Un poco de historia, instinto, cultura, razón y segunda guerra fría.

Después de viajar a través de la lectura de las ciencias de la política, sociología, psicología, antropología, filosofía, entre otras, descubrí que nada deja tantas enseñanzas como la historia.
A medida que uno la va descubriendo va dejando una estela de intuiciones, verdades no reveladas por nadie, miserias y honores, intrigas e incoherencias sin fin y fundamentalmente la impresión de que estamos en medio de una travesía que parece no tener brújula ni timonel.
A menudo me pregunto si a la historia la hacemos nosotros o solamente somos pasajeros de un viaje sin rumbo ni destino.
Si la última es la opción correcta, pues entonces cualquier cosa puede sobrevenir.
¿Una catástrofe nuclear?
En ese extenso viaje me encontré con  saqueos sistemáticos de cuánto pueblo se veía débil, muchas veces con masacres, violaciones en masa y tantas otras locuras totalmente dominadas por impulsos absolutamente primitivos que sin duda, por más que los protagonistas se "veían con ropa y podían gesticular palabras", poco los diferenciaba de una banda de simios.
Guerras y más guerras y después de ellas, más guerras hasta que vivimos las dos guerras mundiales dejando un sello impreso en la historia que dice "la ambición, codicia, sed de poder y dominio sin lógica alguna, siempre termina imponiéndose".
Ahora que un loco gordillo de peinados raros es capaz de desatar una locura nuclear con el único objetivo de preservar sus intereses individuales de poder y dominación sin importarle en lo más mínimo el destino de 25 millones de conciudadanos, recuerdo que en los años previos a la segunda guerra mundial, cuando todo indicaba que había un psicópata parecido al norcoreano capaz de cualquier barbaridad (como después se encargó de demostrarlo) dirigiendo una carrera armamentista en Alemania, los únicos países con capacidad de prevenir a tiempo que esa locura se concrete, adoptaron la posición política denominada de "apaciguamiento" (sinónimo de nada) , hasta que fué demasiado tarde, el poderío militar logrado por este fenómeno cuyo único verdadero interés, pueden estar absolutamente seguros de ello, era ser y sobre todo sentirse el gran líder de la historia alemana y mundial capaz de ser admirado por el mundo entero.
Líder que de paso daría su merecido a los malditos especuladores judíos que se enriquecían a costa de la nobleza del ciudadano alemán.
Que no es otra cosa que la envidia no elaborada hacia los comerciantes y financistas judíos que se veían más ricos y afortunados que ellos.
Base ésta fundacional del apoyo popular logrado por este siniestro régimen.
¡Que los alemanes!
¡Sacrilegio!
¡Nada ni nadie puede ni debe superar a un alemán!
Como siempre, la presencia infaltable de los dos incansables motores de la historia en cada hecho histórico relevante detrás: la codicia y la envidia (actuando siempre de manera subrepticia y subconsciente). Todo los demás argumentos leídos o escuchados, créanme, no son más que excusas y elucubraciones totalmente al servicio de estos dos poderosos impulsores protagonistas de la historia.
¿Acaso es la razón la que decide cuando alguien pretende perpetuarse en el poder para continuar saqueando al país? ¿O para destruir la vida de millones de personas?¿O es un instinto que domina a los individuos el que decide, aún en situaciones dónde está comprometida la vida y futuro de toda una ciudadanía?
¿Es la razón la que movilizó a Hitler?
¿A Stalin?
¿A Temugdin?
¿A Fidel?
¿A Napoleón?
¿A Maduro?
¿A Alejandro?
¿Es la razón la que busca por todos los medios desprestigiar al otro con mentiras para lograr sus objetivos aunque en esas mentiras esté implícito el riesgo de una crisis política que puede terminar en pobreza y miseria generalizada? ¿No vemos estas actitudes a diario en la política de cuánto país se descubra?
¿Acaso no vemos a diario actitudes en los políticos dónde es evidente que privilegian sus propios intereses aunque conlleve el riesgo de perjudicar a millones de individuos?
¿Puede este juego de intereses individuales sobreponerse a lo que aconseja el más simple de los razonamientos guiados por el sentido común? ¿Por la razón libre de presiones de los intereses de nuestros impulsos de poder, de dominación, de destacarse ante los demás? ¿Sentido común que haría retroceder a los políticos en la enorme mayoría de las veces cuando sus intenciones y actitudes se interponen al bienestar del pueblo?
¿No sería total y absolutamente diferente la actividad política si se privilegiara en la mayoría de las ocasiones lo que dicta el sentido común, la lógica y racionalidad y no los intereses impulsivos individuales?
