¿Progresamos o solamente vamos tras un inevitable destino?

Si recorremos la historia y nos posicionamos en la actualidad podremos observar que más allá de los extraordinarios adelantos tecnológicos (muchos de los cuales pueden destruir el planeta en unos pocos segundos dicho sea de paso) es realmente muy poco lo que hemos progresado si imaginamos un mundo ideal y posible.
Un mundo sin inseguridad, sin estrés, sin crisis internas e internacionales, sin miserias, sin hambre, sin discriminaciones, con estabilidad y seguridad laboral, sin necesidad de competir contra un robot un puesto de trabajo, sin guerras y más guerras, en libertad, sin corrupción en cada rincón del planeta, sin luchas descarnadas por el poder a costa del sufrimiento de pueblos enteros, sin terrorismo, sin armas de destrucción masiva, más un largo etcétera que podría sumarse a lo que cualquiera, sin distinción ideológica, podría considerar como una sociedad justa, libre; en fin, racional.
Conducida por la razón.
¿No es acaso evidente para el más simple de los razonamientos como debería ser el mundo en que vivimos?
Sin embargo, no hace falta aclarar lo lejos estamos en la mayor parte del planeta de un objetivo como éste.
De hecho, después de ver lo que sucede en Corea del Norte y en Oriente Medio solamente, ya es suficiente para percatarse que ni siquiera podemos afirmar si hay algo que los diferencie de otros pueblos de 4.000 años atrás.
¿Cambia la situación de entonces a la actual en esas latitudes el hecho de poder mirar una película en una pantalla de tv o movilizarse en un automóvil en vez de un caballo?
No creo.
Al menos para mí, solamente dos hechos confirman que hemos progresado, al menos algo. La libertad en democracia y la aplicación efectiva de los derechos humanos.
De ese mundo ideal capaz de imaginar la razón más elemental, solamente esas dos metas me parecen cumplidas como para esperanzarse en que somos capaces de progresar.
Que somos capaces de conducirnos por fuerzas no primitivas como la cultura y nuestra naturaleza humana a través de instintos o pulsiones.
Que somos capaces de hacer nuestra propia historia.
Que no estamos entregados al azar y al capricho de la naturaleza como lo está cualquier otra especie animal.
Sin embargo, si se observa mínimamente se descubre que esta situación se limita a pequeños espacios del planeta.
Básicamente, exclusivamente limitado a los lugares donde conocemos como países desarrollados.
De hecho ¿hay algo que diferencia a la China de hoy de la de 2.000 años atrás?
¿No es un clan llamado partido comunista el que los conduce bajo una dictadura prácticamente igual a la de los antiguos emperadores?
¿No son los mismos principios primitivos los que conducen a los hombres de gobierno basados en la lucha por el poder aprovechando la incapacidad de los habitantes para auto gobernarse en libertad?
En mi provincia que conozco en profundidad puedo dar fe que lo que conduce a los hombres que aspiran a puestos de poder es exclusivamente, en la enorme mayoría de ellos, la codicia, el deseo de destacarse mostrando riquezas que no pueden obtenerla si no es a través de la corrupción más primitiva imaginable. Provincia en democracia vale destacar.
Y un pueblo que convalida estos hechos con indiferencia como si una opción diferente no existiera.
Me animaría a decir que les da igual si viven un camino al progreso, a la vida digna o simplemente mantenerse en el primitivismo donde el que adquiere la posición de “líder de la manada” es simplemente a quien le toca tomar las decisiones, no importa cuales sean.
Prácticamente todas las decisiones importantes son tomadas en un marco de relaciones de poder.
El sentido común no interviene, solamente el poder cuenta.
Y así como comprendo perfectamente como se desarrolla la sociedad donde me toca vivir, tengo la certeza que los mismos principios primitivos rigen en cuanta sociedad subdesarrollada existe.
Ante la mínima posibilidad de que un derecho humano se interponga en el camino de la codicia en manos del poder, no tengo la más mínima y absoluta duda que se impondrá el poder. Simple consecuencia éste de un instinto tan primitivo como cualquier otro mecanismo de supervivencia.
Si bien es posible afirmar que los EEUU es un país desarrollado ¿Se imaginan que quedaría de anularse la codicia?
¿Tendría emprendedores?
