¿Y si todos conociéramos a Zaratustra?

¿Qué puede pasar si todos los ciudadanos fuéramos conscientes de la actividad del instinto al que denomino Zaratustra?
¿Conscientes de todo su potencial a la hora de definir nuestra vida cotidiana y nuestra organización social?
Si los empresarios y emprendedores exitosos, al descubrir que tantas horas durante tantos años de esfuerzos en realidad no fué para otra cosa que para satisfacer a un instinto que los presionó insistentemente durante la mayor parte de sus vidas para que los demás simplemente adviertan la presencia de su ego, que se percaten que el también pertenece al grupo de los ganadores, que es igual o mejor que los demás ¿Persistirán en continuar sometiéndose a los caprichos de este mecanismo tan primitivo como el que conocemos en este blog con el nombre de Zaratustra?
¿O solamente se limitarán a satisfacer sus necesidades reales independientemente de lo que los demás puedan o no advertir?
¿Cuánto puede incidir ello en la actividad económica de las sociedades si ya nadie o muy pocos persistirán en sacrificar innumerables horas de sus vidas en buscar diferenciarse mostrando riquezas vía actividad empresarial o emprendedora?
¿En el fondo, nuestro sistema económico no es otra cosa que una consecuencia de dejar a la egoísta ambición se exprese para que finalmente los beneficios lleguen a todos?¿Esa egoísta ambición, no es acaso una de tantas formas de respuesta a la presión de Zaratustra para que nos diferenciemos y así nuestro ego, justamente, sea advertido?
¿No es finalmente el capitalismo el resultado de este primitivo principio?
Si todos fuéramos conscientes de la actividad de Zaratustra y nos percataramos de que esa sensación subconsciente de que algo nos sucede internamente cuando estamos ante la presencia de alguien que nos supera en algo que es relevante en nuestra vida, fundamentalmente en aquello que moviliza y estimula a Zaratustra, no es otra cosa que una respuesta instintiva, secuela de nuestra evolución ¿No deberíamos poder controlar esa emoción conocida como envidia sin dificultades al reconocerla toda vez que percibimos su molesta presencia? ¿Cambiaría nuestra forma de reaccionar y actuar en una infinidad de situaciones dónde parecería vernos inferiores pero que sin embargo no se trata de otra cosa que simplemente vivir situaciones o circunstancias diferentes, no más que eso?
¿Acaso no sabemos todos que en nada cambia nuestra vida si el otro es mejor o peor en cualquier actividad sea?
¿Sería diferente nuestra conducta en la magnitud suficiente como para que se produzca un cambio en nuestra forma de vida individual y como consecuencia, también colectiva?
El espíritu de competencia que da vida a la actividad económica ¿Se resistirá?
Si todos fuéramos conscientes de que la envidia no es otra cosa que la incapacidad de obtener un adecuado mecanismo de adaptación (mediante el método que conocemos como "descalificación") ante la presión de Zaratustra toda vez que nos percibimos inferior al otro en el ámbito que sea ¿Podríamos disminuir a un mínimo la incidencia de este sentimiento y con ello deshacernos de las consecuencias negativas que muchas veces acarrea en el ámbito individual y también colectivo toda vez que influye en nuestras inclinaciones ideológicas?
¿Cuánto influiría el hecho de no ver cómo una necesidad que surge desde algún rincón del cerebro tener el coche de la misma gama que aquellos que comparten mi cotidianidad o la misma gama de teléfono móvil o incluso zapatillas de categorías similares?
¿Tendría consecuencias económicas?
¿Y si la mayoría de aquellos que buscan un gobierno socialista para que evite que los ricos y afortunados aumenten y disfruten sus diferencias respecto de nosotros, de pronto descubrieran que el rechazo al liberalismo económico que permite que los ricos sean tan ricos como quieran no es otra cosa que una respuesta subconsciente a los caprichos de un primitivo instinto que nos hace intolerable las diferencias sociales muy marcadas?
¿Y que además, gran parte de los afortunados no son más que esclavos también del mismo y primitivo mecanismo?
¿Al fin y al cabo, son superiores realmente?
¿No sería más fácil aceptar e incluso probablemente optar por políticas que despierten al instinto y se dedique a presionar a aquellos dispuestos a continuar bajo su mando y producir tanto como el liberalismo económico los estimule?
Pero ¿Quedarán muchos dispuestos a seguir los caprichos de Zaratustra empecinados en sacrificar horas y más horas de trabajo arduo y estresante a pesar de ser conscientes de que no hacen otra cosa que seguir los caprichos de un primitivo instinto?
¿Querrá alguien lucirse en una Ferrari mientras los demás saben que no está haciendo otra cosa que expresar algo que la humanidad ya debería superar?¿Superar o controlar ese instinto que nos hace felices cuando nos mostramos superiores a los que nos rodean?
¿Se vería ridículo ostentando mientras los que deberían admirarlo en realidad lo verían como un hombre tal vez primitivo?
¿Podríamos estar asistiendo a una nueva revolución?
¿La revolución del sentido común y la razón?
¿La descolonización de nuestros instintos?
¿A una programación real de la economía dónde lo que conduce es el sentido común sin interferencias pasionales?
¿No es éste finalmente el objetivo buscado por el comunismo?
¿Objetivo imposible de cumplir mientras las pasiones e instintos de competencia y superioridad se interpongan en su camino?
Pero si todos conociéramos a ese hasta ahora imbatible enemigo del comunismo -"el comunismo y su enemigo imbatible"- y pudiera ser controlado y evitadas las facetas negativas de su actividad ¿Serían entonces posible políticas similares a las que conocemos como comunismo?
¿O solamente estaríamos dando una nueva excusa a los viejos e insistentes comunistas para reanudar sus ofensivas para instalar otro comunismo que nuevamente fracasará con las tremendas consecuencias que todos conocemos con cada intento llevado a cabo hasta ahora?
Sin estímulo para diferenciarse mostrándose superior en cualquier actividad se trate, como las relacionadas con la innovación tecnológica ¿se estancará el progreso tecnológico y con ello también los beneficios que generalmente acarrean?
¿Habrá tantos ambiciosos como ahora?
¿Disminuirán los envidiosos al conocer porqué lo son?
¿Seguiríamos progresando o nos estancariamos?
¿No nos pareceríamos más a una máquina que a un humano?
¿Algo de esto no es posible percibir ya, hoy, en las sociedades más avanzadas y organizadas?
La cantidad de situaciones a analizar y las preguntas que pueden surgir es probablemente interminable.
¿Estoy delirando?
Tal vez no.

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