¿Si así fuera, existiría la corrupción generalizada en los países subdesarrollados? ¿Existiría una desigualdad social abrumadora que es responsable siempre de desequilibrios e inestabilidad política que casi siempre terminan mal? ¿Existiría carrera armamentista? ¿Existiría un gobierno chino que se dice comunista mientras práctica políticas económicas liberales y se dicen pertenecer a la República Popular de China dónde no existe una sola elección desde que se tenga memoria? ¿habría guerras? ¿Hubiera existido la guerra fría que mantuvo en vilo a la humanidad por décadas ante el riesgo de una guerra nuclear?
¿Por qué creen que en la mayoría de los países no es posible la democracia? ¿Y en la mayoría de los que hay, el desequilibrio es la norma?.
¿No es acaso porque la mayoría de los individuos priorizan sus intereses personales por sobre los colectivos?
¿Intereses individuales conducidos por conductas culturales que privilegian el interés propio y desconsidera el interés general?
¿Intereses individuales que en su mayoría no son por necesidades vitales sino para seguir mandatos pulsionales como si de un reflejo se tratara, en contra de cualquier razón mínima que hace evidente que la colaboración entre todos hace muchísimo más fácil la convivencia y el progreso?
Si no respeto el derecho del otro por obtener un beneficio personal, insignificantes la mayoría de las veces ¿No es evidente que la convivencia y organización social es más difícil?
¿No es evidente que si seguimos conductas predeterminadas por la cultura, no es la razón la que nos guía?
¿Alguien duda de que la mayoría de nuestros actos cotidianos están predeterminados por la cultura o por una pulsión cuando no? ¿Por el instinto o pulsión sexual, o por Zaratustra, entre otros?
De hecho ¿Cuándo y cuántas veces decide la verdadera razón nuestros actos? ¿Y cuando lo hace, es influyente en nuestra organización social y política?
¿No son acaso las dictaduras la consecuencia de la incapacidad para auto organizarnos? ¿O tendríamos una dictadura que decide que puedes o no puedes hacer con tu libertad para poder tener un mínimo orden político que permita susbsistir a la sociedad si no fuera tan arrasadora la fuerza social de la cultura y de las pulsiones que impiden absolutamente a la razón intervenir en la toma de decisiones?
Y en las democracias subdesarrolladas como las latinoamericanas y argentina en particular ¿Existiría aún un partido político llamado peronismo dónde todos saben que no es más que una organización delictiva?
¿No es evidente que en la mayoría de los países del planeta los verdaderos soberanos son dos grandes líderes llamados instinto y cultura?
El único lugar real dónde intervino la razón durante la guerra fría estuvo en el teléfono rojo. Solamente el riesgo inminente de la destrucción total del planeta activaba a la razón mediante la comunicación directa entre las dos potencias dominantes de entonces.
Una vez que la razón daba su posición y se relajaba el conflicto existente como la famosa crisis de los misiles en Cuba, de nuevo se dejaba a la ambición y la codicia dominar los acontecimientos a través de la búsqueda especulativas de ganancias indecentes ante la debilidad del otro, la búsqueda incansable de posiciones ventajosas en lo que era una verdadera guerra, mediante destrucción o incentivos de regímenes políticos convenientes sin importar las vidas y miserias dejadas atrás.
Por tanto, ante el riesgo norcoreano la pregunta obligada es ¿Hemos cambiado? ¿Hay un teléfono rojo ahora?
¿O seguimos siendo guiados por instintos que se traducen en codicia sin límites? ¿Codicia que no permite obstáculo alguno a sus intereses? ¿Cómo la de aquellos psicópatas totalmente dominados por este primitivo mecanismo para quienes el genocidio de decenas de millones de judíos o eslavos o quiénes les tocaba en suerte más la destrucción de ciudades enteras con sus civiles adentro, millones y millones de muertes, no significaba más que una mosca en la mesa?
¿No era razonable entonces negociar y acordar y así evitar semejante masacre?
De nuevo ¿Hemos cambiado?
Veamos.
Demos una vuelta por Oriente Medio y el norte musulmán de África y nos encontraremos con ISIS, EI, hermandad musulmana, Hezbollah, etc.
Organizaciones con apoyos gubernamentales y bases populares amplísimas con guerras y guerrillas internas sin fin, tiranías feroces, locuras y más locuras que vemos a través del trato totalmente animal hacia las mujeres o de atentados suicidas sin fin o escenas televisadas de ejecuciones con degollamientos y un enorme etcétera.
¿Creen que es posible organizarse sin un poder dictatorial que ponga un mínimo orden para evitar que se maten eternamente entre ellos?
Entonces ¿Hay razón allí?
Realmente el primitivismo que puede observarse en esa región del planeta no tiene fin.
Primitivismo que si se profundiza su análisis, finalmente nos encontraremos de nuevo con nuestros dos "valientes" de siempre, la codicia del occidental detrás de pingues negocios aprovechando la debilidad organizativa de los musulmanes a pesar de que saben perfectamente que los odian con todas sus fuerzas y la envidia y resentimiento de estos ante el desborde de riquezas de los "malvados capitalistas y explotadores occidentales".