¿Y aspirantes a ocupar puestos de poder con el ahínco e insistencia que es posible observar en las campañas políticas?
¿Trump no es exactamente eso?
Es muy probable que si no fuera por la capacidad para auto gobernarse en democracia, créame que no se diferencian las fuerzas que podían influir siglos o milenios atrás en su organización social.
Hasta me permito la duda respecto a si realmente existe ese anhelado progreso humano.
¿Acaso en la Grecia Dorada no existió la democracia y por tanto, derechos humanos prevalentes?
¿No siguió luego una Edad Media dónde no existía otra cosa que el poder de un lado y la esclavitud (servidumbre) del otro?
Tal vez una nueva Edad Media nos espera.
¿Y si finalmente Europa desarrollada, Japón y EEUU caen rendidas a los pies de sus oponentes en esta segunda guerra fría?
Me refiero a China, Rusia, Irán y el sudeste asiático dónde se  imponen los mandatos de nuestros más primitivos instintos.
Dónde la "lógica" que conduce este bando primitivo es: “el que tiene el poder tiene la última palabra” y por tanto, el que es capaz de someter con más facilidad a los pueblos pagando el salario más bajo posible es el que gana esa loca competencia por quién finalmente controla el arma moderna más poderosa y por tanto el que tendrá el control. Me refiero obviamente a las corporaciones multinacionales.
Mientras en el bando progresista se busca a través del orden, la democracia, la justicia social, la institucionalidad, etcétera, el salario más digno posible y que las corporaciones queden de su lado protegidas por la seguridad jurídica que brindan sus instituciones confiables y mantenibles en el tiempo, por el progreso en fin.
¿No es contra este objetivo el que está luchando Trump, bien o mal, con su nacionalismo y la pretensión de que se queden en casa?
¿No es contra este dramático problema el que luchan día a día los estados de bienestar tratando de mantener todos los progresos sociales logrados sin que sus armas terminen capturadas por el bando opuesto?
¿Resistirá la democracia si se impone el bando primitivo?
¿Aceptarán las organizaciones sociales, de derechos humanos, etc, una competencia por quién ofrece el salario más bajo posible?
¿No habremos pasado entonces por otra Grecia clásica que ya fué?
¿No estaríamos a las puertas de una nueva Edad Media?
¿O podrán continuar conviviendo ambos mundos como hasta ahora?
Lo que conocemos como países desarrollados claramente los destaca la capacidad de vivir en democracia y en condiciones de garantizar los derechos humanos con la inmensidad que ello significa.
El alma de estos países está sin duda alguna en sus instituciones.
Pero ¿Y si sus instituciones eficientes no son otra cosa que el resultado azaroso de atravesar un período histórico donde sus costumbres y hábitos (cultura) hacen posible esta realidad?
¿Y si ese período pasa como parece haber pasado por la antigua Grecia?
¿Y si cambia su cultura?
¿Se mantendrá tal cuál hoy lo conocemos?
Un forista amigo más de una vez advirtió sobre ese riesgo en EEUU.
La duda existe, pero realmente creo que no es el azar de la cultura la que trajo el progreso humano sino la convicción consciente y racional de la mayoría de los habitantes de los países desarrollados lo que hace posible esa organización social que conocemos como desarrollo.
El ciudadano europeo o estadounidense sabe que la colaboración y la buena predisposición respecto a los demás y el Estado es fundamental para la buena convivencia y la vida civilizada.
Si es así, si hay consciencia de ello, entonces estamos ante la presencia del verdadero progreso humano.
Si en cambio no es más que el resultado del azar cultural que durante un tiempo les permite una organización eficiente, entonces estaremos siempre sometidos al capricho de la naturaleza.
Ahí no hay progreso alguno.
¿Se imaginan un mundo sin países desarrollados y con un arsenal de bombas nucleares suficientes como para hacer desaparecer del mapa al planeta tierra?
¿Solamente “Chinas”, “Rusias”, “Iranes”, “Sirias”, “Venezuelas”, “Coreas del Norte”?
Sepan disculpar si pueden resultar tonterías lo que trato de trasmitir pero no puedo resistir la tentación de escribir, sobre todo cuando no puedo conciliar el sueño y el tema es tan caro como los derechos humanos.

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