Chomsky, Retamar, la envidia, la razón y Messi


En este post transcribo unos comentarios que me parecen interesantes para recordar conceptos claves del blog.
Empezando por la importancia de la envidia en las decisiones ideológicas de las mayorías. Envidia, que junto a la ambición componen el complejo instinto Zaratustra. Instinto que busca destacar nuestro ego a través de la ambición y trata de evitar ser superado por otros egos mediante la actividad de su faceta que conocemos como envidia.
Envidia que busca mantenernos equilibrados emocionalmente, competitivos con sentido de pertenencia, utilizando el mecanismo psíquico de descalificación para ello. La misma envidia subconsciente que cuando ve oportunidad de pasar de la actitud pasiva de descalificación y adaptación al medio, pasa a la actitud activa, ambiciosa, de competencia y una de las oportunidades que siempre tiene a mano para competir es optando por las ideas políticas que favorezca su posición. Esto es, ideologías igualitaristas y distribucionistas.
Para finalmente dar con un ejemplo que permite describir con claridad la importancia de este mecanismo a la hora de evaluar porqué siempre se imponen las ideologías de izquierda y si está predestinado a que así siempre será, no importa lo que hagamos, destacar la fenomenal importancia tiene este fenómeno en el mundo de la política, la economía y la sociología. Me refiero al ejemplo donde homologo la decisiva influencia pueden tener Messi y Cristiano Ronaldo integrando la plantilla del mismo equipo en un campeonato de fútbol, con la competencia de ideologías en los actos electorales al contar la izquierda con el "habilidoso" Zaratustra en su equipo.
Como con el fútbol, ante la presencia de un hipotético equipo que cuente con los dos crack mencionados, el campeón electoral ya sabemos de antemano quién será, supongo que se entiende su importancia.
Siguiendo con los conceptos que destacan las limitaciones de la razón a la hora de decidir cómo habremos de organizarnos política y fundamentalmente, económicamente. Conceptos a propósitos del surgimiento en el intercambio de opiniones de las ideas de un tal Retamar, conocido comunista anti-estadounidense y de otro espécimen similar, don Chomsky.
Estos son los comentarios elegidos que quiero compartir:



razonvsinstinto

Manuel
Desde mi paricular interpretación de los hechos políticos, la envidia y su influencia en la política, es un concepto que no incluye a la cultura.
La cultura y su vital importancia, decide que pueblos son organizados y cuales no. En que sociedades las instituciones funcionan eficientemente y en cuáles son deficientes.
Quienes prosperan y quienes no.
Cultura entendida como los hábitos, costumbres, actitudes típicas de los pueblos.
Le voy a dar el simple ejemplo de la importancia de la cultura a la hora de ver si un pueblo es limpio o sucio. Tan banal como si de limpia o sucia es una sociedad pero que sí se traslada la cultura a cuanto ámbito interviene en la organización social, se verá porqué algunos pueblos son organizados y prósperos, además de limpios, y porqué otros son un caos y decadentes, además de sucios.
Así, la cultura de los latinoamericanos, predispone a la mayoría de ellos a simplemente tirar la colilla de un cigarrillo, el envoltorio de una golosina o cuánto residuo uno lleva consigo en el espacio público o en la acera del vecino.
No son hechos calculados o pensados o razonados previamente sino que simplemente se ejecutan.
Y se ejecutan porque son costumbres o actitudes que se transmiten a través de la convivencia desde que se nace. Las costumbres, todas, se transmiten de generación en generación más allá de que sean buenas o malas. Y se actúa la mayor parte del día siguiendo conductas predeterminadas por las costumbres, los hábitos. Raras veces en el transcurso del día ejecutamos actos razonados previamente.
Y por la costumbre de desechar la basura en el primer lugar que uno encuentra, nos enfrentamos con ciudades esparcidas por toda Latinoamérica decisivamente sucias. Ni siquiera a los responsables de la limpieza se les ocurre incursionar con medidas que reviertan la situación de mugre porque ellos mismos tienen incorporado en sus hábitos como algo normal. Como que simplemente así es. Se tira la mugre en cuanto lugar existe y se limpia como se acostumbra a limpiar. Punto.
Mientras donde la cultura transmitida de generación en generación predispone a los individuos a ser cuidadosos con la limpieza y a respetar el espacio público, la basura se tira dónde corresponde.
Resultado: ciudades podridas donde la cultura favorece el desecho de basura en la vía pública y ciudades impecables donde la cultura hace a los ciudadanos limpios.
Se podrá interpretar de que no se trata de una cuestión cultural sino educativa (como ud adhiere) y si bien es cierto que con educación es posible cambiar una conducta, como la de tirar la basura donde corresponde, también es cierto que no habrá educandos si todos padecen las mismas costumbres y han sido transmitidos de ellas.
Tal vez con educación se pueda cambiar una costumbre, tal vez dos o tres, pero créame que la educación difícilmente cambie las miles de costumbres y hábitos que nos caracteriza. Esto último es clave para mí y decide mi inclinación a darle a la cultura la importancia más relevante en nuestra organización social.
Y así como la cultura decide que pueblo es limpio y cuál es sucio, también decide dónde las instituciones funcionan y dónde no. Donde hay prosperidad y dónde pobreza.
Aclarado esto y en lo que no me creo dueño de la verdad por lo que respeto su punto de vista, voy a intentar transmitir la importancia de la envidia en política con ejemplos simples como el utilizado para describir a la cultura y su relevancia política con el del desecho de la basura.
Vayamos entonces al chusmerio o diálogo mundano entre dos o más interlocutores cotidianos posibles de observar en cuanto momento del día haya y donde uno pueda poner atención.
En ellos es extraordinariamente común que se critique a alguien y cuando esa crítica es para un afortunado en posesiones materiales, es muy frecuente que venga detrás una aclaración o mejor aún, una "descalificación" como: “y sí, es rico, pero todos saben que es corrupto” o “sí es cierto que ganó mucho dinero, pero también es cierto que no es feliz porque tiene el problema …….” Esto en psicología se conoce como "descalificación". Son actividades psíquicas que practicamos a diario y en la enorme mayoría de las veces sin que seamos conscientes de ello, para mantenernos emocionalmente equilibrados. Competitivos, incorporados, pertenecientes al ámbito en que vivimos.
Esto que parece una tontería, si lo llevamos al campo de las ideologías, lleva muchas veces, muchas veces pero no en todas pero si en las mayorías, a que se privilegie ideas que favorecen la igualdad, la oportunidad de ser competitivos, de achicar al afortunado. La ideología en este ámbito no actúa más que como excusa.
Y si este mecanismo primitivo y secundario a la actividad de un instinto que nos presiona por destacar nuestro ego o percibirnos competitivos, ve que otro ego lo supera, al trasladar esa experiencia a la política, nos encontraremos siempre con un fuerte predominio de las ideas distributivas o equitativas sobre las individualistas. Y sobre todo en la insistencia en ellas por más evidentes sean sus fracasos como no nos cansamos de ver en Latinoamérica.
Somos competitivos y basta ver un simple partido de fútbol para observar que el deseo de ganar, de imponerse sobre el otro no es individual y dependiente del carácter particular de un individuo, sino que todos somos así. Queremos, nosotros los bosteros, los de Boca Juniors “destruir” a nuestros rival, a River Play. Y si nos ganan viéndose superiores, recurrimos enseguida al mecanismo de descalificación mencionado antes y decimos: “sí está bien, ganaron esta vez, pero nosotros tenemos más campeonatos intercontinentales, je, en eso no nos van a superar, son inferiores a nosotros  por más que hoy en un mal día nos ganaron” ¿Se entiende?
Cómo con la cultura y la costumbre de tirar la basura, donde desde una banalidad, puede deducirse la organización toda de una sociedad, con la envidia, desde la banalidad de la reacción de los individuos ante un simple partido de fútbol, es posible deducir hasta donde puede influir en nuestra organización social, económica y política.
Instintos que nos presionan para ser ganadores (ser hincha de Boca por ejemplo, jej) y si perdemos, hacer lo posible para ganar y si no podemos ganar, al menos sentirnos competitivos. Y si lejos estamos de ser competitivos, al menos encontrar una descalificación que se adecue a nuestras necesidades.
Y cuando ni siquiera es posible encontrar un mecanismo de descalificación eficiente porque las diferencias son abismales, surge la envidia y después el resentimiento. De allí al odio hay pequeños pasos a dar. El odio de los palestinos a los judíos proviene de este mecanismo por ejemplo.
Es decir, este sentimiento subconsciente de inferioridad no querido, decide nada menos que la ideología política dominante en las sociedades. Es importante aclarar que aquellos que están en la cima del escalafón social como aquellos que logran fácilmente elaborar mecanismos de adaptación psíquica efectiva, si se inclinan por las ideas socialistas, es por convicción racional, no instintiva. Pero estos, al menos en Latinoamérica son los menos.
Cómo se que alguna vez visitó mi blog, lo invito a leer la Zaga “Míralo, Zaratustra está ahí. Nadie lo ve pero siempre está (1) (2) (3) (4)” y encontrará una mucho mejor elaboración de la idea y además con documentación que aporta la ciencia de la psicología para reforzar los conceptos.
Si le interesa mi opinión sobre el panfleto antiyankees de Retamar, lo haré con gusto más adelante.
Solamente le puedo adelantar que Retamar desconoce que la cultura y nuestros instintos deciden nuestro destino político y se conoce como Realpolitik y no la razón como el recurre para criticar cuanto algo ha hecho los EEUU. Pero como se basa en la razón para criticarlo, olvida mencionar lo que se encuentra del lado que el defiende. Olvida a Mao, a Stalin, a Kim. Si tuviera que aludir a ellos, caería en el precipicio que le depara nuestros instintos y la cultura al hacerle ver que lo que la razón indica cómo tienen que ser las cosas, pues así no lo son.
La razón solamente aporta el andamiaje o estructura por donde nos movemos y hacemos conducidos por nuestros instintos y modulados por nuestra cultura. Por nuestras ambiciones, codicias, ansias de poder, ansias de dominar, respuestas envidiosas y cálculo ambicioso.
Ese andamiaje, don Retamar, se llama CAPITALISMO.

