Zaratustra busca en Chile conquistar un nuevo populismo


Desde que tengo "memoria política" considero (y así lo expresé ya hace varios años en el libro ofrecido en este blog como así también en varios post de la zaga "Chile nos muestra el camino"), que la dirigencia política chilena no debe desatender la problemática de la desigualdad social.
Definitivamente no por los motivos que alegan los que abonan las ideas socialistas más allá de lo acertadas o no sean sus teorías políticas, sino porque de no hacerlo, nuestras pasiones, Zaratustra al fin, tarde o temprano se impondrá en las decisiones políticas económicas y entonces el futuro próspero de este pueblo puede caer al fondo del "pozo ciego" populista latinoamericano (así conocemos en Argentina al pozo donde se acumula el excremento humano en los barrios sin servicio de cloacas)
Los invito a ver el vídeo del programa de YouTube visualpolitik (altamente recomendable) titulado "¿El fracaso chileno?" que muestra claramente los enormes avances de este país con políticas aptas para nuestra cultura cívica y política (como no me canso de insistir en este blog tratando de explicar los porqué, dada nuestra cultura, las políticas económicas liberales son las que mejor se adaptan a ella) y que están hoy, como era previsible conociendo a Zaratustra y su poder en la actividad política del homo sapiens, bajo un enorme riesgo de ser barridos de la historia por acción de las pasiones en enormes porciones de la ciudadanía empujándolos y presionándolos a exigir políticas de izquierda no aptas para la cultura cívica de la ciudadanía general.
Dejo el link del vídeo y un comentario mío a continuación.
Veamos.

https://youtu.be/sgktbGJq4As

Dos definiciones a tener en cuenta en el análisis del caso chileno.
1- La ideología dominante nunca está conducida por la razón o el sentido común. Son las pasiones las que terminan inclinando siempre la balanza en la mayoría de los ciudadanos y la desigualdad social, inevitablemente y por más irracional pueda verse en el caso chileno después de tantos éxitos económicos y sociales con las políticas liberales de los últimos 40 años, los socialistas son dominantes y ahora exigen más socialismo.

2-Lo que determina definitivamente los límites hasta dónde puede intervenir el Estado en la economía para distribuir los recurso como se está planificando actualmente, es la cultura cívica y política de la sociedad. Cuanto más colectivista es la cultura (es decir, más cumplidora de las normas y reglas y más responsable ante sus obligaciones civiles para con los demás y el Estado) más le es posible al Estado entrometerse con regulaciones y aumentos impositivos sin generar desorganización y contradicciones consecuentes que van carcomiendo el sistema para terminar en nuestros conocidos Populismos de izquierda.
Ese nivel de intervención puede determinarse fácilmente con el nivel de presión fiscal en relación al PBI y en latinoamerica ya está más que demostrado que cuando ese guarismo supera el 25% las cosas empiezan a complicarse y cuando se supera el 40% el desmadre es generalizado (mientras que con la cultura cívica de los suizos, por dar un ejemplo de países con Cultura colectivista, se pueden tener presiones fiscales del 40% sin afectar el funcionamiento general del Estado y la economía).

Dicho esto, es evidente que Chile deberá hacer un esfuerzo para mejorar la distribución de la riqueza antes que las pasiones tomen decisiones en las mayorías y terminen por destruir todo lo conseguido hasta acá conduciéndolos a otro populismo más de los que asolan latinoamérica.
Pero deberá evaluar también con la mayor precisión posible qué nivel de presión fiscal es posible sin afectar el funcionamiento del Estado evitando generar desorganización y contradicciones y consecuentemente, desconfianza del inversor que es el verdadero motor del crecimiento económico en Chile como en cualquier otro rincón del planeta.
Ojalá la dirigencia chilena esté a la altura de las circunstancias y comprenda que deberá mejorar la distribución de la riqueza para evitar las consecuencias esperables cuando las pasiones toman el control y deciden intervenir sin frenos en el destino de la Nación, pero que esa distribución no debe superar límites que la cultura cívica del pueblo chileno no sea capaz de contener, comenzando con ello la desorganización y contradicciones típicas latinoamericanas y el destino del ostracismo en otro país más en la región.
Desde Argentina y sabiendo que la cultura cívica es determinante para el progreso de los países (la cultura chilena es mucho más apta para estructurar un Estado en Democracia que la de los demás países de Latinoamérica demostrable fácilmente evaluando el nivel de corrupción entre otras decenas de indicadores de desarrollo se mire) y además sabiendo que la historia nos muestra que una de las pocas maneras, y las muy pocas veces, en que se producen cambios culturales es por el mecanismo de imitación de una Cultura de un pueblo vecino exitoso, deseo con toda el alma que el pueblo chileno no pierda el rumbo y llegue a ser un país desarrollado, no solamente por ellos mismos que, como todos, se lo merecen, sino también porque es la casi única esperanza para los demás pueblos de latinomérica para que, por el proceso de imitación, sigan sus pasos y el progreso real nos llegue algún día a todos.
¡Fuerza pueblo chileno!

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