¿Por qué siempre la culpa la tiene EEUU?

Hay miseria, hambre y corrupción generalizada con saqueo de las arcas públicas en Venezuela y ¿A quién culpan? A EEUU.
Se matan todos los días entre ellos en Medio Oriente porque unos dicen que el hijo del cuñado de un fulano llamado Mahoma es el verdadero descendiente de Alá mientras otros dicen que era un sobrino de ese fulano y ¿A quién culpan de todas sus miserias como en el reciente atentado en Irán por EI?
Acertó, a EEUU.
Cuba lleva 60 años de un fracaso tras otro hasta convertirse en un psiquiátrico y ¿A quién culpan? De nuevo acertó, a EEUU.
En Corea del Norte la población ya prácticamente ni siquiera crece y pronto será una Nación de enanos por la desnutrición crónica después de tantas locuras perpetradas por un rico y psicótico régimen y ¿A quien culpan? Otra vez acertó, a EEUU (es interesante ver videos de pobladores norcoreanos donde demuestran como odian sin tener idea porqué a los EEUU).
Después de cada fiasco nos llevábamos con los planes de Perón ¿A quién hechaba culpas? De nuevo si, a EEUU y a Braden (por suerte el "verso" "Braden o Perón" ya se usó excesivamente en Latinoamérica por lo que quedan ya pocos idiotas que "se lo tragan")
Siempre recurren al mismo "verso" cuando la realidad es que no se matan o saquean por una cuestión religiosa o ideológica, sino para ver quién finalmente se queda con "la torta": la plata del Estado.
La pregunta clave entonces es ¿Por qué recurren a EEUU para hechar culpas?
Por la envidia.
Los saqueadores de Estados saben que la envidia lleva al resentimiento y el rechazo y ¿A quién se envidia? Simple, al rico y poderoso que lo tiene todo en la vida: a EEUU.
La codicia de los saqueadores recurre a la envidia de los tontos para disimular su verdadera intención, permanecer en el poder para continuar el saqueo.
La envidia se resiste la mayoría de las veces al consejo de la razón o del sentido común y los saqueadores lo saben. Por eso no dudan en recurrir a los primitivos impulsos de los distraídos ciudadanos para justificar lo injustificable a través de la razón.
Parece demasiado simple y primitivo para decidir el destino de tantos pueblos en el mundo, pero es la realidad.
Ignorar nuestros impulsos primitivos en la política es carecer de datos fundamentales para su verdadera comprensión.
Ver "Envidia y codicia, los dioses de nuestro Olimpo" y "Envidia y codicia, dos armas destructivas".