razonvsinstinto

A propósito del tema de la razón y sus enormes limitaciones a la hora de evaluar su desempeño en nuestra organización social y política comparándola con la relevancia tienen en ello nuestras pulsiones y nuestras culturas (culturas cívicas y políticas), vuelvo al comentario de Manuel donde hace referencia a Chomsky.
Leí, hasta donde aguanté, varios libros de ese hombre, de Chomsky, al que considero un “caradura”, un estafador de las ideologías.
Lo que hace Chomsky es describir con la puntería de un francotirador todas las maldades que produjo y producen los EEUU y sus principales “colaboradores” en esa tarea: las multinacionales conducidas por sus codiciosos dueños y CEOs.
En todo lo que él nos cuenta, con basta documentación que avala sus dichos, no hace otra cosa que buscar las grietas que deja la razón al no poder controlar nuestro destino, nuestro camino al andar. Al limitarse la responsabilidad de la razón exclusivamente a armar el andamiaje en el que nos desenvolvemos, en el que vivimos y hacemos lo que nuestras pasiones, pulsiones y nuestra cultura nos tiene reservado. Al reservar la razón su responsabilidad de mantener el Capitalismo con vitalidad y funcionalidad suficientemente adecuada y equilibrada para que nuestros impulsos sean provechosos y limitarse a evitar, en todo lo posible, sus consecuencias negativas, Chomsky se prende de cuanta grieta o negatividad deja al descubierto el sistema.
Obviamente, al estar muy limitada la capacidad de la razón para decidir nuestra conducta política y económica, surgen las grietas, las contradicciones y con ellas, las injusticias. Muchas injusticias. Injusticias a granel ¿Qué duda cabe?
Pero son injusticias y contradicciones inevitables toda vez que estamos definitivamente limitados a ajustarnos a ese sistema toda vez que revertir esas injusticias y contradicciones deseemos ateniendonos a un sistema diferente, las contradicciones e injusticias que surgen son muchísimo peores que las que queríamos evitar (el comunismo como un clarísimo ejemplo de ello). Simplemente no está a nuestro alcance evitarlas.
El comunismo o los socialismos democráticos ortodoxos nos lo demuestran cada vez que intentan revertir ese destino al que nos tiene reservado el capitalismo. Chocan siempre de frente con nuestra naturaleza humana haciéndonos ver con crudeza que lo que la razón cree como deben ser las cosas, simplemente no es posible imponerlas como ella espera porque no es ella la que tiene la última palabra.
La razón puede modular, regular, sí. Decidir qué, difícil, muy difícil.
Chomsky, si no es capaz de advertir ésta limitación humana, pues entonces simplemente estaríamos ante la presencia de un idealista ignorante, un Retamar.
Sin embargo, mi impresión es que éste hombre sabe de esa limitación de la razón y lo aprovecha para “su negocio” destacando cuanta injusticia y contradicción genera los EEUU y su capitalismo detrás, para generar las expectativas que generan sus libros.
Hace la de Retamar, pero consciente de que lo suyo es un “verso” adrede para ganar dinero espurio.
No le creo a Chomsky y sus aullidos anticapitalistas. Para mí es un chanta. Creo que sabe demasiado como para no advertir que lo que crítica es parte de las reglas de juego que, con sus injusticias, es la única que funciona y a la que, nos guste o no, debemos atenernos.

