Fernández-Fernández, primeras impresiones

Primeras consideraciones derivadas de la decisión de Cristina Fernández de Kirchner.

1- Es muy probable que alguien le haya hecho ver a Cristina la cruda realidad: que con ella en el gobierno no queda un dólar en el país y el caos económico es inevitable. Que el ideario Kirchnerista con la soja a 300 dólares y una infraestructura destruida es inviable total y absolutamente con más Kirchnerismo. Entrada en razón (raro dado que la creía más obtusa de lo que aparentemente es a juzgar por ésta decisión) decide dar un paso al costado.

2- Una consecuencia evidente de esta decisión y que "salta a la vista" es que traicionó literalmente a todos los que la defendían a capa y espada esperando que con ella, al fin, les llegaría la oportunidad a la izquierda de conducir un verdadero proyecto socialista en la Argentina.
El apoyo a Maduro de todos los que se expresaron públicamente y que pertenecen a su espacio así lo demuestra. Esperanzados al extremo de defender lo indefendible con tal de esperar a que ese momento al fin llegue, toda vez que es sabido por todos que su líder elegida es una ladrona serial.
Del Caño, Baradel, Gravois, la Cámpora toda, Rossi, Moreau, Delia más todos los movimientos sociales que acompañaron y vitorearon por "el vamos por todos" y "fuera la corpo" necesariamente deben sentirse traicionados ya que Alberto Fernández militó en la UCD, fué diputado por el partido de Domingo Cavallo e interlocutor del grupo Clarín y la denigro públicamente en cuanto medio de comunicación existe en el país.

3- Una buena por fin para nuestro sufrido país, con esta decisión se alejan las posibilidades de continuar el camino de Venezuela. La traición a sus bases es determinante para prever que el camino hacia la izquierda ortodoxa se aleja decisivamente.

4- Por las contradicciones expuestas las posibilidades de que está alianza fructifique en algo positivo son efímeras.
La consciencia de que hay que recurrir a un nuevo período "menemista" para evitar una crisis terminal choca de lleno con las bases del movimiento Kirchnerista. Sí bien es cierto que el sector peronista puro del movimiento Kirchnerista ha demostrado siempre una brutal "laxitud" ideológica, no es menos cierto que los grupos de izquierda que no comulgan con el peronismo tradicional, difícilmente entreguen "el alma de su lucha" a un Alberto Fernández.
A lo que hay que sumar que Cristina Kirchner de aliada y no de líder es menos confiable que Lilita Carrió. El conflicto es prácticamente inevitable.

5- El alivio de los mercados no se va a modificar mientras Cristina siga viva, en la presidencia, en la vicepresidencia o en la oposición. Tiene una base electoral del 35% de la población. Es justamente por esa base electoral y no por ella en sí mismo que huyen los capitales. A favor del país es que sin Cristina viva políticamente, escenario que podría presentarse ante un rechazo en masa del arco de izquierda a ésta movida de su líder, ese sector de la izquierda espanta capitales (y con ello cualquier esperanza de progreso) se queda sin liderazgo y sin él, el riesgo vuelve a escenarios históricos de poco valor (de hecho, tuvieron que adoptar alguien que viene de fuera de sus espacios para aglutinarse, como es el caso de la adopción de Cristina Kirchner cómo su líder)

6- El momento clave para el futuro de Alberto Fernández y de la alianza será cuando tenga que definir su posición sobre la cuestión venezolana: apoyo a Maduro como todo el kircnerismo insiste y sostiene o si realmente representa la cordura que se espera de esta jugada política y apoya al presidente legítimo, a Guaidó.
Sí apoya a Maduro, el supuesto giro hacia la cordura queda automáticamente anulado y si apoya a Guaidó, el desmembramiento del movimiento se hace inevitable.

7- El peronismo tradicional difícilmente acepte a alguien que jamás sumó un voto para el partido de candidato a presidente de la Nación.
Ese escenario es prácticamente imposible de darse. Por tanto, la fragmentación del peronismo empeoraría seguramente con el paso de las semanas.

8- Cristina Kirchner al proclamar a Alberto Fernández como cabeza de la lista de su partido político queda sin el ímpetu en la defensa de los pobres, sin su nacionalismo desarrollista, sin su anti imperialismo yankee, sin su anti FMI, sin su anti dólar, sin su bolivarianismo del siglo XXI, sin su progresismo duro, en definitiva, Cristina sin todo aquello que se identifica con la izquierda, "no es nada". No queda nada.
Su figura política seguramente se irá diluyendo hasta quedar lo que es realmente, una pobre mujer muy limitada intelectualmente y miembro de una banda que saqueó el país junto a su marido y sus hijos (estos últimos víctimas de su limitada inteligencia y exagerada codicia).

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