Las opciones de Cuba

Los que movilizan al hombre en temas trascendentes de su historia, presente y seguramente también en su futuro son la ambición o codicia y cuando no, la envidia o resentimiento.
Envidia o resentimiento en todo Oriente Medio, por ejemplo, que impide jamás se logré la paz con Israel.
O ambición o codicia, en el caso que tratamos ahora, que hace imposible creer en la posibilidad de que unos cuantos codiciosos que se alzaron con el poder en Cuba, ofrezcan a millones de conciudadanos la posibilidad de ser libres, prósperos y finalmente dignos y felices. Prefieren, a cambio de acceder a los caprichos de sus codicias, mantener indigno, oprimido, avergonzado y enjaulado a un pueblo entero de millones de individuos.
Pero la codicia y la ambición, les ofrece opciones a los codiciosos que se alzaron con el poder y que les permite mantenerse en la cúspide e incluso acceder a más riquezas de las que ya tienen. Opción que si bien no les devuelve la dignidad y la libertad al pueblo, al menos les ofrece bienes y servicios que mejorarán su calidad de vida.
Me refiero a la opción que recurrieron los chinos o la de los rusos.
La de los rusos es simplemente dejar atrás lo que inevitablemente fracasa, el comunismo obviamente, mientras se  reparten todo lo que pueda generar riquezas y esté ya instalado, entre los jerarcas, parientes y testaferros del partido comunista (pozos petroleros, medios de comunicación, empresas de servicios públicos como las de electricidad, agua, distribución, etc) y desde esa posición continuar controlando el poder con una ventaja adicional que lo hace más tentador aún, se hicieron inmensamente más ricos aún y además con la posibilidad de mostrarlo abierta y legalmente (nada reconforta más a la codicia que los demás vean su aptitud ganadora mientras se advierte su “gran ego”).
O la de los chinos, que se aferraron al poder desde el partido (sin importar las ridículas contradicciones a las que se exponían) creando sus famosas “Zonas de Excepción Económica”. Zonas bajo un estricto control estatal, donde el objetivo es dejar al ambicioso sea tan rico como quiera y de paso genere bienes y servicios. Esos bienes y servicios que los comunistas finalmente se dieron cuenta que con su sistema es absolutamente imposible poseer.
Pero el ambicioso o codicioso que podía hacerse rico, debía ser uno de ellos, o un familiar o un testaferro y si después habría lugar para otros (los hubo y los hay por suerte para el experimento chino) bienvenido sea, pero siempre bajo la atenta mirada y absoluto control desde el poder. Esto es, bajo el control y autorización o negación de la codicia central, del partido comunista.
¿Y ofrecer con la liberación económica la dignidad de la libertad y la democracia al pueblo?
Jamás, eso implicaría ceder sus codicias y eso nunca estará en discusión. Solamente muertos entregarían ese bastión. No importa si eso significa la indignidad y ausencia de lo más preciado para el hombre que se considera humano, un eslabón real por encima de un primate, me refiero a la libertad obviamente, para más de MIL MILLONES de ciudadanos. Nada en el mundo importa más al poderoso que su codicia.
Los codiciosos del régimen cubano tienen perfectamente a mano cualquiera de estas dos opciones que seguramente traería grandes beneficios al pueblo aunque les niegue otros. Sin embargo ¿Por qué parecen estar lejos de intentarlo?
Se me ocurre una sola explicación: porque son haraganes.
Cualquier opción, si bien les llenaría mucho más sus bolsillos y les daría “aire” un tiempo más, requiere de mucha actividad. Hay que trabajar para hacer todo eso mientras se mantiene el poder. Creo que el régimen cubano, además de estar formado por unos "reverendos" codiciosos, son extraordinariamente haraganes. Con comunismo y haraganeria se está en el peor de los mundos.
Por suerte, pronto les faltará algo que requiere como condición sinequanom para mantenerse en el poder mientras ofrecen más y más miserias y contradicciones "incomibles" al pueblo, les faltará un líder fuerte.
Les faltará un Fidel y sus días comenzarán a contarse si no acuden a la opción china o rusa. _”Envidia y codicia, los dioses de nuestro Olimpo”_

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