Manuel

En el link que acabo de poner encontrara medio centenar de leyes, deben haber otro medio centenar mas. Sigo opinando que la envidia no es lo mas importante.
lo invito a que nos ponga ejemplos de donde ve ud hoy en dia, ejemplos concretos de personas influyentes movidas por la envidia.
sigo pensando que sus moviles son otros, y que se salen con la cuya porque estan rodeados… de imbeciles
por eso en venezuela llevan 20 anos y en cuba 60
80 anos de exito, los 40 ultimos ayudandose mutuamente
y los demas?
si no fuera por el empujan que viene dando EEUU este ano
seguirian siendo simples personajes secundarios
facilmente controlables

razonvsinstinto

El problema no está en los “influyentes” sino en quienes los apoyan y que les permiten llegar al poder primero y mantenerse después.
Un ejemplo práctico, en mi país: recientemente hubo una manifestación en contra del gobierno movilizado por el partido opositor (partido cuya líder tiene 11 procesos judiciales por corrupción con 5 pedidos de la justicia de cárcel que evita por contar con fueros por ser senadora de la nación, vale mencionar) y cuando los medios de comunicación se acercaban a la manifestación para tomar notas e imágenes, los manifestantes los expulsaban a los gritos con la excusa de que ellos no podían estar en ese lugar porque son periodistas ¡Porque defienden la los ricos gritaban!
Eso no es otra cosa que la expresión de la envidia, subconsciente con seguridad y escondida detrás de excusas ideológicas socialistas, pero envidia en el fondo.
No tengo dudas de que, en más o en menos, esa envidia oculta actuando tras bambalinas movilizando ideológicamente a una enorme cantidad de individuos es la que a pesar de los enormes fracasos de los socialismos latinoamericanos inundados de corrupción desastrosa vuelvan una y otra vez.
No es posible, al menos para mí, encontrar otra explicación a este fenómeno político (obviamente que intervienen otros factores, pero estoy seguro que el más relevante de todos es este fenómeno de nuestra naturaleza humana)
Los influyentes, es decir los que tienen poder, dejaron la envidia atrás al llegar a posiciones de poder donde les es posible robar fondos públicos para sacarse esa insana envidia de encima transformándose todos en nuevos archi ricos y millonarios. Riquezas acumuladas ilegalmente que de ninguna manera puede responder a actos racionales toda vez que acumulan fortunas que pueden ser adjetivadas como sin sentido, ilógico al sumar decenas de millones de dólares ¡O centenas!
Los influyentes eran envidiosos, ahora lograron el objetivo subconsciente que los llevó hasta ahí: ahora ellos son los ricos envidiados (no sé qué mecanismo psicológico actúa para que estos individuos que odian a los ricos acepten a los nuevos ricos y millonarios que los representan pero supongo que deben recurrir a algún mecanismo psíquico de adaptación que los haga tolerable mientras defiendan sus intereses ideológicos).
Obviamente, hay “influyentes” socialistas no envidiosos que llegaron a la conclusión de que es necesario distribuir la riqueza conducidos por la razón libre de presiones pasionales como la Envidia y estos se diferencian fácilmente de los “influyentes” envidiosos: estos no se corrompen, no se enriquecen con la función pública por la sencilla razón de que no son dominados por esa crónica sensación de inferioridad respecto de los afortunados. Mújica es un verdadero socialista para dar un ejemplo.
También es obvio que nadie va a reconocer que es la envidia lo que los conduce ideológicamente por la sencilla razón de que ni siquiera son conscientes de ello.
Saque la envidia  en su faceta activa del medio en las decisiones ideológicas en Latinoamérica y le aseguro que de cada 10 peronistas, chavistas, petistas, priistas etc que existen, quedará 1 con suerte.