Si bien es cierto que la debilidad organizativa de estos pueblos les impide aprovechar los potenciales económicos de sus riquezas naturales que los obliga a buscar financiamiento y dirección extranjera para la industrialización de esos productos, también es cierto que ello confirma la incapacidad de imponer la razón en su estructura política y también que el occidental no puede con su codicia al dirigirse dónde definitivamente los odian ¿Quién va dónde es odiado si no lo conduce una intención que difícilmente conviva con el sentido común? ¿Puede ser otro motivo que no sea la avaricia y codicia?
Pasemos por el resto de África y sacando apenas a Sudáfrica, prácticamente no hay diferencias respecto a la conducta del homo sapiens de 10.000 años atrás tal como observamos​ en oriente medio.
Explotación sin fin y genocidios en masa se presentan toda vez que el azar de la historia lo permite. Nada hay que se interponga entre un instinto y una masacre. Simplemente sucede. Dónde hay dinero ahí se dirigen los denominados líderes y si deben destruir lo que es destructible para satisfacer sus impulsos, lo harán sin dudar. Sociedades tribales que apenas se diferencian de sus primitivos antepasados.
Aún nos queda recorrer por donde viven otros 3/4 de la población mundial así que vayamos al imperio Chino que parece consolidado después de atravesar, guiados por un clan tras otro cuya codicia no tenían límites, una y otra y otra guerra con los cientos de millones de vidas dejadas atrás entre una y otra contienda militar, hasta la actualidad dónde es gobernado por un novedoso y nuevo clan que se dice pertenecer al partido comunista y se atrevieron a llamarla república popular China, mientras practican una política económica liberal basado en la explotación de mano de obra barata. Ante un panorama así, la democracia y el respeto por los derechos humanos es una total quimera.
Sigamos, vayamos al sudeste asiático, por Laos, Camboya, Vietnam y otros tantos. Después de lo dicho anteriormente ¿Hay algo a agregar o modificar acá?.
La respuesta es obvia.
Si sumamos a la India, Rusia y Latinoamérica, nos encontramos con democracias.
Pero democracias que dejan lugar a la pregunta ¿Son democracias reales?
Y si, pero aún en fase de consolidación.
Están expuestas a volver a las dictaduras justamente por incapacidad de mantener un auto gobierno a través de la democracia.
Venezuela ya mostró esta debilidad, pero si caen un poco los precios de las comodities, es probable que caigan una a una.
Rusia se parece cada vez más a una parodia democrática y la India es eso. Lo que todos saben, una democracia por milagro, sumergida en un caos de miseria, miserias y horrores.
Después de este pequeño recorrido ¿es posible esperar actos similares a los vistos a lo largo de la historia entera?
¿Actos como los vistos en la segunda guerra mundial?
La respuesta parece obvia.
Sin embargo, nos quedó recorrer un pequeño lugar del planeta, me refiero a Europa, al que podríamos sumar a Japón, los EEUU, Canadá y Australia.
EEUU donde una serie famosa de televisión muestra con absoluta claridad y crudeza de que manera un político incluyendo a su esposa dedican su vida entera a la meta de un instinto, ser él líder admirado por todos, ser el mejor, el mas fuerte e ingenioso capaz de superar a todos. Y por supuesto repitiéndose esa imagen en cuanto otro político aparezca.
Y por tanto la conducción del país, que duda cabe, está en manos de uno de ellos casi siempre.
Y otras series o películas o libros y más libros descubren a la codicia de los empresarios por obtener beneficios a cualquier costa "¡Bitness! Y más ¡Bitness!" ¿Para que tanto Bitness? ¿Para beneficiar al conjunto de la sociedad acumulando fortunas incalculables que ni siquiera saben cuánto y para que quieren? ¿O para satisfacer la necesidad que proviene de algún rincón de nuestra naturaleza sin saber que es exactamente pero que a través de este blog lo descubrimos?
¿No es acaso esto lo que da forma a la sociedad norteamericana?
Si bien las instituciones funcionan correctamente lo que implica importante participación de la razón en su organización social, no es menos cierto que es posible que su eficiencia institucional no sea por efecto de decisiones conscientes de la razón (que sin duda así aconseja) sino tan sólo resultado de conductas conducidas por una azarosa cultura que predispone al cumplimiento de las normas y reglas, con lo que todo es infinitamente más fácil que funcione. Todo aquello que tenga que ver con lo colectivo.
¿Y Europa desarrollada?
Debo confesar que ahí sí están cerca de imponer definitivamente la razón al instinto?
Si bien su cultura es extraordinariamente favorable para organizarse y a pesar de que definitivamente no están en condiciones de prescindir del capitalismo como su conductora económica, la razón busca lentamente y a pasos firmes imponerse.
