La razón y el progreso humano



Este blog tiene como principal misión alertar sobre la insuficiente actividad y el escaso protagonismo de nuestra capacidad racional en la construcción de nuestro destino dejándonos a merced de decisiones tomadas por pulsiones no muy diferentes a las que conducen a los demás simios.
Capacidad racional que más a menudo se dedica a elevar los andamiajes para hacer posibles los caprichos de nuestros instintos antes que a descubrir y hacer realidad iniciativas racionales abstraidas de nuestras intenciones emocionales o instintivas.
Construimos estructuras para hacer realidad fantasías destinadas a hacer posible la expresión de nuestras emociones, desde las más simples y de limitada incidencia en nuestro destino como la de un campeonato de fútbol para obtener un símbolo denominado trofeo para el campeón y recompensar así a nuestras pasiones premiándonos por la meta cumplida con liberación de endorfinas euforizantes. La fantasía se vuelve real a través de endorfinas para aquellos que se consagraron superiores a quienes han vencido. Sentimientos, pasiones y emociones, ellos son finalmente los verdaderos protagonistas del fenómeno social llamado fútbol.
Pero así como construimos fantasías como éstas, también construimos otras para satisfacer nuestros impulsos emocionales infinitamente más transcendentes como la fantasía llamada capitalismo encargada de formar la estructura para complacer a nuestros caprichos instintivos liberando, en este caso, endorfinas cuando cumplimos una de sus metas preferidas, el deseo de "pertenecer". El de sentirnos ante los demás como integrantes del grupo de los "ganadores". Líderes o mejores. Más que los demás. Y fantasía con el suficiente poder como para mantenernos condicionados y obligados a permanecer dentro de sus estructuras y exigencias mientras decide prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas. 
¡Y ahí de tí si se te ocurre salirte del sendero marcado por esta fenomenal carcasa llamada capitalismo! 
Los venezolanos, los cubanos, los coreanos del norte y los chinos de Mao entre otros, sí que saben lo que es intentar evadirse de esta providencia.
Estructura que no hace otra cosa que construir el andamiaje necesario para que nuestro ego, cuando quiere expresarse destacando su superioridad de poder o riqueza, tenga el medio adecuado para ello.
Estructura conocida como capitalismo basada en el principio genialmente resumido por Adam Smith con la frase: la egoísta ambición por obtener ganancias que finalmente redunda en beneficio para todos a través del andamiaje provisto por la mano invisible de la oferta y la demanda (entiéndase egoísta ambición como la expresión del Instinto de superioridad conocido en este blog como Zaratustra).
Tampoco se puede dejar de mencionar la enorme influencia de nuestros instintos en la estructura Política de los pueblos.
Así como la Pulsión por superar a los demás encontró en el capitalismo y la economía de mercado su lugar ideal para expresarse acarreando de paso la provisión de nuestros medios de subsistencia, en el ámbito político y ante la necesidad de organizarse las comunidades de homo sapiens desde los primeros días de vida sedentaria, para evitar el caos, fué necesario instaurar un poder capaz de contener las disidencias inevitables dado el aún primitivo homos sapiens del Neolítico.
Y fué justamente el Instinto de superioridad  el encargado de buscar a los candidatos a ocupar ese lugar.
Encargado de que alguien o algunos vayan en busca de ese preciado lugar, el del más poderoso de todos.
Al principio se configuró detrás de la fantasía de los dioses que proclamaban la presencia de un mortal para comunicarles sus deseos y recibir así a cambio su gratitud con cosechas provechosas.
Surgió entonces el líder que desde el lugar donde los dioses se comunicaban, desde el templo, tenía la primicia y exclusividad de lo que los dioses deseaban a cambio de su gratitud. Y con ello, obviamente el objetivo cumplido, el poder.
Es decir, es el Instinto el encargado de construir el sistema de gobierno en los primeros años de la vida sedentaria del hombre.
¿Y hoy, 10.000 años después?
Pues si miramos China y vemos a sus líderes cuyo mérito para ocupar ese lugar proviene desde el comité del partido comunista chino donde se accede a las primicias y exclusividades que comunican los "dioses" del Olimpo conocido como partido comunista, primicias que ordenan lo que deben hacer los ciudadanos para obtener a cambio los beneficios prometidos por esa divinidad, todo parece indicar que si hemos progresado ha sido muy poco o nada.
El Sudeste Asiático todo también gobernado por sistemas que responden perfectamente a la perspectiva que abordamos en este post.
En realidad, si sacamos a Japón y Corea del Sur, vemos que toda Asia está gobernada por autoritarismos tan primitivos como los de los reyes-sacerdotes de la antigüedad.
África toda exactamente igual.
Latinoamérica con supuestas Democracias pero que todos sabemos que no son más que élites, por no decir castas políticas, que se apoderaron del poder simulando elecciones. Democracias pero expuestas a dar pasos atrás como cada unas cuantas décadas sucede con la instauración de nuevos regímenes autoritarios necesarios para mantener un mínimo orden exactamente como lo necesitaban los homo sapiens desde que comenzaron a construir nuestra historia.
Son construcciones del poder edificadas por fuerzas instintivas que por suerte han demostrado ser lo suficientemente eficientes para mantenernos aún formando parte de este planeta.
Incluso capaz de proveernos maravillas como un teléfono móvil o medicamentos milagrosos aunque así también bombas atómicas con el poder y en cantidad suficientes como para borrar del planeta a toda la humanidad en unos pocos segundos.

