solamente económico y financiero sino también político.
Pues bien, para cuando advirtieron la trampa ya era tarde. Ya estaban comprometidas inversiones gigantes que obligaron a permitir sin chistar que "la taba se de vuelta". Ahora la decisión ya estaba en manos del partido comunista.
Las empresas chinas lideradas por el supuesto manso partido comunista aprendieron como organizarse y a través del robo, copia más toda forma imaginable de adquisición de tecnologías, crearon empresas capaces no solamente de competirles de igual a igual, sino también de imponerse en el mundo entero toda vez que cuentan con un Estado dispuesto a ayudarlos cuanto necesiten al contar con ingentes recursos a mover hacia donde les da la gana sin nada que se interponga. No hay gremios ni oposición que puedan siquiera mencionar la idea de que mientras se protege a determinadas industrias, "el pato" lo pagan vastos sectores laborales que deben absorber con salarios esclavos el traslado de recursos hacia las áreas económicas estratégicas.
Y resulta que esas áreas económicas estratégicas son las que se encargan de competir con las que pensaron que iban a China a hacerse dueñas literalmente del mundo.
Hoy ya no existe sector de la economía, desde las más básica a las más compleja en tecnología que no sufran la demoledora competencia China. ¡Y van por más!
Ante éste evidente panorama, en el 2018 publiqué el primer post de esta zaga "Tal vez sea ésta la oportunidad para Latinoamérica" en la que asomo la posibilidad de que Occidente desarrollado virara su estrategia de inversión hacia países menos competitivos política y económicamente y con mano de obra barata.
Sin dudas Latinoamérica contiene estas dos premisas.
Son 800 millones de habitantes dispuestos a trabajar con salarios ya iguales o incluso inferiores a los que tiene China hoy. Y además, históricamente pertenecientes a sus áreas de influencia y con quienes comparten la Cultura.
Lamentablemente tienen un tremendo obstáculo a superar: los Kirchner, los Lula, los Correa, los Maduro, los AMLO más un largo etcétera.
Sin embargo, es más que probable que ante un escenario de inversiones profusas y con ello un crecimiento económico potente, el clima social sea lo suficientemente benigno para que los políticos y los clásicos sectores "antimperialistas y anticapitalistas" vean muy reducidas su capacidad de acción destructiva de siempre.
Y si a esto se suma una fuerte acción política de los países centrales para generar el ámbito de alianzas políticas y estrategias de sostenimiento a quienes se sumen al proyecto, puede resultar bastante sencillo crear una "nueva China" en latinoamerica.
Una nueva China que implicaría, como pasó allá, un crecimiento brutal de la economía y oportunidades a granel de progreso para grandes sectores sociales (aún muchos ciudadanos y probablemente más a menudo de lo que se cree, están dispuestos a trabajar si el progreso viene con él).
De paso, en aquel ciervo manso que finalmente resultó un terrible león más peligroso aún que la antigua URSS para la hegemonía de Occidente, les asestarían un tremendo golpe al disminuir las inversiones y además, restándole algo probablemente más importante aún que los capitales. Restándole el tutelaje que implica tener a organizaciones bestiales capaces de imponer una verdadera garantía de racionalidad económica en su organización. Sin ellos, los desastres organizativos que aún perduran en China producto de su escaso Capital Social que hace tremendamente endebles a sus Instituciones madres, la desconfianza subiría a niveles difíciles de absorber por el partido político gobernante.
Si ahora los ricos chinos huyen en busca de refugios seguros lejos de las garras de los políticos y sus circunstancias, en una situación como la expresada, este escenario podría multiplicarse por cien.
Dicho esto, era esperable noticias como éstas:

La Casa Blanca prepara un plan para incentivar a empresas de Estados Unidos a que muden a América Latina sus fábricas en Asia 
https://www.infobae.com/america/eeuu/2020/07/30/la-casa-blanca-prepara-un-plan-para-incentivar-a-empresas-de-estados-unidos-a-que-muden-a-america-latina-sus-fabricas-en-asia/

https://youtu.be/-aUq4XzU0As
https://youtu.be/TZerzSrqdzc

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