A veces teñido de utopía como Podemos u otras iniciativas, pero la más de las veces buscando un equilibrio hasta dónde pueden avanzar sin caer en utopías permitiendo al instinto mantener su lugar pero desde una posición provechosa para todos, distribuyendo eficiente y conscientemente sus beneficios capitalismo mediante.
¿O será otra utopía más?
¿O no más que producto del azar de la historia que dió paso por esas latitudes mostrando coherencia y racionalidad pero que como si de una tormenta se tratara, cuando pase por ahí se dirigirá a un nuevo destino?
¿Hay lugar para la razón en nuestra organización social?
¿Y si la hay, por qué cuesta tanto usarla?
Solamente de una cosa es posible estar seguros, que la cultura apegada al cumplimiento de las normas y reglas hace extraordinariamente más fácil y próspera la vida en sociedad.
Es sin dudas dónde más es posible ver actuar a la razón y donde más provecho es posible sacarle a nuestros instintos como Zaratustra.
Que duda cabe.
Los países desarrollados, basan su superioridad en esa característica cultural, la predisposición a cumplir las normas y reglas, el respeto por los derechos del otro, la responsabilidad ante los demás y el Estado.
De éste simple e increíblemente fundamental fenómeno social deriva todo lo demás.
Comenzando por la eficiencia de las instituciones.
Con eficiencia institucional todo es más fácil.
Si hay que aumentar el gasto y la participación del estado en la economía, por ejemplo, para reactivarla, es posible hacerlo sin caer en las trampas del desborde de gastos con déficit fiscales acompañados de corrupción generalizada como sucede en los países sin instituciones eficientes que son incapaces de controlar el proceso y evitar que se desbande en los conocidos populismos.
Pero sin embargo, en Latinoamérica por nombrar una región subdesarrollada (y con esto puedo dar prueba exacta de lo irrelevante de la razón y la potencia abrumadora de nuestros instintos y cultura), aunque todos fuéramos conscientes que si cambiamos nuestra cultura cívica hacía actitudes que favorezcan la organización mediante el respeto por el otro y el cumplimiento de nuestras obligaciones viviríamos mil veces mejor, no podemos hacerlo.
Reitero, aunque sepamos a ciencia cierta, las actitudes serán las mismas.
Nadie quiere verse perjudicado por seguir una regla mientras no sepa si el otro lo hará o no.
A pesar de ello, de la consciencia del inconveniente, la cultura seguirá imponiéndose.
La cultura individualista de primero yo y después los demás.
Aunque seamos conscientes de su perjuicio.
La guerra fría terminó, pero no se haga ilusiones, la razón hoy sigue tan o más ausente que entonces.
La guerra continúa.
No hay dudas de ello.
Hoy el enfrentamiento está radicado claramente en el eje Occidente vs la coalición Rusa, China e iraní.
¿Por qué deberían estar enfrentados?
Porque todos quieren superar al otro.
No hay otro motivo real.
Es difícil describir cómo desde la actuación de un ciudadano, pasando por sus comerciantes y empresarios y después por sus organizaciones políticas, se observa la preponderancia de las fuerzas sociales que describo en nuestra organización política y economía, me refiero a la cultura y los instintos.
Pero créame, éstas son las que mandan y la razón se impone en más o en menos dependiendo de las condiciones culturales del pueblo en cuestión.
Cuánto más predispone a la organización social la cultura, más es posible observar a la razón en su conducción.
Es exactamente eso lo que sucede en los países que conocemos como desarrollados.
Y si estamos en guerra, que duda cabe, debemos estar del lado dónde la razón interviene.
Países como Rusia o China o Irán donde los impulsos predominan a la hora de tomar decisiones, entre ellas las de sus gobernantes y poderes económicos, si sus intereses personales pueden poner en riesgo el equilibrio político internacional, den por seguro que como mínimo dudarán en hacerlo.
Si no me creen, observen lo que está pasando en Venezuela. Allí no sucede otra cosa que el hecho de intentar mantener sus privilegios un grupo de delincuentes recurriendo a una dictadura capaz de hacer sufrir hambre y enfermedades a millones y millones de conciudadanos.
¿Acaso esto no es el dominio más absoluto de pulsiones o instintos en su organización política? ¿Instinto traducido en codicia sin límites de un grupo de individuos capaces de hacer sufrir a todo un país con tal de complacer los designios de un mecanismo tan primitivo como el homo sapiens mismo? ¿Provocar tantas desgracias a tanta gente solamente para preservar sus riquezas y poder?
¿No es absolutamente irracional esta actitud?
¿Es posible trasladar este escenario a un conflicto internacional?
¿Tiene alguna duda?
Mejor estemos atentos a lo que hace el psicópata norcoreano.
¿No lo cree?

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