Construcciones creadas por el azar, definitivamente no programadas ni planificadas. Simplemente surgieron como respuesta a pulsiones instintivas que fueron surcando los caminos que se adaptaban a sus deseos y prioridades para poder expresarse. Los caminos de los poderosos que ocupaban posiciones de gobernanza o la avenida de los capitalistas en cuyo cartel de identificación dice: Av Mercado.
Los mismos caminos, rutas y senderos que aún hoy se sigue transitando en casi todo el mundo políticamente y literalmente en todos los rincones del planeta la misma avenida de la economía.
Es decir, no para el funcionamiento de un sistema que satisfaga planteamientos aportados por nuestra capacidad racional y capaz por tanto de evitar todos los achaques y problemas que nos aquejan de a montones al depender de una estructura cuya finalidad no es evitar dificultades y aportar soluciones, sino simplemente favorecer la expresión de nuestros primitivos impulsos en un marco capaz de hacer lo más viable posible nuestra existencia en sociedad. No más que eso aunque haya demostrado efectividad.
Pero un marco incapaz de evitar, por ejemplo, la probable destrucción de nuestro planeta como a lo que parece condenarnos el capitalismo obligandonos a utilizar energías sin límite alguno y las más baratas posibles por más contaminantes sean ante la inevitable competencia y la obligación de crecer sin importar para qué o cómo. Solamente crecer toda vez que si así no sucede el sistema se derrumbaría como un castillo de naipes. 
E incapaz para evitar la competencia global económica y política de la geopolítica haciéndonos presa de la Realpolitik. Realpolitik que no es otra cosa que el imperio de la ley de la selva. Aquella ley que nos recuerda que el más fuerte es el que finalmente manda y por tanto, ante este escenario, condenados a que la buena fortuna no produzca desinteligencias que pueden descalabrarse en conflictos tan peligrosos como las guerras armadas (recordando que dos de las miles sufridas, fueron mundiales, y que además ya sabemos que una más puede terminar con el planeta entero partido en mil millones de pedazos).
Vale recordar que nos estamos refiriendo a exactamente la misma Realpolitik que imperaba entre los acadios con los sumerios o con los hititas o los del antiguo Elam por más ONUs o OMCs que hayamos creado. 
O un marco en el que la pandemia de un brote viral no mucho más severo que el de la gripe común, produce una fenomenal crisis económica por la huida desesperada de los capitalistas hacia activos seguros dejando un vendaval de desocupados y excluidos mientras los gobiernos se desesperan por ver de qué manera hacer influir a la razón en la toma de decisiones más elementales para evitar que las acciones decididas por nuestros impulsos defensivos no provoquen más daños de los ya producidos y fundamentalmente ir en su ayuda ante la incapacidad del sistema para afrontar las soluciones requeridas. 

