Junio-julio 2020: punto de inflexión para Argentina
Interpretás bien mis intenciones y yo estoy de acuerdo con tus preocupaciones. Un abrazo
Instituto Patria, un psiquiátrico. Y sin psiquiatras.
En el post "Argentina y un destino ya inevitable" describo las consecuencias económicas que eran esperables ya desde el año 2008 con las políticas del kirchenrismo basadas en una ideología fácilmente advertible viendo las expresiones de apoyo de todos los miembros y militantes del kirchenrismo al régimen de Venezuela y los viajes de Cristina Kirchner a Cuba entre otras innumerables muestras de afiliación de ese movimiento político a ideas radicales de izquierda. Consecuencias económicas que desencadenaría inevitablemente una implosión. Pues bien, hoy estamos en pleno desarrollo de esa implosión. Y el el post "¿Un nuevo 2002-2007 o una nueva Venezuela?" hago referencia a la nueva situación que surgió pos implosión. Una que deja atrás la histórica secuencia de hechos, como única opción, que conducían siempre a un ajuste económico para reactivar la economía (rodrigazo, convertibilidad, devaluación de Duhalde). Hoy estamos ante la posibilidad de seguir esta histórica s
Reproduzco unos comentarios y las respuestas del dr Cavallo rescatados de su blog porque me parecen apropiados a la hora de acentuar las preocupaciones que surgen del análisis que en este blog resultan de la interacción de Zaratustra, nuestra cultura cívica y la ideología predominante de los argentinos en el contexto histórico de los últimos 70 años.
razonvsinstinto
Estimado dr Cavallo, para los meses de junio-julio próximos muy probablemente Argentina quedará entre los 4 o 5 países que peor gestión mostrará al mundo de la pandemia (seguramente con unos 20.000 a 30.000 muertos). A ello deberá sumarse muy probablemente una bestial crisis económica peor a la ya existente. O al menos igual, y crisis que los ciudadanos irán advirtiendo mes a mes toda vez que aún es probable que la ciudadanía no ha advertido en su total extensión ya que generalmente pasa un tiempo hasta que la mayoría de los ciudadanos se hacen conscientes de la situación en la que verdaderamente se encuentran.
Quiero decir con esto que en los meses de junio-julio del 2021 nos podemos encontrar con un gobierno aún empecinado en seguir avanzando sobre todas las variables económicas (porque ni siquiera tendrán políticamente opción a otra alternativa) y con una aceptación popular probablemente inferior al 20%. En un escenario como éste, presentarse a elecciones significaría un riesgo de no solamente perder gran parte del poder político al punto del riesgo evidente de verse obligados a abandonarlo ante la ingobernabilidad reinante esperable, sino también el riesgo de desaparecer como entidad política (como pasó con el radicalismo con muchísimo menos daño causado si es que hubo alguno).
Llegados a ese punto, es muy probable que intenten «maniobrar» las elecciones para literalmente anularlas o «parodiarlas». Es exactamente lo que puede definirse como un auto golpe de Estado. Exactamente lo mismo que en Venezuela.
Una vez le comenté a ud sobre la oportunidad tuve de tener un intercambio de opiniones con un respetado y reconocido economista argentino, el señor Melconian, hace más de 15 años después de la visita de Chávez y Fidel al país y el escrache al presidente Bush en el que ya advertía y le comentaba mi preocupación sobre las intenciones del kirchenrismo y fundamentalmente la intuición de que contarían con el apoyo asegurado de masas «maleables, conducibles y dominables» de todo el Norte, gran parte del Sur y Fundamentalmente del conurbano bonaerense y le advertía por tanto sobre el riesgo de una «venezuelalización» del país. El sr Melconian (que seguramente no recordará esta conversación porque no era yo más que alguien a quien le tocó compartir la fila de asientos de un viaje aéreo) me respondió que pensaba que Argentina no era una sociedad que se dejaría conducir a un destino como ese.
Pues bien, ACÁ ESTAMOS.
Este comentario viene a cuento en realidad porque advierto un punto de inflexión en los meses de junio-Julio del año que viene en el que el gobierno se encontrará con el escenario antes descrito y por tanto, como intuía el escenario actual 15 años atrás, intuyo ahora que se verán muy tentados a «sortear» el «riesgo eleccionario». Con solamente ver el cinismo y la hipocresía extraordinaria de los principales dirigentes políticos del gobierno más el descontrol de las fuerzas gremiales capaces de llevar el destino del país a lo que literalmente fuera más una maraña de fuerzas que favorecen este escenario, advertir este riesgo es fácil.
Y ante este posible panorama, la sociedad, la oposición, los poderes económicos, los intelectuales, etc deberían advertir y sobre todo ir preparando a la sociedad para enfrentar con éxito un escenario como éste, caso opuesto, como en Venezuela, para cuando se quiera reaccionar habrá sido demasiado tarde.
