Contradicciones y Democracia

Es extraño que tan a menudo se ignore que todos los pueblos o naciones que se han destacado en la historia siempre, sin excepción alguna, al éxito les precedió el orden y la organización.
Toda vez que un gobierno, o mejor, una sucesión de gobiernos que hicieron progresar un pueblo económica, artística y culturalmente, dictatorial como antaño o democráticos como ahora en los pocos países que se han desarrollado, les precedió sin duda alguna haber encontrado la forma de mantener en orden y organizada a la sociedad el tiempo necesario para experimentar las consecuencias que siempre le siguen a este fenomenal logro social colectivo: progreso y prosperidad.
Tan simple y elemental como eso: orden y organización.
Algo que extrañamente en latinoamerica no solo se ignora sino que se las considera palabras asociadas al autoritarismo ilegal y antipatria.
Increíble que haya tanta ignorancia, incluso en nuestros supuestos intelectuales.




Aclarado este punto, mi impresión, exceptuando el caso Chile, es que las democracias en latinoamérica se están agotando porque adeudan algo que todas las sociedades exigen: un mínimo nivel de orden y organización.
Cuando las contradicciones se suman, sinónimo de desorganización y desorden, se genera un ámbito en el que el ciudadano se encuentra indefenso, confuso, estresado y con la sensación de estar muy expuestos a sufrir consecuencias intolerables en un futuro muy próximo.
Cuando una sociedad ve que un líder del narcotráfico exige al presidente de la Nación que lo libere inmediatamente so pena de sufrir consecuencias que afectan al funcionamiento general del país todo como vimos en México, es imposible que no se produzca un estado civil de indefensión y ambigüedad cívica difícil de tolerar.
En otro país, Brasil, deben recurrir a la extrema derecha para contener el caos de la inseguridad, la pobreza agobiante y la corrupción generalizada. Mientras, el líder de la corrupción y el responsable de la inseguridad rampante es liberado de la cárcel y para completar el cuadro comienza a recorrer el país arengando a una resistencia popular cuasi armada. Y para terminar la "obra de arte", con un enorme apoyo popular. Por tanto, la sensación ciudadana no puede ser otra que la de una gigantesca vulnerabilidad.
En Argentina vemos una casta política estructurada en una enorme organización mafiosa que vuelve al poder a pesar de ser rechazada por el 60% de la ciudadanía y que comienza a liberar de prisión a los lugartenientes de esta enorme  organización delictiva mientras la líder del partido político insulta y amenaza personalmente a los jueces encargados de juzgarla por flagrantes hechos de corrupción. Casta política encargada de destruir uno de los países más prósperos del planeta hasta antes de su aparición en escena (aumentó la pobreza estructural, la inseguridad, la corrupción, el tamaño del Estado hasta hacerse absolutamente inviable, etc). Esta situación no puede traducirse en otra cosa que en la noción ciudadana de un caos latente. Con encender una pequeña mecha será seguramente suficiente para que un incendio fenomenal se desate.
En Colombia donde a la corrupción generalizada se suma una negociación con una fuerza armada terrorista y narcotraficante para mantener un equilibrio político y de poder que se perpetúa interminablemente, el resultado no puede ser otra cosa que una sociedad extraordinariamente endeble y no puede generar nada más que una enorme desconfianza ciudadana en el sistema. El que sea.
Ecuador igual, Bolivia con un gobierno de 15 años arengando la lucha cultural y racial intentando mantenerse eternamente en el poder gracias al apoyo irrestricto del poder judicial, solamente puede traducirse en un escenario de desconfianza en el futuro en grandes proporciones de la ciudadanía.
No creo necesario comentario alguno para agregar a Venezuela en esta lista. Como tampoco hace falta explicar que en Nicaragua y todos los países vecinos (exceptuando tal vez a Costa Rica) suceden experiencias sociales, económicas y políticas muy similares. Incluso más graves para cualquier noción de orden y organización se tenga.
La realidad es que las democracias en latinoamerica están generando tantas equivocaciones con las contradicciones consecuentes que la hacen muy difícil sostenerse.
Reitero, las sociedades necesitan un mínimo nivel de orden y organización para sostenerse económica y fundamentalmente, emocionalmente (la situación económica es mucho más relativa de lo que se cree para definir las circunstancias políticas de los pueblos) y si no la encuentran en la Democracia, tarde o temprano buscarán deshacerse de ella.

Comentarios

Posts más vistos

Instituto Patria, un psiquiátrico. Y sin psiquiatras.

Pfizer, muerte e ideología.

Borges, la crisis Argentina y lo que nadie dice.

Cristina, el gran problema argentino

El comunismo y su enemigo imbatible

El pueblo y la envidia

Cultura colectivista vs cultura individualista

Instinto y cultura nuestros verdaderos soberanos

Cuanto peor, mejor

La Nueva Guerra Fria. Desarrollo vs subdesarrollo. Occidente vs Oriente. Posmodernidad vs Medioevo