Dicho esto ¿Dónde se encuentra la razón en esta historia?
Donde el Instinto de poder no tiene interés en participar y sí la razón. Donde ésta última puede encontrar un lugar desde el que aportar ideas sin que nuestras pasiones tengan interés en intervenir.
Tal vez en algún remoto lugar de la política donde están los verdaderos interesados de las consecuencias a sufrir por los caprichos instintivos: en la comunidad.
En el poder de influencia política de los ciudadanos al que tanto los gobernantes como los capitales no pueden dejar de al menos prestarles una mínima atención mientras ven como satisfacen sus impulsos instintivos de poder y riquezas. Ella, la sociedad evalúa dentro de sus extraordinarias limitaciones los hechos para después premiar o castigar si lo ve necesario y posible.
Es el colectivo social el único capaz de darle más o menos racionalidad a los hechos al estar abstraidos sus intereses pasionales de los conflictos y deficiencias a los que estamos expuestos a padecer. Es la razón más elemental la que mayormente influye en las decisiones sociales o comunitarias.
Esta definición es fundamental porque nos acerca al verdadero objetivo que debemos alcanzar para alguna vez ver a la razón tomando decisiones: el de conseguir una sociedad compuesta por individuos con la capacidad y en cantidad suficiente para tomar decisiones racionales haciendo de jueces de nuestros instintos y obligando a quienes deciden a tomar acciones beneficiosas para el único y verdadero protagonista de esta historia y por el que existen esos poderes anclados en nuestros instintos, e inhibirlos de decisiones destructivas. Me refiero a la protagonista llamada sociedad humana.
Siempre recuerdo que todos los avances de la razón en la construcción del progreso humano, llegaron desde la presión social que en algún momento encuentra el momento adecuado para hacerse realidad.
La abolición de la esclavitud, los derechos laborales, las limitaciones legales a la explotación, la libertad de expresión como ejemplos de una larga lista de éxitos logrados por la razón humana, vinieron desde presiones sociales. 
La historia universal deja perfectamente clara esta verdad y es una de las mayores enseñanzas que me ha dejado su lectura. A menudo pasaban siglos hasta que una demanda se corporizaba en un hecho definitivo. Los instintos, el poder, ante demandas de la razón por cuestiones demasiado evidentes como inconcebibles, como la esclavitud o la explotación o injusticias alevosas, más tarde o temprano ceden. Luchan hasta el final pero ceden. 
Y ante cada abdicación, damos un paso adelante en la historia del progreso humano.
Hasta los más poderosos gobernantes autoritarios siempre encontraron limitaciones al ejercicio de su poder surgidas siempre desde presiones sociales (el Instinto que busca el poder siempre tuvo candidatos a ocupar el trono a la espera de una oportunidad para dar un golpe y esa oportunidad a menudo la encontraban en el descontento popular ante exigencias no satisfechas por el gobierno de turno generando el ámbito propicio para abordar la toma del poder). Y con este prodigio de la historia humana llegó la obtención del derecho a la Democracia donde solo basta proponerse como candidato para acceder al poder mientras que antes se requería de asaltos armados en medio de la muerte y el desquicio. La razón, la Democracia, se impuso.
Es justamente la Democracia un logro devenido de una continúa, lenta, débil, apenas perceptible en sus inicios, presión social por la intervención de la comunidad en la elección de sus gobernantes (hasta logró pasar por un período de gloria en la antigua Grecia). Nunca se debe adjudicar el logro de un avance de la razón a propuestas de intelectuales o a las acciones de un fortuito y afortunado gobernante. Estos siempre fueron estimuladores o ejecutores, pero también siempre surgieron como consecuencia de presiones de larga data surgidas desde el seno de las sociedades y que simplemente hicieron palpable y real lo que ya estaba en el "aire social" desde mucho tiempo atrás. Siempre.