Manuel 

No tengo la misma percepcion, debe ser que los ideologizados que conozco pertenecen al 10% que no se mueven por envidia.
Los mueven esas visiones de justicia, el deseo de intentar algo nuevo, posible, fructifero. a estas alturas ya deberian estan cansados pero siguen.
otros solo estan ahi para sobrevivir o enriquecese… pero eso no es ideologia, eso es sobrevivencia, ambicion, adaptacion; que creo es lo que mas viene abundando.
no veo la envidia por ningun lado, tengo ceguera para ella, no la identifico ni de modo explicito ni solapado




Manuel

Las dos premisas que son la base de su análisis y la del escrito, son falsas:
No nos es posible saber en cuantas personas hay envidia, y por tanto, que papel y peso tienen la misma en el desenvolvimiento politico de esos actores





razonvsinstinto

En éste párrafo suyo está lo más importante escrito por usted y dónde se puede observar que, así como yo le doy una importancia trascendental a nuestra psicología en las decisiones políticas y en las consecuencias políticas de ello, ud. a pesar de advertir su influencia en el homo sapiens, no le adjudica ninguna importancia política.
Y así usted dice:

“Es conocido que toda persona presenta una gran distorsión de su imagen propia, de sus capacidades, creyéndose cada cual capaz de igualar o superar a cualquier otro humano, y que si no lo ha hecho es por puros asares de la vida, y aquí vienen en su auxilio miles de razones que nos inventamos para justificar la diferencia entre lo que han logrado otros y nosotros no. Se ha estudiado en cuantos de esos envidiosos esta presente este mecanismo hasta el punto de que el supuesto envidioso, o inferior dolido, en realidad se siente superior y hasta objeto de envidia por todos los demás?”

Ese mecanismo psicológico que ud muy bien describe Manuel es a lo que hago a menudo referencia como mecanismo de adaptación mediante el proceso de descalificación muy bien estudiada en la psicología (supongo que debe recordar que lo he mencionado varias veces).
La desigualdad respecto de otro u otros nos lleva a que nuestro psiquismo busque mantenerse emocionalmente equilibrado con sensación de igualdad (supongo que este fenómeno debe provenir de algún primitivo mecanismo de supervivencia buscando evitar la inferioridad que podría poner en riesgo la subsistencia ya que mantenerse competitivos habrá sido clave alguna vez para subsistir y no ser eliminado) apelando a nuestra imaginación para que destaque aquello en lo que nos vemos competitivos y resalte las debilidades que pueda verse en el afortunado (el chusmerio es un buen ejemplo de la práctica de este mecanismo de adaptación psicológica mediante la descalificación en un diálogo entre dos o más interlocutores cuando de un rico se trata la conversación)
Cuando usted dice “aquí vienen en auxilio miles de razones que nos inventamos para justificar las diferencias de lo que otros han logrado y nosotros no”, yo le digo: ¡exacto, sí, claro que sí Manuel!.
Este es el mecanismo de adaptación que evita seamos envidiosos conscientes y lo experimentamos todos y cada uno de los homo sapiens todos los días de nuestras vidas. El que logra la adaptación evita la envidia y el que no es el envidioso ¿Y esto qué tiene que ver con la adopción ideológica? Pues que la adopción de la ideología es en respuesta a este estímulo psicológico de la desigualdad que hace que nuestro psiquismo acuda en auxilio con respuestas, pero en este caso no para justificar la diferencia, sino ya para achicar las diferencias. La respuesta en vez de PASIVA como en el caso descrito por ud, se hace ACTIVA. Busca equilibrar fuerzas. Ojalá intérprete como espero esta última frase porque ahí está el fondo, el nudo, la clave del tema.
Este fenómeno psicológico está en todos nosotros pero como la cultura hizo de la reacción a la desigualdad de capacidad económica como un tabú del que nadie se anima a hablar sobre ella por temor a ser catalogado de envidioso, pues nadie habla y me sorprende que ud lo haya mencionado y me alegro por ello. No debería ser tan difícil reconocer que la envidia está presente en cada uno de nosotros como homo sapiens somos para evitar ignorarla cuando ella es importante en alguna cuestión que nos incumbe. Sin embargo, cuando se menciona esa palabra genera de entrada rechazo.
Al tener de su lado las ideologías de izquierda a “Zaratustra” en su faceta que se expresa a través de la envidia, es como tener a Messi y a Cristiano Ronaldo juntos en un equipo de fútbol. En el partido de fútbol intervienen innumerables variables en el resultado, pero tener a Messi y a Cristiano en su equipo la posibilidades de ganar son determinantes.
Millones bajo la influencia de la fase ACTIVA de Zaratustra, hacen que raras veces su "equipo" pierda un "partido".
Y si está predeterminado que un equipo lleva enormes ventajas para ganar el campeonato, traducido este fenómeno a la política donde los equipos de izquierda predominarán, no importa cuán buenos o malos sean, es definitivamente lo suficientemente relevante como para que ignorar esta faceta de la política sea un error peligroso.




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