Coronavirus: era al revés

Cada día que pasa queda más claro que el brote viral del coronavirus, como pasa con casi todos los virus de transmisión aérea, se apaga con la inmunidad de rebaño. Y como el coronavirus afecta a los mayores, con la cuarentena solamente se logra que la función de rebaño la lleven a cabo los mayores, los que más riesgos tienen de morir por la enfermedad. Mientras que los jóvenes, para quienes el coronavirus está demostrado que no es más grave que una gripe común, al estar aislados, con la cuarentena no se contagian dejando todo el peso de la función de rebaño a los más expuestos a sufrir la enfermedad de forma grave y mortal. Es decir, la cuarentena tal como fue aplicada en todo el mundo hace exactamente lo opuesto a los que debería hacerse: que el rebaño lo hagan los jóvenes menores de 50 años y no los adultos mayores. 

Como sin querer están haciendo en África contagiandose los jóvenes y haciendo rebaño afectando de ésta manera lo menos posible a los viejos. Sabiendo que no es por una cuestión racial el bajo impacto del coronavirus en África ya que la comunidad afro en EEUU es la que más muertes sufre.

Es decir, es probable que se deba dar toda la libertad posible a los más jóvenes y proponer medidas de aislamiento para los adultos mayores de 55 o 60 años. 

En Europa también actualmente parece estar pasando algo similar a lo que sucede en África. Al liberarse las restricciones, la transmisión viral ha retornado a niveles similares a los de los meses iniciales pero con muchísimas menos muertes. El motivo seguramente pasa porque los jóvenes son los que se transmiten el virus mayoritariamente.