Pero sabiendo que solamente en la sociedad descansa la capacidad para hacer posible la utilización de la razón en el proceso del desarrollo humano toda vez que solamente ésta es capaz de imponer la razón dado que solamente los intereses colectivos tienen potencialmente la capacidad de abstraerse de intenciones instintivas o pasionales (no siempre obviamente como lo vemos a menudo en este blog describiendo de que manera las pasiones colectivas inclinan a los ciudadanos mayoritariamente a adoptar políticas económicas socialistas) ¿existe al menos en algún rincón del planeta que nos haga ver cómo posible a la razón  tomando el control del sistema de gobierno?


Por suerte, a veces, cuando la razón libre de caprichos instintivos nos acerca algunas propuestas, a duras penas, después de interminables luchas y restringido a pequeñas áreas del planeta, son convalidadas algunas lo suficientemente importantes como para dar una respuesta positiva. Me refiero a las propuestas que permiten aseverar que donde ellas son una realidad, el verdadero progreso humano existe: Democracia y prevalencia de los derechos humanos universales son sus paradigmas. 
Sin embargo, no hace falta aclarar que además de estar presentes en unos pocos rincones del planeta, persisten aún muchísimos otros objetivos que restan por cumplir y que el más mínimo sentido común, es decir, que la inteligencia más elemental, necesariamente exige.


¿Acaso es racional dar como "objetivo cumplido" de la humanidad el descubrimiento del capitalismo y la Realpolitik como fundamentos centrales de nuestra organización social, económica y política que implica el reconocimiento de que debemos convivir nos guste o no con los riesgos mencionados antes aunque la Democracia sea ya una realidad?
Me resisto a ello aunque sea consciente de lo lejos aún se encuentra el alcance de objetivos a la altura de una verdadera especie superior. Lejanos anhelos dado que todavía estamos expuestos al riesgo de cometer enormes y peligrosisimos errores como cuando alguien pretendió acelerar los tiempos haciendo caso a las "racionales" ideas de un tal Carlos Marx.
Lejos y obligados a pasos lentos y seguros sin olvidar jamás que debemos estar atentos a las condiciones culturales del momento y el lugar adonde se pretende dar un paso adelante y sin olvidar nunca que nuestros instintos son parte inseparable de nuestras existencias y por tanto toda vez que la razón proponga un plan para ser conducido por ella, nuestras pulsiones deben ser compañeras de viaje y no enemigas del sistema.
El comunismo es exactamente esto, un plan racional que se olvidó de darle el lugar apropiado a nuestros instintos. El resultado está a la vista de todos: la igualdad se transformó en la peor de las desigualdades: la desigualdad de poder, la de libertad y la de riquezas. Juntas y en proporciones insoportables.
Hoy la punta de lanza de la razón buscando conducir nuestro destino la vemos en el Norte de Europa y sus Estados de Bienestar, aunque consciente de que aún buscan superar innumerables falencias.
Europeizar el planeta será probablemente el objetivo de la razón los próximos años, o más probablemente décadas y hasta tal vez siglos por venir.



Son sociedades ya capaces de decidir quiénes los gobiernan, como gobiernan, cuánto protagonismo tiene el capitalismo en su aparato económico, más un largo etcétera que ni por asomo vemos en África por dar un ejemplo donde la razón prácticamente no participa en absoluto.


Es decir, y disculpen la insistencia, que el desarrollo humano, donde la capacidad humana de razonar conduzca nuestro destino, solamente puede estar en las sociedades compuestas de ciudadanos mayoritariamente capaces de hacer prevalecer la razón, los intereses colectivos por sobre los intereses individuales egoístas, en nuestra organización social, política y económica. 


Comentarios

Posts más vistos

Instituto Patria, un psiquiátrico. Y sin psiquiatras.

Pfizer, muerte e ideología.

Borges, la crisis Argentina y lo que nadie dice.

Cristina, el gran problema argentino

El comunismo y su enemigo imbatible

El pueblo y la envidia

Cultura colectivista vs cultura individualista

Instinto y cultura nuestros verdaderos soberanos

Cuanto peor, mejor

La Nueva Guerra Fria. Desarrollo vs subdesarrollo. Occidente vs Oriente. Posmodernidad vs Medioevo