Demasiado tarde para algo extremadisimamente grave. Probablemente lo más grave de la historia Argentina.
Sinceramente creo que todos deberíamos alertar cuanto podamos hacerlo con los medios que tengamos sobre este preocupante tema.
Tus miedo son entendibles y es probable que cuando Duhalde habló de que no habrá elecciones el año próximo y de que puede haber un golpe de Estado, es probable que en lugar de un flash psicótico, como el mismo caracterizó a la opinión que expuso en un programa televisivo, haya estado razonando de la forma como vos lo hacés en este artículo. Vos podés exponer estos pensamientos y hacerlo puede ayudar a que gente bien intencionada pero equivocada pueda abrir los ojos. Pero si lo hacemos quienes hemos tenido responsabilidad dirigencial corremos el riesgo de transformarlos (a los pensamientos) en profesía autocumplida. Un fuerte abrazo
razonvsinstinto
Estimado dr Cavallo, hoy el Estado decide el precio de los combustibles, de los servicios de telefonía, internet, cable, luz, gas, agua, gran parte de toda la industria alimenticia, intereses bancarios, de la moneda extranjera.
En el mundo del deporte, que también forma parte de la economía, decide qué deporte se practica y si se practica, a qué valores se deberán atener para funcionar.
Los restorán pueden o no funcionar dependiendo de la decisión del gobierno. Todo el negocio del transporte aéreo prácticamente ya en manos del Estado.
La industria automotriz depende de la decisión del Estado cuánto pueden importar y cuánto no, el costo de la producción está determinada por el Estado a través de las diferentes medidas para ella, qué vehículos se pueden importar y cuántos de ellos. Y con la industria automotriz, todo el conjunto de industrias directamente relacionadas como proveedores.
Los alquileres ya dejaron de ser una actividad privada toda vez que el Estado decide ya el precio de los mismos y cuándo se pueden aumentar, prorrogar o renovar los contratos, etc. Las tomas avaladas por la ministro de seguridad que nos hacen recordar el famoso «expropiese». En salud hasta la medicina privada tiene sus tarifas reguladas por el Estado. Más un enorme etc que desconozco que porcentaje representa de la economía aunque sospecho que debe ser muy elevado. Es decir, el Estado decide cuánto se produce, a qué costo y qué precio de venta o tarifario tendrán y con ello, quién gana o pierde y quién es el que debe invertir fijando las ganancias esperadas y quién pierde le guste o no.
A lo que es imprescindible mencionar que todo indica que la situación económica y social va a empeorar año a año. Y mucho.
Ya está claro que todas estas medidas no tienen nada que ver con una cuestión sanitaria. Lo sanitario no es más que la excusa a estas alturas de los acontecimientos.
Se puede seguir con esta lista para llenar varias páginas pero con esto creo que alcanza para ir a lo que me lleva a escribir este comentario. A la pregunta ¿Estamos ya en una situación parecida a de la Venezuela de Chávez? ¿Incluso la de Chávez pero en sus últimos años de ya plena decadencia?
Y si la respuesta es afirmativa ¿Estamos cerca de vivir la etapa de Maduro? Y si así fuera ¿Qué se puede hacer para revertir este destino? ¿Alcanza con lo que se viene haciendo hasta ahora limitado a alarmas y advertencias mediáticas?
Tengo la fuerte sospecha de que lo único que nos diferencia hasta ahora del régimen de Chávez es la libertad de prensa y algún nivel mínimo de independencia judicial que son creo los próximos objetivos del gobierno (ya lo intentaron antes y sin duda lo volverán a intentar, de hecho hoy lo están intentando) pero como no soy economista recurro a ud para saber si aún nos diferenciamos lo suficiente de la Venezuela de Chávez o ya estamos en una situación similar.
Es obvia la importancia que tiene para la vida de millones de personas y su futuro la respuesta a estas preguntas si es que las tienen. Al punto de tener como una opción fuerte a considerar el de quedarse o irse del país como pasó en Venezuela donde los ciudadanos, al dormirse ante un extraño optimismo, cuando se dieron cuenta, cuando despertaron, ya era tarde y migraron millones de personas obligados a hacerlo y no de manera programada y anticipada para disminuir el increíble sufrimiento que el solo hecho de irse del país significa más allá de las condiciones en las que se van.
Por suerte existen personas como ud a la que podemos acceder y que nos permiten información prácticamente de manera personal y directa sobre lo que debemos estar advertidos antes que sea demasiado tarde, Tan tarde como les sucedió a los venezolanos. Ojalá su respuesta no sea desalentadora.
Le mando un abrazo.